La revolución fue una fiesta. (Publicado hoy en EL MUNDO)
No siempre era una fiesta, pero tenía un
puntazo. Juan Margalllo, un histórico del teatro independiente, de Castañuela
70 y del antifranquismo festivo y demoledor, ha publicado un libro de memorias
informales y en parte apócrifas, Vivir del aire: desde su
infancia en un pueblo de Extremadura y su adolescencia en Vallecas con el Gayo
Vallecano, hasta nuestros días. En ellas está siempre presente una actriz
grande, Petra Martínez, compañera de Juan durante 50 años y los que vengan. Con las necesarias diferencias uno/a parecen el
alter ego del otro/a; tanto, que en tiempos llegaron a firmar conjuntamente algunos
textos con el nombre de Jon Petrov, sovietización aclaratoria y necesaria, pues
Juan Margallo no era del PCE revisionista y estalinista, como éramos algunos, sino de la ORT, Organización
Revolucionaria de Trabajadores, marxista leninista vía Mao. Con estos antecedentes no deja de ser raro que Juan Margallo haya
logrado vivir no solo del aire, sino del teatro.
Vivir del aire es una novela
picaresca, género literario estrictamente español y de lo más noble y divertido del
espíritu ibérico, breves capítulos,
brevísimos a veces, como una greguería o un telegrama. No hay unidad de acción,
ni de tiempo ni de lugar. Noble, divertido. Y cómico, de aquellos que retrata Agustín de
Rojas Villandrando en El viaje entretenido es Juan Margallo, por otro
nombre Petra Martínez si ustedes lo prefieren. Siempre en la trinchera, Margallo lo ha pasado
bien, incluso en esas circunstancias en que
sospechas que algún peligro inminente y desconsiderado puede estar acechando.
En cierta ocasión y ya en democracia, aunque fuera una democracia putrefacta,
nos invitaron a ambos, en collera, como se dice en la jerga taurina a dar una charla en el Círculo de Bellas Artes
Esto no lo cuenta Juan en su libro. Y cuando alguien del público resaltó los
riesgos de ser antifranquista en aquellos días de la Oprobiosa, Margallo
aseguró que él había sido teatrero y antifranquista para divertirse y pasarlo
bien. Y porque no quería separarse de Petra Martínez. Con lo cual, Margallo
refrendaba el aserto de Vázquez Montalbán: “contra Franco vivíamos mejor”.
Posiblemente no fuera del todo cierto, pero éramos más jóvenes.
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