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lunes, 25 de septiembre de 2017

SERRAT, CATALÁN MALDECIDO


Historias de Joan Manuel.
El separatismo montaraz ha puesto en su malévolo punto de mira a Joan Manuel Serrat por su posición contraria al referéndum unilateral del 1 de octubre. Para que no haya malos entendidos, la sagrada unidad de España no es parte imprescindible de  mi filosofía política. Pienso, además,  que ese referéndum lo perderían Ada Colau y la tramontana de Puigdemont. Políticamente, yo permitiría el referéndum para que se pegasen el ostión. Pero hay una ley y esa ley hay que cumplirla.

 No se puede renegar constantemente de España y estar, a la vez, chupando de la teta de la vaca. Desde los decretos de Nueva Planta de Felipe V, incluso antes, la cuestión catalana es un cáncer. Que se vayan o que se queden, pero no pueden estar a la vez repicando y en la procesión, al caldo y a las tajadas.

En cuanto a  Serrat creo recordar que en tiempos de la Oprobiosa  se negó a ir a Eurovisión (1968) representando a España si no le dejaban cantar en catalán. Aquello era más difícil que el folclore  de ahora. A Eurovisión fue la Masielona y ganó. El boicoteo y quema de los  discos de Serrat, fue duro y partía del Régmen como ahora parte de otro Régimen

Mi retrato a punta seca de Serrat  es sencillo y breve; catalán ante todo y, por corolario natural, español. Como tantos catalanes/españoles, cuyos derechos cercados por el independentismo hay que salvaguardar sin concesiones: Els altres catalans, que decía Candel. Esos son los que de verdad deben preocuparnos. A su canción Mediterráneo un dia le atribuí tanta importancia como a la Novena Sinfonía de  Beethoven. Lo cual quizá es un poco exagerado.

Hace siglos Joan Manuel, Josep María Pou y yo fuimos colegas en la Universidad Laboral  de Tarragona como  hijos de funcionarios. Mi padre era cartero. Los padres de Serrat y Pou ignoro qué serían. Pou y Serrat estudiaban peritaje industrial y yo capataz agrícola. A mi me expulsaron por una huelga de hambre que decían había organizado  huelga que quizá ni siquiera se realizó. Pero a la clandestina Radio España Independiente le venía bien difundir esta rebelión contra  el ministro favorito de Franco, José Antonio Girón, artífice de las Laborales  y lo difundió a bombo y platillo. Cuando volví a tener noticia de Pou y de Serrat ya estaban en la cumbre. Me gustaría preguntarle a la gran Montserrat Carulla, soberanista radical sin mácula y sin sospecha qué piensa de rodo esto. Quizá lo lleven a la hoguera en Catolonia, pero el mercado musical del resto de España y de Latinoamerica es más amplio. Y ese no se le va a cerrar. Además le apoya Sabina,  la izquierda castiza que es más seria que el soberanismo.  O sea.

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