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miércoles, 26 de febrero de 2014

MEMORIA DE MORENTE Y MUERTE DE PACO DE LUCIA.

´Mientras en el Español aún resuena el eco del llanto y la celebración de Enrique Morente, las campanas doblan por Paco de Lucía. Allá lejos, en Aguas Calientes, a los 66 años jóvenes pero colmados. Paco de Lucía, el Morente de la guitarra flamenca, el innovador, el revolucionario. Acabamos de "resucitar" a Enrique Morente y la muerte, de un zarpazo, se lleva a Paco  de Lucía; extraña y rencorosa Némesis rige el destino de los hombres. Ayer, desde Salamanca, Isabel Bernardo, acusando lectura de mi blog sobre Morente, me decía: "no estuve en el Español pero lo viví en tu Diario como si hubiera esto allí".  Isabel ha sido la pregonera de Los toros a escena , del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, bajo cuyo epígrafe , que hace tiempo rotulamos  Gonzalo Santonja y yo, se ha acogido el oratorio Que trata de España, verso robado a Blas de Otero. El discurso taurino ha coincidido en parte con el discurso poético y político de Que trata de España. Habló Isabel del derrumbre de una sociedad, de unos símbolos; y la tauromaquia no ha escapado a esta ley general; el flamenco resiste, pero los toros resisten peor. Hay en España un complejo de sentirse españoles y un complejo de sentirse aficionados a los toros. Toros y flamenco, esa cultura maltratada que dijo Paco de Lucía cuando recibió el  Príncipe de Asturias. Elementos integradores de las Españas, de  España, única y pluricultural.

Toros y flamenco integradores de esta piel de toro reseca al sol y en ocasiones maldita. El bueno de    Eugenio Noel  los detestaba en parte por esta condición unificadora, cosa rara en un escritor del 98, aunque fuera un escritor menor. Pensaba que los toros y el flamenco hacían iguales a andaluces, catalanes, extremeños, castellanos.... Los amigos de Salamanca me confirman que, con el Liceo a tope, vieron emocionarse hasta a un general y a algunos políticos, escuchando  Que trata de España.  Victoria Vera  en plan  maja de Goya, desnuda y vestida, puede emocionar hasta a un militar. Pero la emoción no venía de ahí solo. Venía del sentimiento de España   de una idea de España de  Max Aub, Alberti, Bergamin, Celaya, Salvador Espriu, Maragall, Celso Emilio Ferreiro, Luis Cernuda, Angela Figuera Aymerich, Panero...... y tantos otros que fueron, en tiempos, llamados la AntiEspaña. Algo hemos ganado. Que trata de España, Blas de Otero dixit: con Victoria Vera  a la palabra, Antorrin Heredia, al cante; El Persa al toque, Juan Ramírez   al baile. La dirección de Ramón Fontseré, el espacio y la luz de David Loaysa.  Y la selección de poetas a cargo de quien suscribe, su servidor de ustedes, que ahora no sabe si seguir llorando por Enrique Morente o iniciar otra llanto, igual pero distinto, por Paco de Lucía.  Más hubiera llorado  Félix Grande, muerto hace dos meses,  que iba para guitarrista  y se quedó en poeta porque le dolían las manos del dolor del alma y del dolor de la guitarra. Y porque se convenció a tiempo de que nunca podría ser  Paco de Lucía,  su dios. 

1 comentario:

  1. Bonitas palabras y muy bien expresadas. Es cierto que en España hay cierto recelo a decir que eres taurino o español, pero a mi particularmente no me avergüenza nada porque es lo que soy, español, taurino y de mi Albacete Balompié... ¡He tenido suerte!
    Saludos Javier.

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