Marisol, resplandores y cenizas de un mito
Hace años que se retiró de los fastos de la vida mundana
y eligió el silencio. Pero los mitos, aunque lo sean a su pesar, nunca se van
de nuestros recuerdos. Y vuelve ahora. Exposición de fotografías, una vida en
imágenes, que sobre Pepa Flores, ha montado en la Academia de Cine, el
fotógrafo que más la retrató, que la retrató
desnuda, Cesar Lucas; Marisol, el resplandor de un mito. Aunque a muchos no les gustaran sus películas de niña prodigio, amábamos a
Marisol, un rayo de sol con el cual el franquismo cruento trataba de iluminar
sus miserias. Y no dejamos de amarla,
cuando dejó de ser la Marisol, explotada ultrajada por Goyanes, su marido, para diversión de la
gusanera franquista. Pese al éxito fue una niña desgraciada. Y pese al amor tórrido
con el incandescente Antonio Gades, fue siempre, al menos para mí, Marianita
Pineda bordando la bandera de la libertad, Mariana Pineda, ¨´en cadalso por
no declarar¨´. Gades la hizo comunista, la llevó a Cuba para levantar el
puño con Fidel Castro cantando la internacional. Y luego Gades la abandonó por una chocolatera suiza me
parece, chocolatera y acaudalada no podía ser otra cosa que suiza, claro está. Pepa
Flores se resignó, yo dejé a Goyanes y Gades me deja a mí. Personalmente
solo la ví una vez, en la acera del Café de Gijón. Inevitablemente quedé
fascinado. Pepa Flores era puro magnetismo. Me la presentó Pepe Diaz, el
pintor rojo de Campo de Criptana al que yo dí en llamar el Picasso de
la Mancha, que preparaba apuntes para un retrato de Antonio Gades ya universal.
El desnudo de Marisol, en la
portada de la revista Interview y en páginas interiores, seis
años después de que Cesar Lucas lo captara en una playa solitaria, marca el fin del franquismo crepuscular y el
principio de las libertades, un antes y un después en el devenir de España.
Ignoro cómo Marisol, bellísima e inocente, vivió aquel acontecimiento.
Posiblemente como una fatalidad más de las muchas que han jalonado su vida.
Como periodista siempre
arrastraré la frustración de no haber podido entrevistar a Pepa Flores. El
pintor segoviano Jesús García, amigo de María Zambrano, de Juan
Manuel Caneja y sumo sacerdote del culto a Pepa Flores siempre me
disuadió del intento, ni lo intentes y yo no ayudaré a profanar su retiro,
me dijo un dia. El fotógrafo Cesar Lucas, muñidor de esta exposición ¿ha
profanado el retiro de Pepa Flores?. Dígalo él porque Marisol no lo dirá nunca.
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