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miércoles, 27 de septiembre de 2017

KAMIKAZE PREMIO NACIONAL DEL INAEM


UN PROYECTO Y UNA HISTORIA

A Israel Elejalde y Miguel del Arco, teatralmente, siempre los recuerdo juntos desde aquella incursión en los predios de Pirandello, La función por hacer. Posteriormente Veraneantes fue otra llamada de atención definitiva. Como si anunciaran ya este proyecto Kamikaze producto de una nueva visión organizativa del teatro  al que el Inaem ha otorgado el Premio Nacional de Teatro. Su teatro es un elemento de transformación no de consumo, pero se consume y mucho. Este es el enigma. Aunque su intención al dirigirse a todos los públicos -jóvenes, personas, curas, canónigos y militares- puede difuminar un perfil demasiado exigente. Cómo consiguen la excelencia, debe de formar parte de ese espíritu proteico y  a la vez popular. Kamikaze  es un proyecto totalizador y colectivo del que también forman parte Aitor Tejada y Jordi Busó.

 Su primer gran acierto fue   Ifigenia en Vallecas, con una María Hervás que nos recordó lo más abrupto de Jbara, la mora de Confesiones a Alá; y lo más escondido de la amnésica en Teatro solo.

Ensayo,  todavía en cartel con Fernanda Orazi, María Morales, Jesús Noguero y el propio Elejalde, es la  postrer obra maestra actoral de Kamikaze, en espera de la próxima. Sólo por esto, que probablemente ningún miembro/a del jurado ha visto, ya merecían el premio. Pero el  Premio  ha sido a un proyecto ya materializado y en pleno desarrollo, no a una obra en concreto. O sea,  que bien están las cosas como están y Kamikaze seguirá creciendo.  No hacerlo sería malo para el teatro español.En otras ediciones otros jurados lo teníamos más crudo y había más competencia. Este país llamado España solo se entiende desde la paradoja. Y en ocasiones, -vean la sedición, la subversión, la desconexión, la biblia en verso de Catalunya- ni siquiera desde la paradoja.  O se entiende desde el teatro o no se entiende, pese a que el ínclito Pablo Iglesias, piense que el teatro es una mariconada.

Un Ministerio conservador premia la vanguardia. Con un jurado vanguardista, todo hay que decirlo, o por lo menos mitad y mitad. Tenía previsto dedicar este retrato a punta seca de hoy  a Elejalde o a algunas de sus  actrices de mi devoción. Pero prefiero dedicárselo a todo el equipo de Kamikaze. Que nadie piense que han vendido su primogenitura por un plato de lentejas. Por otra parte,  los tiempos del teatro como  Resistencia política  han pasado. Como comentamos, de vez en cuando, Juan Margallo, Petra Martínez y Hormigón entre otros, hemos llegado a la conclusión de que “convicto y cautivo el ejército rojo, la democracia putrefacta ha alcanzado sus últimos objetivos”

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