La popularidad de Borja en el Gijón
Creí que el más famoso del
Café de Gijón era yo, habitante de sus
espejos casi medio siglo. Alli bebí parte de mi vida de crápula inocente y
provinciano, en compañía de Francisco
Umbral a palo seco, y con Paco Rabal a torrentes de guisqui. Pepe Lucas era otro
asíduo de mi vida. Como siempre me invitaba el “sobrino” de Buñuel, yo tomaba
vino para no abusar. Pero el otro dia pude comprobar que Borja Ortiz de Gondra,
un neófito en aventuras gijonescas, era más conocido que yo. En el transcurso
del almuerzo cinco o seis personas se acercaron a la mesa a pedirle autógrafos
y a comentarle su obra Los Gondra, en
la que Borja hacía de sí mismo.
Cuando la gente interrumpe un almuerzo
personal y privado para hablar de teatro es buena señal. Este país acabará
funcionando si se aficiona al teatro; y si además es capaz de reflexionar sobre la afición que tenemos en
España a matarnos, cada 30 años más o menos, funcionará mejor.
Borja es de Algorta, de la familia de
los Gondra de toda la vida. En su primera juventud, ahora está en la segunda,
tuvo que salir de su pueblo y marcharse por los caminos del mundo porque entonces los vascos de Algorta
no toleraban las heterodoxias. La obra Los
Gondra no es piadosa con
Algorta, pero en ella se reconoce un personaje
que nunca dejó de amar a su pueblo y de ser vasco; y euskaldun casi a la
perfección. Ahora le han reconocido sus méritos dándole un “Premio a su
trayectoria”, lo que equivale a nombrarle hijo predilecto o algo así. En Algorta van a construir un
teatro importante que será asombro de Euskalerría. No estaría mal que en él se
estrenaran las obras de Borja Ortiz e incluso que lo inauguraran con la obra en
que está empezando a trabajar ahora, Los otros
Gondra; con dos pares y a la
vasca. A pesar de su éxito, con la
dirección de Josep María Mestre y un formidable reparto sin excepción, Los Gondra ha encallado por cuestiones
burocráticas ministeriales y su destino no se ve nada claro. En ocasiones, por
las calles de Lavapiés me encuentro a gente del reparto, en el Café Barbieri, Café
de los Espejos. Se les nota la añoranza.
Lástima que una de las mejores obras de la temporada solo la hayamos visto en Madrid.
El Foro sigue siendo el Foro.
La incógnita de la Alfarera Prodigiosa.
Borja me pregunta por la Alfarera Prodigiosa. Sigue convencido de
que es un ser real, no se cree que sea un personaje de mi invención.
Mi personaje se esfumó hace meses camino de las Islas Polinesias ignoro
con qué intención. Como personaje adquirió
plena autonomía y desde entonces se me ha ido de las manos.
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