Diana Quer
Porque eras
bella y libre
Y habitante
del mar.
Por eso te
mataron.
Porque eras
mujer mar
Una Venus de
espumas
Turbiamente
deseada
Amenazada insomne,
Sentenciada,
Venus de
Boticceli
Siempre
purificada.
Por eso te
mataron.
Odio pusieron
en el lugar
Donde
florece y triunfa
El sexo y el
amor.
Garras en
vez de manos
Destrozaron
tu cuerpo
Manos que debieran nacer
para la caricia y el gozo
Manos de
fieras hechas garfios,
Tenazas de
fuego y fragua maldita y dolorosa.
No descanses
en paz, sueña el castigo.
O sí
descansa y sueña.
Que otras
lloren por tí
Y tramen la venganza,
Maldito sea
Abuin el Chicle.
Sufra y llore
Si es que
sabe del sabor
Amargo de la
lágrimas.
No ha de
otorgarse a nadie
La paz que
te negaron los malditos.
No haya
perdón tampoco
Para quienes
hicieron
Noticia
cruenta, roja de sangre
y amarilla de estiércol,
De tu
escarnio. Vilipendio.
Y escarnio
sobre escarnio.
Porque eras
bella y libre
En una
sociedad sumisa, triste y fea
te mataron.
Te han
matado otra vez desde
Los
titulares de la prensa canalla.
Habremos de
escribir grandes historias de amor
Quienes
siguen amando tu sonrisa,
Tu piel
morena y salobre
Tu grito de
libertad, tu miedo, tu zozobra
Al sentirte
perseguida de lobos.
No sabías, inocente
y magnánima,
Que la
libertad tiene un precio,
El precio de
la muerte.
Por eso te
mataron
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