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sábado, 1 de febrero de 2020

JUAN MARGALLO Y LA FIESTA DE LA REVOLUCIÓN


La revolución fue una fiesta. (Publicado hoy en EL MUNDO)
No siempre era una fiesta, pero tenía un puntazo. Juan Margalllo, un histórico del teatro independiente, de Castañuela 70 y del antifranquismo festivo y demoledor, ha publicado un libro de memorias informales y en parte apócrifas, Vivir del aire: desde su infancia en un pueblo de Extremadura y su adolescencia en Vallecas con el Gayo Vallecano, hasta nuestros días. En ellas está siempre presente una actriz grande, Petra Martínez, compañera de Juan durante 50 años y los que vengan.  Con las necesarias diferencias uno/a parecen el alter ego del otro/a; tanto, que en tiempos llegaron a firmar conjuntamente algunos textos con el nombre de Jon Petrov, sovietización aclaratoria y necesaria, pues Juan Margallo no era del PCE revisionista y estalinista, como éramos algunos, sino de la ORT, Organización Revolucionaria de Trabajadores, marxista leninista vía Mao.  Con estos antecedentes   no deja de ser raro que Juan Margallo haya logrado vivir no solo del aire, sino del teatro.
Vivir del aire es una novela picaresca, género literario estrictamente  español y de lo más noble y divertido del espíritu ibérico,  breves capítulos, brevísimos a veces, como una greguería o un telegrama. No hay unidad de acción, ni de tiempo ni de lugar. Noble, divertido. Y  cómico, de aquellos que retrata Agustín de Rojas Villandrando en El viaje entretenido es Juan Margallo, por otro nombre Petra Martínez si ustedes lo prefieren.  Siempre en la trinchera, Margallo lo ha pasado bien, incluso en esas circunstancias en  que sospechas que algún peligro inminente y desconsiderado puede estar acechando. En cierta ocasión y ya en democracia, aunque fuera una democracia putrefacta, nos invitaron a ambos, en collera, como se dice en la jerga taurina a  dar una charla en el Círculo de Bellas Artes Esto no lo cuenta Juan en su libro. Y cuando alguien del público resaltó los riesgos de ser antifranquista en aquellos días de la Oprobiosa, Margallo aseguró que él había sido teatrero y antifranquista para divertirse y pasarlo bien. Y porque no quería separarse de Petra Martínez. Con lo cual, Margallo refrendaba el aserto de Vázquez Montalbán: “contra Franco vivíamos mejor”. Posiblemente no fuera del todo cierto, pero éramos  más  jóvenes.

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