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martes, 9 de junio de 2015

TEATRO. ESPAÑA PEREGRINA. GRAN MAX AUB DE JESUS CRACIO


Max Aub o la invención de sí mismo. En  Naves del Matadero. Ferozmente libre, múltiple y poliédrico. Quedan pocos días; no se lo pierdan. Se cierra en el Teatro Español (Naves) un círculo que el actual director del mismo, Pérez de la Fuente, inició en el María Guerrero con San Juan. Pero estoy convencido de que la cosa no acabará aquí;  Ernesto Caballero y José Ramón Fernández trabajan sobre El laberinto mágico.
 Su vida y su obra fueron un viaje constante hacia todas las partes y a ninguna; y a eso parece aludir el trajín  de maletas, los rieles por  los que transitan los personajes en el montaje de Jesús Cracio; ciudadano del mundo y habitante de ningún sitio, novelista, autor dramático, diseñador de crímenes perfectos o imperfectos, sufridor del pasado y sin fe en el porvenir.  Hay muchos Max Aub; y el largo título de esta función define su personalidad: Tengo tantas personalidades que cuando digo “te quiero” no sé si es verdad. Presencia del amor en un episodio de venganza cruel, un nazi y una judía bella como la judía de la petenera.
  La selección puede ser discutible, pero  la dramaturgia y la dirección de Jesus Cracio no y requiere un comentario, próximo, más amplio. Ni tampoco es discutible la interpretación de Juan Calot rotundo, profundamente maxaubiano; y de  todos los demás;   Marta Belenguer, Marc Clotet, Julián Ortega, Carmen del Valle y la pianista Celia Laguna. Mención especial para Miranda Gas  en el drama  y en la comedia. Y en una primorosa canción, bandera contra el franquismo crepuscular, con la que culmina una estupenda interpretación.



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