Un jurado de notables premió como
mejor novillo al de Retamar, corrido en segundo lugar y al que Fernando Rey
cortó las dos orejas. El premio al mejor picador fue declarado desierto con
toda justicia. En general, la lidia de todos los novillos fue un desastre; los
picadores no iban a ser menos.
Para mí cuestión de los novilleros es
un enigma; y no digo un quebradero de cabeza porque, hace mucho tiempo, todo lo
concerniente a los toros no me produce ningún quebradero de cabeza. Ni siquiera
la perversidad separatista que los demoniza por ser una Fiesta Española que “viene
de prole en prole y ni el gobierno la abole ni habrá nadie que abola”, que
decía, creo, Ricardo de la Vega.
Pues el gobierno catalán la ha abolido y aquí no ha pasado nada.
Lo que no acabo de entender es la
actitud de los tres novilleros de ayer, Fernando Rey, Gonzalo Caballero y Lama de
Góngora aspirantes en teoría a casi todo y por lo visto ayer aspirantes a
casi nada. La novillada concurso fue muy seria, en especial los cuatro últimos. Puede asegurarse sin temor a equivocación que las dos novilladas de la Corredera, Feria
de los Remedios han tenido más trapío y más pitones que todas las corridas
juntas de San Sebastián de Los Reyes llenas de figuras y de figurones.
En trance así, me dedico a cavilar sobre a quién les gustaría
parecerse a cada uno de los novilleros.
Todos quisieran ser, sin duda, Ponce,
el Juli, Talavante e incluso José
Tomas; y que por ambiciones que no quede. De hecho, empiezan comportándose como si ya
tuvieran fincas, coches y muchos contratos firmados. Fernando Rey, ayer, en el
quinto (Manuel Quintas) yo creo que quería parecerse a Morante de la Puebla; tal fue su
espantada ante las dificultades, evidentes, del quinto. Cierto que ya tenía dos
orejas en el esportón y la Puerta Grande asegurada. Pero su actitud huidiza y
conservadora es inadmisible en un
aprendiz de torero. Lo mismo que la de Gonzalo Caballero ante los problemas del
cuarto (María A. de la Serna). Lama de Góngora ignoro a quien quiere
parecerse. De seguir por este
camino, no se parecerá a nadie; ni siquiera a sí mismo. Eso es malo, pues dicen
que abrió la Puerta del Príncipe hace poco en una novillada sin caballos. Con
que se pareciera a su maestro, el infortunado Luis de Pauloba, ya sería
bastante.
Una salida a hombros y una novillada
muy seria y, en líneas generales, con poder, en la Corredera. Pero
decepcionante. En momentos así de inhibición, falta de valor o incompetencia,
se echa de menos la actitud firme, con autoridad y sitio, un poco verde si se
quiere, pero novilleril y arreando de Angel
Sánchez el dia anterior. No quiero jugar a profeta, no sé el futuro de
Angel Sánchez; pero el presente de ayer es esperanzador. ¡Suerte pa tos! Les
deseo a todos fincas, cortijos, éxitos apoteósicos. Pero la suerte hay que
ganársela
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