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sábado, 22 de febrero de 2014

POETAS EN LA GUERRILLA; TIEMPOS DEL POLISARIO

Me llegan noticias de Canarias donde dedican el Dia de las Letras al gran poeta difunto, Agustín Millares, de la familia de los Millares a  la que también pertenece Manolo Millares, el pintor de las arpilleras. Ha sido un dia sorpresivo y fecundo. Almuerzo liviano  en el Gijón con  Santiago Sánchez  para hablar de cosas de teatro, de qué  si no: una sorpresa está al caer. Refiere el éxito de Decamerón negro en Valencia; Valencia, la tierra de las flores , tiene la marca a fuego de la sensualidada mediterránea. No me extraña que allí apasione el Decamerón, aunque sea Negro o, precisamente por serlo. Noticias de Salmanca y Los toros a escena  del Instituto Castellano y Leonés, que este año ha acogido Que trata de España. La idea trocal  de este espectáculo, "España es demasiado importante para dejarla en manos de los políticos; que hablen los poetas",  ha calado hondo en un Liceo lleno hasta el gallinero. Isabel  Bernardos, la pregonera, me manda su pregón; no he podido ir a Salamanca, donde una noche bruja de toros y de cante, hace no mucho, me nació la idea de una obra de teatro sobre La Argentinita: Las tres pasiones de Encarnación Júlvez, que está concluida con la coautoría de una gran autora: Diana de Paco Serrano. Me ocuparé del pregón de Isabel y de Que trata de España"

El Gijón está recuperando buena aparte de su condición de ágora, mentidero, foco de rumores y alguna noticia, pocas. Umbral prefería los rumores a las noticias. Por eso era huésped y exégeta del Gijón. Pero uno no es Umbral y no sabe interpretar tan bien como Paco las entrañas del rumor.   No veo a Jesús Nieto    ni a nadie de las nuevas hornadas umbralianas. Pero aparece Emilio Sola, Juan el anarquista, Esmeralda,  a los que hace siglos los Gerrilleros de Cristo Rey les volaron la Vaquería, copas, libre pensamiento, santuario de libertad y otras perversiones. Los chicarrones de Sánchez Covisa tuvieron un detalle que, entonces, les agradecimos públicamente: volar la Vaquería a las cinco de la mañana, cuando ya todos noshabíamos ido a dormir. Publiqué sobre el asunto un artículo en el Arriba, tomado ya por el rojerío de todos los pelajes , y a los pocos dias Sánchez Covisa y su chicos quisieron volar el Arriba o, en su defecto, tirarme por la ventana, que era más fácil.

 La llegada de Emilio Sola, Juan el anarquista,  y de Esmeralda hace que casi se me salten las lágrimas: como los viejos rokeros, los viejos anarcos nunca mueren. Es más,  ellos son los verdaderos rokeros. Emilio Sola organizó hace años desde Argelia un viaje de apoyo a la causa saharaui y al Polisario, que era a lo que quería referirme al principio,  al evocar a  Agustín Millares. El apoyo interior se lo prestamos a Emilio fundamentalmente Jose Ramón Ripoll, Navarrete  y yo. Unos veinte poetas, adictos a todas las revoluciones perdidas, nos presentamos en Tinduf convencidos de que, cuando el Polisario expulsara a los marroquíes,  allí estariamos nosotros Kalasnikov y verso en  ristre. Y había poetas importantes como Caballero Bonald, Fernando QuiñonesJosé Agustin Goytisolo, Carlos Alvarez y el propio  Agustin Millares....Compartí tienda de campaña varios dias con Agustín Millares;  y, bajo las estrella versos, futuro y esperanza pese a la diferencia de edad; y la idea, tan mal entendida desde el llamado "realismo socialista", de que no hay ética sin estética. Una madrugada, ya sin versos que llevarnos a la boca,  compartimos  un sorbito del guisqui clandestino que habíamos importado de contrabando  Paco García Navarrete,  Javier Reverte y yo. El güisqui no era de José Agustín Goitysolo,   el poeta de Palabras para Juliapero lo vigilaba como si le perteneciera. Javier Reverte y yo, implacables, se lo teníamos racionado y con cuenta gotas. La revolución es una cosa y el güisqui otra. Y el güisqui era nuestro.

Me hice  amigo de Agustín Millares, conocí sus versos que apenas conocía, improvisamos sonetos que estarán tan perdidos como el Polisario en las arenas del desierto; hubo un tiempo que nos llamábamos por teléfono, pero todo se fue difuminando. Me sumo a este homenaje del Dia de las Letras,  me imagino, friolento y lírico, en las noches del desierto saharaui, soñando con Keltum, la hermosa guerrillera que algunas noches no podía dormir porque tenía el novio en el frente y se venía a charlar con nosotros

  Recuerdo todo esto con  Emilio Sola en el Gijon más de 30 años después y a Emilio le brillan los ojos con una extraña luz, que, después de tantos años de amistad, apenas reconozco. Un recuerdo imborrable, admirado Agustín Millares. Si alguna lágrima se nos escapa que nadie lo tome a sentimentalismo. Es el rocío del desierto  saharaui que retorna inútilmene porque ya no hay causa saharaui, ni Polisario ni bellas guerrilleras  ateridas de insomnio porque sus novios están en el frente .
Con el  hijo,  Oscar Millares, ejecutivo en la Sgae, hablo a menudo de su padre. Incluso hace poco tuve la idea de montar un espectáculo de pequeño formato con los poemas de Agustín y con las arpilleras de Manuel, el hermano. Como todos los proyectos que merecen la pena,  lo he ido  postergando por otras urgencias sin duda prescindibles.."Aquí, aunque solo sea por el dicho,  de que ver es creer (...) Aquí te quiero ver, amigo mio". Aquí, Agustín Millares.  

     

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