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viernes, 8 de mayo de 2015

PASARELA EN LA PREMIERE DEL CIRCO DEL SOL.

Noche de estrenos varios; en el Fígaro, La última sesión de Freud; en UNIR espacio, Las Mocedades del Cid, ambas producción de la Unir. Vuelve el Circo del Sol aligerado de perfecciones y fantasía; muy lejos de aquella aventura lírica y teatral que nos fascinó, una poética circense que iba más allá de una colosal integración de las artes; Amaluna fascina menos, aunque conserva parte la capacidad de convocatoria y para los menos exigentes no les importa lo que fue o ha dejado de ser. Es una marca, un sello. Y el estreno es un gran acto social con gente de la farándula; a los políticos les ha pillado en el inicio de la campaña electoral. Cruda realidad; y la foto no estaba allí.
Hago pasarela que es lo que me recomendaba Paco Umbral, “queridoooo a tí te falta pasarela”. Dos actores a los que admiro y, si alguna vez no los admiro, los quiero: Javier Gutiérrez y Juan Diego, estela luminosa y combativa del teatro español. Juan me llama hermano. De Javier Gutiérrez siempre digo lo mismo, “el mejor actor del mundo”. Y él siempre dice igual: “piensas como mi madre”. Me invita a comer con Andrés Lima, el crack de Animalario y con María Diaz, crack del periodismo teatral y de las relaciones públicas. O sea que la pasarela que me recomendaba Umbral ha dado sus frutos.
Juan Diego me anuncia un mega proyecto de producción teatral popular y exclusiva. La crítica en pleno en la pasarela de Amaluna. Y periodistas de toda índole y pelaje. Propaganda, la imprescindible, los crack propiamente dichos. Antonio Lucas, un crack del columnismo crítico español y un crack de El Mundo en tiempos de tribulación. Con él Lara, Lara a secas, como la de El doctor Zhivago, una crack de televisión española fin de semana. Hacemos grupo con Diana Fernández de Loaysa, una crack de la biología, y con David de Loaysa, un crack de la iluminación y la escenografía. Lara, periodista, considera que eso es pura creación. Comparado con el periodismo tiene razón. Aunque nunca se sabe; hay que ver lo que la llamada libertad de prensa es capaz de hacer, inventar y crear. En cuanto a glamour de pasarela, Antonio Lucas y yo, reconozcámoslo, al lado de estos tres, desmerecemos un poco.
Creo divisar a lo lejos a María Távora, nieta de Salvador Távora y por lo tanto, nieta mía. Falsa alarma de mi imaginación; me fascinan las flamencas y las folclóricas, como a un tonto una tiza. Junto a Lara y a Diana, habría aumentado el glamour. Tengo que decirle que les invite al estreno de Carmen, que bailará durante todo el mes de junio en Madrid. Carmen, la cigarrera; María está cumbre. Doy fe.


En plena vorágine brillantísima de contorsiones, malabares y saltos estratosféricos me comunican una realidad luctuosa; así de golpe, mientras contemplo con la boca abierta la construcción de palos, sustentada en una brizna, de Laura Jacobs, la diosa del equilibrio. Ha muerto Azucena. Me quedo sin respiración por la noticia más que por el prodigio de Laura Jacobs. ¿Quién es Azucena?. Era mi amiga. Podría decir que era la mujer de Félix Garcia, uno de los aficionados taurinos más solventes y severos. O que era la madre de Patricia García, excelente actriz, que es la que me informa y a la que no incorporo al grupo del glamour porque está de luto. A Almudena, muy aficionada a los toros pero más al teatro y a la buena literatura, le dedicaré algunas crónicas de mi blog en la isidrada que comienza. Al fin, la querencia. No he podido sustraerme al viciado embrujo de los toros y puntualmente estará mi crónica diaria en el Diario de Javier Villán.

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