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martes, 19 de septiembre de 2017

LUIS BERMEJO Y LA CRITICA. RETRATO


Un profesional de  gran carisma en el actual panorama español: autoridad, respeto. Luis Bermejo no es un estrella;  agobiado, nervioso, sin parar. Su carisma es parecido al de Javier Gutiérrez, Willy Toledo,  Alberto San Juan,  Nathalie Poza. O sea la vida, el teatro insurgente, el Teatro de Barrio. Carismático, pero no mediático. Puede que nadie  le pida  una entrevista ni antes  ni después  de un estreno.  Es un actor cuya   forja no admite marcha atrás. Y le gusta la crítica incluso la del dia del estreno, función muy condicionada, piensa él, por la presencia de amigos y familiares Que le guste la crítica debe de ser porque la crítica siempre le trata bien. Depende, en Barcelona nos pusieron a parir.  Y hace poco un crítico que se llama Javier Villán dijo de mí en El Traje que había que ser muy actor para estar a la altura de Javier Gutiérrez; eso es un elogio, claro, porque Gutiérrez es un grandísimo actor; pero ya establece una jerarquía.

Con Luis Bermejo siempre me ocurre algo. O le cambio el nombre o me confundo de obra. Pero nunca le he  puesto a parir. Le gusta la crítica porque dice que aprende de nosotros. A veces, hace tiempo, me he quedado en la calle esperando los periódicos ya no, porque ninguno sale al dia. Pero madrugo para leeros.

Como con Bermejo siempre me ocurren cosas,  tomo nota de a fugacísima charla. Agobiado, angustiado, el dia del estreno y otros días. Se viste de domingo como en los pueblos los días de fiesta,  traje, zapatos.  Se mira al espejo y se encuentra bien.  “Elijo sobre todo el después, con quien charlar después la función, la gente que me acompañará a  tomar unas copas a comentar la la obra; claque no, no me gustan las   claques, me gusta la controversia, los interesados en la esencia y la naturaleza del teatro. Los que siguen mi teatro”. De la crítica lee todas, las favorables,  la desfavorables y las ajenas y aprende de todos  aunque tiene sus preferidos,  sus escritores a los que sigue tanto por sus juicios como por loa calidad de su prosa. Lee también las críticas ajenas. “Si el dia del estreno los periódicos de papel salieran  a la hora del chocolate en San Ginés, me gustaría discutirlos”.

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