MORANTE; RABOS Y
OTROS DESPERDICIOS
La Maestranza ha perdido su
virginidad del rabo a manos de Morante de la Puebla que, según indicios
y proclamaciones, es ya torero de Sevilla; la virginidad le duraba a la Maestranza
desde el año 1971, en que la desfloró Ruiz Miguel, el torero gaditano de
la Isla, que le cortó el rabo a un toro de miura duro y aborrascado. Ruiz
Miguel proclama siempre que tiene oportunidad, su admiración por Paquirri,
¨¨el mejor torero de todos los tiempos¨´, dice. Pero yo creo que Ruiz Miguel se
equivoca. Para mí el mejor torero de todos los tiempos, hablo sólo de los que yo he visto, es Rafael Ortega que ha pasado a la historia como estoqueador
sublime. Chenel era de la misma opinión. Ya tenemos, pues, acontecimiento, episodio
nacional, en una época abundante en mediocridades y parca en gestos
extraordinarios. Sevilla tiene, pues su torero, su acontecimiento en tiempos en
que estamos necesitados de episodios nacionales como los de don Benito Pérez
Galdós. Ser torero de Sevilla, de la Maestranza, es un jerarquía máxima. Como
ser torero de las Ventas o algo así. La Maestranza, porque se ha atribuido la representación
sacra, y acaso lo seaCurro Romero era, es, torero de Sevilla, porque si Canorea
no lo ponía en los carteles los aficionados se amotinaban y Canorea tenía que
rehacerlos. Y era, es, torero de Madrid porque abrió seis veces la puerta grande
de Alcalá. Ruiz Miguel la abrió diez veces, una menos que el Viti que la abrió
once. Máxima aspiración de todo torero sevillano, según tengo recogido en mi
Diccionario Taurino, Tauromaquias, es coger el toro en el burladero de capotes
y llevarlo hasta el terreno contrario de toriles con suaves lances de tirón y
verónicas inconclusas. Ignoro si Morante alberga ese deseo. Curro estuvo a
punto de conseguirlo una vez, yo lo ví, y juro que esa misma tarde lo ví
cruzarse al pitón contrario, y la Maestranza en pleno contuvo el aire, suspensa
y sobrecogida. A Curro le faltó fuelle y respiración y al toro acometividad
para completar la hazaña. Carlos Crivell
fue quien primero vió a Morante, hace
mucho tiempo, y me lo advirtió con el clásico este viene con la goma de
borrar, no le pierdas de vista.
Carlos Crivell, con Antonio Lorca ostenta el rigor y la excelencia de la
crítica, en una ciudad en la que el periodismo taurino, como escribí temerariamente,
y acaso arbitrariamente, hace muchos
años, no es de los mejores de España.
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