Así no vamos a ninguna parte. Ya puede resucitar Indalecio Prieto y repetir aquello, "desde Hernán Cortes, Manolete ha sido el único que ha hecho algo importante en México" Y ya puede poner el recuerdo del monstruo a todo el exilio y toda la mexicanidad a sus pies; mientras, Morante de la Puebla se deje un toro vivo y a los ruedos del pais azteca sigan soltando esas birrias de toros, pequeñajos los llama José Mata, cronista de buena ley. Y podría decir, a tenor de lo que ví en la sesión inaugural hace unos dias, renacuajos acornes, comparados con los que echan en las Ventas y en otras plazas de Iberia. Para que luego los críticos revirados de este país llamado Españo salgamos dando tornillazos. Hemos hecho de México el Eje de la Hispanidad Taurina; y si siguen así habrá que pensárselo mucho.
Ya puede salir Francisco López Barrios con un tratado de Tauromaquia,desmontando todas las falacias de humanistas, europeistas, progres, nacionalistas de pelaje vario e intelectuales a la violeta, que, mientras no se arregle la cuestión del toro -en Iberia y en Iberoamérica- esto no tiene solución. Mágica ceremonia (Ed. Huerga-Fierro) es un esfuerzo intelectual titánico por devolver a los toros su grandeza y su ceremonia; que Lóper Barrios y Huerga me perdonen, pero yo no sé si el estado actual de la Fiesta merece la pena tal esfuerzo; al menos mientras los toreros, ganaderos y todo el entramado del asunto hagan examen de conciencia y reconozcan que parte de de la culpa de lo que está pasando la tienen ellos.Dicho esto, es necesario rendirse a las evidencias, y los misterios de este libro que un dia será referencia inexcusable para adentrarse en la naturaleza heorica de la Fiesta y en la defensa del toro bravo y el ecosistema de la dehesa.
Frente a animalistas, que apenas parpadean ante las miserias y los desastres del mundo, el escritor granadino establece una radical separación entre el campo emocional de los animalistas y el instinto, probablemente también emocioanl de los animales. Huelgan, por sabidas, las referencias a otras crueldades, pues la comparación no conduce a nada. Pero sí merece la pena detenerse en ese "animalismo" de opereta, de raiz anglosajona y no mediterránea, que nos asuela. Historia, filosofía, si ología animal y sicologia del hombre son las bases en que López Barrios apuntala su obra, monumental no por la extensión, sino por la profundidad. Razones, dialéctica frente a exabruptos como este del profesor Monteserín y otros parecidos de una eminencia llamada Singer. Monteserín, en la línea del ultramontano Eugenio Noel, esta perla: "un mundo sórdido, oscuro e irracional, de violencia y crueldad, habitado por chulos, toreros, verdugos, borrachos e inquisidores". Las citas que podrían sacarse de Singer, serían innumerables; pero baste con esta que, en un alarde de erudición histórica, amplia la barbarie española hasta el Imperio Romano. La culpa de los toros la tienen, "Grecia, Roma, los judios, los cristianos y la cultura occidental". Se olvida de los moros, quizá en un secreto traspiés razista, que hubiera unido las tres culturas de Iberia: judios, moros y cristianos.
LLegados a este punto, ya podemos respirar tranquilos y volver a Manolete e Indalecio Prieto y de paso a José Sánchez Gómez, el Timbalero que da nombre a unos de los premios taurinos más importantes de España y que fue fusilado al amanecer en Salmanca al principio de la Guerra del 36. Es de suponer que lo fusilaron no por se crítico taurino eminente, sino por republicano muy moderado que, en aquellos tiempos, no se hacían distingos de grados rojos o facciosos. Alberto Estella, prohombre de la vida política y cultural de Salamanca, me dice que este año el premio lo ha conseguido un artículo titulado Robo al Capea. Y que la cena del Premio Timbalero está establecido que vaya a beneficio del Proyecto Hombre, lo cual que no sé si será del agrado de don Monteserín y de don Singer. El Timbalero tiene una historia que merece ser contada por lo menudo. Lo mismo que la amistad entre Don Inda y Manuel Rodríguez y la historia de la bandera en la México que se inventó el aparato de propaganda de Franco, alarmado por la aproximación de
Mnolete a la Antiespaña.Vuelvo al tema central de este artículo, López Barrios Mágica ceremonia. López Barios es un escritor y un periodusta al que se ha definido por "una sintaxis de hierro y un gran vocabulario". Lo es; pero yo prefiero recordar al aventurero, bandolero de la Sierra de Ronda, para deleite de americanas deleitosas y secuestradas. Por entonces escribí: "López Barrios es, con Manolito Vidal, el de más talento de la Generación del Café Gijón de los años 70. Los dos sabían de toros todo lo que yo quería aprender". Descanse en paz Manolo y que Lopez Barrios siga matando corridas duras, aunque sea un estilista. !Va por ustedes!
Amigo Villán, tuve el inmenso placer de conocer a López Barrios este verano en Pontevedra, a propósito de la presentación de su libro a unos cuantos chiflados de la Tauromaquia, entre los que modestamente me encuentro, y fue un tamaño pelotazo. Más allá de su sabiduría táurica y su ágil relato, me quedo con sus pelotas de anti-antitaurino, ariete contra el memoprogre de cabecera, el ecobobo tontaina y el eurozombi con vistas a la calle. Guardo su 'Mágica Ceremonia´cual grial de las esencias taurómacas, biblia contra Mosterines conversos y látigo de cursis de Walt Disney. Ahora, sólo me falta conocerte a ti.
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