La inocencia romántica de un amador.
Nota prologal: En este post no hay alusiones a la
Alfarera Prodigiosa, amadora de mi amigo
equis, aunque muchos me las solicitan. No hay intención de prolongar el enigma,
como cree una activa comunicante de tuiter, María de nombre. La sagacidad de
esta Maria ha adivinado que, detrás de la Alfarera, hay una mujer con nombre
propio y que la metáfora es humo, no engaña a nadie. Doy fe, pero Maríalovessea nunca lo adivinará.
Mi amigo equis sigue camino del Olimpo. Mejor.
Ese mundo magnífico de aventura y libertad de su Alfarera no está hecho a su
medida. Ese mundo tiene tal esplendor, amargo a veces para ella, quizá, que lo mejor que
puede hacer mi amigo equis es escapar. Nunca la Alfarera Prodigiosa le permitirá participar
en él; ni está en su amorosa mano
poder hacerlo.
María Toledo; Magnética, nuevo disco
Maria Toledo.
Cantaora, guapa, torerísima. Un animal escénico, con perdón. Un bello animal que se amansa ante el piano y con música de violines. Al
fondo, lamento de cante hondo cuyas
heridas nunca cicatrizan. Y cuando se repone del lamento surge una María Toledo
espontánea y burbujeante…. La saludo
antes de que vuele al reclamo de los Grammy que la esperan para coronarla reina del flamenco nuevo y eterno, princesa de
la canción. En Magnética están todos los saberes
en los que María Toledo ha bebido, desde Camarón a Triana, Morente,
Rocío Jurado, Las Grecas o El Pele…..
Conocí a María Toledo, una noche de rayos y truenos, de
tormenta y lluvia en el patio de la vieja
fábrica de cerveza Mahou. Ruperto Merino
tuvo la ocurrencia de unir el cante de María a mis versos. Ante el huracán y el
diluvio hubimos de refugiarnos en la cafetería.
Maria cantó poemas de El fulgor del círculo. Dije que solo por escuchar mis versos en
mi palo preferido, bulerías por soleá, merecía la pena escribir poemas.
Sensaciones buenas. En el Café Gijón, una amiga, casi una reliquia, me deja un recado;
46 años que no nos vemos. MP quería ser
actriz. No era la Xirgu, pero se
defendía. Le gustaba autoflagelarse y me amenazaba casi llorando; si conocieras
a qué me dedico fuera de este camerino de mierda, no me mirarías a la cara. Sabía a qué se dedicaba y ella
sabía que yo lo sabía; y siempre la miré a la cara. Incluso nos descojonábamos
de risa al mirarnos. Me pregunto si
seguirá vigente la gran preocupación de sus 20 años sin flor de entonces: culo
duro y prieto para siempre. Yo le decía que se es actriz por la inteligencia,
no por el culo, aunque también. Veo a mi
vieja amiga en el Gijón, viuda de un acaudalado hombre de negocios sociata de cartera y carné; con sus nietos.
Ciertamente aquel culo fabuloso que no le valió para ser primera actriz, solo
damita joven, conserva una notable
lozanía. MP le está agradecida a su culo
que le dio un marido millonario; “dime
ahora que todas las putas tenemos suerte y te pego una ostia”.
Me recuerda el soneto tartamudeante
que escribí en defensa de su vida de desorden y concupiscencia confesada por
ella misma, años 1967/1968, y que he incorporado a Sonetos del amor canalla. En
tiempos, yo todo lo arreglaba con endecasílabos. Naturalmente, nada hay en el
soneto que la delate. Le digo que a algunas feministas les gustan esos versos como himno
de guerra. Me someteré al dictamen de Ana, mi santa, que en estas cosas es un
lince
Sensaciones malas.- Maria OSHite me ha bloqueado, cosa que nunca
me había ocurrido. Sensación rara, pues siempre traté de apuntalar la actividad
de
Maria OHSite y sus corazones incendiados, transidos por flechas de un Cupido tórrido y travieso: “¡!
Guapura, ricura de mi corazón!!” Eso, naturalmente, no me lo decía a mí, que no
soy ricura ni guapura, sino “cojura” de cojitranco revirado. Tengo la sensación de que, al socaire del
teatro, María OHSite defiende otros
intereses.
Sensaciones pésimas.- Hubo un tiempo que me preocupaba Celia Mayer, Concejala de Cultura del
Ayuntamiento de Madrid. Me preguntaba cuándo pisaría el patio de butacas o
cualquier otro rincón del Teatro Español. Al principio lo achacaba a la
animadversión que le tenía a Pérez de la Fuente, el director maldito
y maldecido por la tribu podemita. Pero hace meses que Pérez de la Fuente fue
arrojado a las tinieblas exteriores y a Celia Mayer sigue sin vérsela en un estreno. Pérez de la Fuente se metió en
pleitos, ha llegado a acuerdos y Celia
Mayer, o sea el Ayuntamiento, ha tenido que apoquinar 50.000 del ala. O
120.000, dicen otros.
Sensaciones
imposibles.- Le he
pedido a Manola que si quitan la
calle a Agustín de Foxa, el enfant
frívolo, gordo y travieso del
franquismo, me la den a mí. Está a 20 metros de mi casa y me queda a mano.
Agustin de Foxá escribió con una prosa impecable, una novela infame y cruel
sobre la Incivil Guerra del 36, Madrid de Corte a checa. Para mí es el gran
prosista de la Falange; tan rotundo, pero más elegante, como Rafael
García Serrano. Y superior a Camilo
José Cela que, recién terminada la guerra, se ofreció como confidente para denunciar a los intelectuales desafectos al Régimen.
Los Gondra: reforzada y
conclusa.
Faltan tres meses, más o menos, para su estreno y el texto de
Borja Ortiz de Gondra se está
convirtiendo en el más esperado de la temporada. La España cainita, el Pais
Vasco cainita: desde el carlismo decimonónico hasta ETA y sus años de plomo. Tuve ocasión de
conocer este abrupto texto hace tres o cuatro años. Comentario escueto y
escasamente razonado para su autor: “estremecedor, pero no hay güevos para poner esto en escena”. El padre de Borja, Jesús María Ortiz de Salazar, Xabier
en la función, murió hace apenas un mes. No podrá verse en el escenario
encarnado en Juan Pastor.
Reconozco que sí ha habido guëvos, y que el dia del estreno,
en la sala Francisco Nieva, ocurrirán grandes prodigios. Voy conociendo a gente de Los Gondra. Me los encuentro en los últimos estrenos “haciendo pasarela”, Sonsoles
Benedito, Cecilia Solaguren, Pastor, Tomé, Pedroche. Se vive una gozosa tensión de gran acontecimiento. El reparto ya lo dí en
el anterior post. Y Borja sigue dándole vueltas de tuerca al texto inicial.
Hacer pasarela era un
ejercicio que Umbral practicaba con esmero y me recomendaba con frecuencia. Me
decía, “ queriiiidooooo; eres un gran escritor, pero te falta pasarela; aprende
de mí”. Nunca aprendí a hacer pasarela. Es más fácil imitar
el estilo literario de Paco que su don sublime para la pasarela.
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