Oido cocina.
Esto de la crítica y el papel es un
poco aleatorio. Te pilla un fin de semana torcido por la futbolmanía de los
mercenarios y te jode todos los
inventos. Hasta desvergonzadas y cultas habitantes de la redes se
desvergüenzan más y quieren asesinar a
los ídolos del Real Madrid que vapulearon al Atlhético, antes Atlhético
Aviación cuando después de la guerra en el Metropolitano. La crítica de La Cocina requiere un ejercicio demorado
de exégesis y meditación. Es una obra de gran aparataje escénico con muchas
cargas de profundidad. Ví a Roberto Álvarez exacto y contundente en el
gesto; a una bella y sofisticada Silvia
Abascal, a Javivi Gil en un
bondadoso pastelero con mucha retranca y mala leche. Peter (Xabier Murúa) el iracundo cocinero alemán y cornudo. Me
colocaron cerca de donde ocurría lo más
principal: Anne (Carmen del Valle)
especialista en preparar postres y café y, como dice uno de los personajes, especialista en “ponernos
cachondos a todos”. Prodigios actorales,
gesto vacío al que llenar de contenido con absoluta precisión.
Haciendo pasarela a favor de Los Gondra, la magnífica Sonsoles Benedicto, acompañada de su marido Antonio Medina. Sonsoles es uno de los puntales del reparto
femenino. En realidad, todas las féminas son puntales de Los Gondra. Sobre el reparto masculino, hablaré en el próximo post,
que ya va siendo hora.
Mujeres de agua.
Un imprevisto suceso me trae a la
memoria un poema mio escrito en 1966 y
publicado en 1980 por La Banda de Moebius; total desnudez, mujer de agua, memoria
del agua: Nocturno amor y mar. Barcelona
cerca del Jamboree Jazz. A modo de anticipo, del que considero uno de mis
libros favoritos, sólo unos versos: “es de agua tu cuerpo/ de agua curva la
tibia oscilación del pubis/ y hondos ríos tus manos/ mujer nocturna y ávida”. (Barcelona 1966). El agua no tiene
edad. Ni el mar. Hace siglos, según Vicente
Aleixandre, el mar aun “ignoraba si nacería niño o niña”.
El Miguel Mihura.
Lo han ganado todas las grandes y
llegará un dia que nadie será verdaderamente grande si no ha ganado el Miguel
Mihura. “No hay prisa, me decía el otro dia una actriz ya famosa y con más futuro que pasado: “tengo 26 años”. De
acuerdo, pero los 26, serán un dia 27, y otro dia 28; cambiarán los gustos, las
posibilidades de un papel adecuado. Y quién sabe si la supervivencia del
Premio, que ha estado desaparecido 10 años.
A quien no le importa nada es a Sonsoles Benedicto, feliz con sus
“cuatro papeles, cuatro” en Los Gondra.
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