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martes, 15 de enero de 2019

LOS ENIGMAS DE LA ALFARERA PRODIGIOSA



Sigue con sus alfarerías y sus prodigios, por lo que leo en los periódicos. O eso creo; a veces me hace llegar  sus cuitas y alguna desventura.  El prodigio, sobre todo fue que  fuera yo su cómplice y confidente, sospechándola sáfica uncida al deleitoso yugo del amor de mujer.  Lo  nuestro, nuestra delicada amistad, nunca supimos cómo llamarlo, sabiéndome ella  volátil y nebuloso de niebla y sol, adicto a lo  femenino cambiante   y yo sabíendola lesbiana.   Un dia me exigió lealtad,  cosa innecesaria pues la tenía asegurada desde aquella vez  que me dijo "sé que nunca escribirás nada que dañe mi imagen de mujer". Pero puedo dañar tus alfarerías, le contesté, soy crítico de arte. Y volvió a sonreir con melancolía  Esa sonrisa tenía un significado especial cuando acababa de decirme, “si supieras cómo soy no me mirarías a la cara”. Pero era imposible no mirar aquella cara divina  y cambiante, cualquiera de sus  mil caras, como llegué decirle un dia y eso le dolió. Yo  creo que su belleza la atormentaba porque prefería  ser querida a ser deseada, como Marilyn a la que empezó a entender gracias a mis relatos... Un dia, mientras modelaba una pareja de mujeres fundidas en un abrazo le pregunté porqué admiraba a Marilyn de la cual yo le contaba cosas, su generosidad y sus miserias, su impudor como el dia aquel que le firmaron una exclusiva con una productora importante; reunió a sus amigas, repartíó algún dinero y dijo, “chicas se acabó chupar pollas bajo la mesa en los banquetes”. Y fue cuando yo le dije a la Alfarera que sus enigmas no eran nada comparados con los de Marylin cuya muerte, “accidente, suicidio o asesinato”,  aún no se ha esclarecido. Malditos Kennedy y  Jhon el  tullido lujurioso que le decía por teléfono, “voy para allá, ve quitándote las bragas y preparando el martini”. Tus enigmas no son nada, querida alfarera,  comparados con los mios soy agente de la Cia y del Kgb.  ¿ La KGB, me preguntó poniéndolo en femenino con un mohín enigmático?. Cambió de tema ¿crees que a Marilyn la mataron los Kennedy por miedo a que revelara  secretos que le habían contado en la cama mientras se la follaban??. Cuando le  dije a la Alfarera Prodigiosa lo de agente doble, su  carcajada retumbó por todo Madrid . Luego le conté la historia de Nuestro hombre en la Habana y  creo que mejoré el texto de Grahan Green y me  dijo te ries de todo, hasta de ti mismo. Hasta puede que te rias de mí que no existo y me has inventado.  Y me perdí en sus ojos verde mar, azul mar, azul cielo, verde cielo de un cielo verdoso, de un mar azulado. Puedo describir sus ojos, pero apenas puede dibujar sus labios; su culo y sus piernas sí, porque ella era la propia modelo de sus alfarerías.   Cómo llamaremos lo nuestro nos preguntábamos, cómo una carta  tuya me produce tal ansiedad antes de abrirla, tal sensación de plenitud y angustia. Yo le escribía cartas a mano, suavizando mi infernal caligrafía, cartas en papel blanco con tinta azul o negra, que me aprendía  de memoria por miedo a que el cartero las perdiera.

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