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martes, 20 de junio de 2017

LOS OTROS GONDRAS


                    La popularidad de Borja en el Gijón 

                     Creí que el más famoso del Café de Gijón era yo,  habitante de sus espejos casi medio siglo. Alli bebí  parte de mi vida de crápula inocente y provinciano, en compañía de  Francisco Umbral a palo seco, y con Paco Rabal a torrentes de guisqui. Pepe Lucas era otro asíduo de mi vida. Como siempre me invitaba el “sobrino” de Buñuel, yo tomaba vino para no abusar. Pero el otro dia pude comprobar que Borja Ortiz de Gondra, un neófito en aventuras gijonescas, era más conocido que yo. En el transcurso del almuerzo cinco o seis personas se acercaron a la mesa a pedirle autógrafos y a comentarle su obra Los Gondra, en la que Borja hacía de sí mismo.

Cuando la gente interrumpe un almuerzo personal y privado para hablar de teatro es buena señal. Este país acabará funcionando si se aficiona al teatro; y si además es capaz de  reflexionar sobre la afición que tenemos en España a matarnos, cada 30 años más o menos, funcionará mejor.

Borja es de Algorta, de la familia de los Gondra de toda la vida. En su primera juventud, ahora está en la segunda, tuvo que salir de su pueblo y marcharse por los caminos del  mundo porque entonces los vascos de Algorta no toleraban las heterodoxias. La obra Los Gondra no es  piadosa con Algorta,  pero en ella se reconoce un personaje que nunca dejó de amar a su pueblo y de ser vasco; y euskaldun casi a la perfección. Ahora le han reconocido sus méritos dándole un “Premio a su trayectoria”, lo que equivale a nombrarle hijo predilecto o  algo así. En Algorta van a construir un teatro importante que será asombro de Euskalerría. No estaría mal que en él se estrenaran las obras de Borja Ortiz e incluso que lo inauguraran con la obra en que está empezando a trabajar ahora, Los otros Gondra; con   dos pares y a la vasca.  A pesar de su éxito, con la dirección de Josep María Mestre y un formidable reparto sin excepción, Los Gondra ha encallado por cuestiones burocráticas ministeriales y su destino no se ve nada claro. En ocasiones, por las calles de Lavapiés me encuentro a gente del reparto, en el Café Barbieri, Café de los Espejos. Se  les nota la añoranza. Lástima que una de las mejores obras de la temporada solo la hayamos visto en Madrid. El Foro sigue siendo el Foro.

La incógnita de la Alfarera Prodigiosa.
Borja me pregunta por  la Alfarera Prodigiosa. Sigue convencido de que es un ser real, no se cree que sea un personaje de mi  invención.   Mi personaje se esfumó hace meses camino de las Islas Polinesias ignoro con qué intención. Como personaje adquirió  plena autonomía y desde entonces se me ha ido de las manos.   

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