Frente a
frente, (Publicado Desavencias El Mundo)
Albert Camus ha venido al Maria
Guerrero de la mano de Mario Gas. Calígula.
Para que el gozo sea completo, sólo falta traer a Jean Paul Sartre. Ambos
fueron amigos, pero acabaron siendo enemigos irreconciliables, Desde la ruptura
de 1952 no volvieron a hablarse. Había más que enemistad, había ideología,
guerra fría. Se conocieron en 1943 en el estreno de Las moscas, de Sartre., según cuenta Simone de Beauvoir. Su divorcio en 1952 fue una desgarradura
moral y política; las dos mentes más vigorosas de la izquierda europea de la
mitad del siglo XX frente a frente. Sin ninguna posibilidad de
reconciliación. Las grietas entre su
pensamiento, tan sólidamente elaborado, no eran nuevas, pero habían sido
tolerables frente al nazismo como resultado de dos sistemas filosóficos. Filosofía
política. La ocasión de ruptura la
deparó un violento ataque contra El
hombre rebelde por parte de la revista Los
tiempos modernos de la que Sartre era
redactor jefe. Fidelidad de Albert Camus a su idea de libertad y fidelidad de Jean Paul Sastre a la Unión
Soviética y su revolución, declarándose estalinista; defendía que, pese a la
ausencia de libertades, el estalinismo era moralmente superior al capitalismo.
La posición de neutralidad de
Camus, “ni víctimas ni verdugos”, en aquellos momentos era indefendible y la
equiparación del comunismo al capitalismo también. Probablemente el pensamiento de Sartre ha
envejecido más deprisa que el de Camus. Pero si hablamos de teatro ahí y la
posible escenificación, están Los
secuestrados de Altona, La puta respetuosa o A puerta cerrada que ya hicieron hace años Carmelo Gómez y Aitana
Sánchez Gijón. “El infierno son los
otros” y “los hombres mueren y no son felices”: dos verdades eternas.
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