Querido César Rincón.
Vuelvo a mandarte una misiva y con
ella la solidaridad de la afición colmenareña con los novilleros de la
Santamaría. Desde La Corredera, un brindis por todos ellos y por tú. Y otro
aviso para el contumaz don Gustavo
Petro. Que tema “la cólera del español sentado en una plaza de toros” si se
decide a alzarse en armas, taurinas naturalmente, ante su atropello.
A falta de lo que pase con la novillada sin picadores, la Feria de los
Remedios debe darse por concluida. Buena Feria en contra de los pesimistas y
agoreros entre los que me incluía. La memoria prodigiosa de Maxi Pérez me ha recordado el toraco
que yo traía a colación ayer que mataste en esta plaza: Hermanos Santamaría 1991; aproximadamente unos 600 kilos, de ahí no
bajo aunque me lo diga la Maxipedia en
armas y toda Peña El Rescoldo, que este invierno me dio un premio.
Dile al señor alcalde de Bogotá, don Gustavo Petro que esas no son formas. Y
que para este viaje de prohibiciones e interdictos, mejor no hacemos la
revolución. Prefiero al alcalde de Colmenar Viejo, del PP, don Miguel Ángel Santamaría que ha montado
una feria muy apañada en época de crisis. Si sospechara que con el dinero de los toros se roba un
puesto escolar a la Enseñanza o una cama a la Sanidad, yo mismo le montaba las
barricadas pasada mañana al señor Alcalde. Y quemaba la Sala Javier Villán que han abierto con la donación de mis libros y mis
cuadros. Palabra.
Pero en esto de los toros, la Izquierda
confunde muchas veces la velocidad con el tocino. Lo cual no quiere decir que
la derecha acierte siempre. Ojala podamos ver en la próxima feria de los
Remedios a alguno de esos novilleros, en huelga de hambre ante la Santamaría,
formando cartel con Angel Sánchez, novillero
a mi entender triunfador de esta Fería de notable nivel. No porque usted los
haya obligado a exiliarse, sino por el lógico discurrir del tiempo en espacios de libertad; como vimos hace
años al gran César Rincon.
El triunfador absoluto ha sido,
impepinablemente, López Simón, un
torero joven puro y modesto, que entró por la puerta de atrás de una
substitución y se quedó con el santo y la limosna. López Simón es oriundo de
Colmenar Viejo, varias veces triunfador aquí que se había quedado
a verlas venir. La base fuerte del cartel de ayer era Juan del Álamo, herido o lesionado en algún sitio de esta reseca piel de
Iberia. Guarde su viña López Simón no le vayan a robar
las uvas el próximo año.
Hay palabras, frases olvidadas en la jerga taurina; correr la mano, por
ejemplo; y eso lo hizo ayer muy bien López Simón. Cierto que le tocó el lote; el
más encastado, el de más fondo y nobleza de Angel Luis Peña. El peor fue
para Miguel Abellán, diestro que va ganando en reposo y madurez y, como
director de lidia, estuvo siempre donde tuvo que estar. El colmenareño Miguel de Pablo, tomaba la alternativa.
Solucionó la papeleta con honradez y dignidad a base de arrimones a unos toros
parados; uno de ellos salió moribundo y moribundo feneció.
La corrida de Angel Luis Peña, salió variada
de fuerzas y temperamento. Y pareja de presentación y trapío; al menos dos
toros importantes, uno de ellos premiado con la vuelta al ruedo. Varios de los
novillos lidiados los días anteriores
tenían más trapío y más plaza que los toros de ayer. Digo esto no para
que la Comisión Organizadora Municipal disminuya el trapío de los novillos,
sino para que aumente el de los toros. No se puede empezar la casa por el
tejado.
El público ha respondido
razonablemente bien. Media entrada en las novilladas, del actual aforo reducido; y dos
tercios o algo más en la corrida. El público ya nos el aficionado d antes, los
que ante la inhibición de algunos novilleros los hubiera corrido a gorrazos.
Pero ha pasado por taquilla. Y no había figuras que se comen el presupuesto sin
reparar en crisis. Las figuras y figurones, a San Sebastían de los Reyes, a
matar chotos afeitados. Colmenar sólo necesita “medias figuras” con raza y
torería, o sea diestros con mucha vergüenza torera; y el toro íntegro, duro,
encastado y fuerte. Esa debe ser la seña
de identidad de los Remedios y la Corredera.
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