Colmenar Viejo cinco de la tarde 17
de junio.
Ha dejado de ser verdad que en Madrid, a las ocho de la
tarde, das una conferencia o te la dan. En Madrid, a las ocho de la tarde, te
dan dos o tres conferencias, un recital de poesía, presentan tres o cuatro libros y estrenan media docena de funciones de
teatro en las salas alternativas y alguna en el circuito llamado convencional.
Hoy, por ejemplo, a la misma hora o parecida, tenía función
en Teatro del Arte de la calle San Cosme y San Damián, en Teatro del Barrio, en
la Escalera de Jacob, en Umbral de Primavera, algo en la Cuarta Pared y, de
paso, en Lagrada que está enfrente. Presentación del libro El coloquio de los perros; si la intervencón de Ramón Fontseré ha sido tan genial como su imitación de Chaplin el otro dia en la tele de Buenafuente, es lo que más siento haberme perdido. Y la presentación en Modus Operandi del
libro Querencias, relatos taurinos seleccionados por Gloria Sánchez-Grande y reunirme con Antorrín Heredia en el Gijón para cosas de cante jondo, Juan
Belmonte y el premio Curro Romero, de la Quimera y NH
hoteles, que ha ganado Diego Urdiales. Antorrín me manda una carta inédita del gran Martinez
de León, en torno al suicidio de Belmonte. Nada nuevo; cansancio vital,
soledad aunque tuviera una novia guapa
que lo quería, vejez. Lo nuevo para mí es que se disparó el pistoletazo detrás
de la oreja derecha, siempre pensé que había sido en la boca. Con este panorama
fascinante, obscuro se me presentaba el dia -como el célebre reinado de Witiza- cuando vino a sacarme de
tribulaciones (que ya se habían decantado por Sansegundo en Teatro del Arte) un mal paso, una torcedura de
tobillo. Se acabaron las dudas: un hoyo maldito en el jardín, un tropezón, un
par de horas de clínica y a descansar
bajo la sombra de un cedro con el pie en alto.
Siete de la tarde
En estos días he aludido con frecuencia en mis dos blogs http://cronicastaurinasjaviervillan.blogspot.com.es.
Y http://diariodejaviervillan.blogspot.com
al porvenir de los toros. Me llaman peñas y asociaciones de
vecinos y declino las invitaciones. Me aburre el tema y lo he dicho casi todo,
consultar los citados blogs. Además ya no doy conferencias gratis, salvo si
anda por medio Gloria Sánchez Grande que ha seleccionado para su antología mi
cuento de clandestinidad Clarines y timbales en la plaza de San Pedro. Lo que ocurra con los toros me trae al fresco,
salvo la agresión a la libertad que supone toda interdicción.Este es un tema
filosófíco, no taurino. Y la grey
taurina, empezando por los periodistas venales, se habrá ganado a pulso lo que
pueda ocurrir. El cáncer está dentro. De Aranda de Duero me anuncian que van a exponer Diálogo con el vestido de torear. Lo sabía Maite Túrrez me lo había anunciado con regocijo. Me preguntan que si, además de la fotógrafa, va a ir la modelo Cristina Gaviria. No lo sé, eso es cosa de Juanjo Gaviria, el apoderado.
Calmadas las molestias, un sofá y el pequeño ordenador para
no perder la costumbre. Pero no hay forma. A cualquier movimiento vuelve el
dolor. Voy a ponérselo fácil a los chistosos blancos o negros: “Eso te pasa por
escribir con los pies”. No, pero los
pies son tan necesarios como las manos. Intento iniciar un artículo que le he
prometido a Covadonga Saiz Bernuy para
su revista Clarín; nada. Cambio de registro, la colaboración para ArtezBlai;
peor. Susú, gata entre siamesa y siete
leches, me mira perpleja, muy pegada al ordenata, pero cautelosa con mi tobillo
dolorido. La acaricio y me tira un zarpazo; Susú es así; mimosa cuando precisa
mimos y arisca a voluntad. Te estudia imperturbale, adivina tu estado de ánimo,
solicita mimos y cuando se los das saca las garras. Luego se adormece. La
sobresalta una paloma que se posa en el alfeizar de la ventana, una tórtola.
Luego adopta la posición del felino cazador y se estampa contra los cristales,
la tórtola huye y viene un gorrión despectivo,
indiferente picoteo saltarín a lo largo de la poyata. Y no se inmuta
cuando Susú se lanza contra el cristal. El gorrión ni se inmuta, como si no fuera con
él.
Atardece
Me llama Antonio Piedra para hablarme del poema
de Jorge Guillén Awschwitz,
vergüenza de la humanidad. Jorge Guillén estaba casado con una judía cuya
familia entera fue gaseada en Auschwitz; en España lo metieron en la cárcel
acusado de espía. Atardece y llegan las primeras bandadas
de mirlos y su algarabía. Anochece; salen los vencejos de la madriguera y su
geometría. Susú se acerca a la fuente por ver si pilla algo; en la fuente
siempre hay algún pájaro sediento, pero los pájaros la deján acercarse y alzan
el vuelo en el momento preciso. De pronto salta el riego automático y asusta y
moja a Susú que sale disparada
sacudiéndose el agua. A estas horas, en circunstancias normales, salta de tejado en tejado. Desde el más alto
mira como una diosa, como un animal totémico y sagrado, lo que pasa por la
calle y el campo. Hoy la excursión es más corta. Se acuesta al lado del tobillo
y con cuidado lame el vendaje. La
acaricio, ronronea pero no me tira el zarpazo. Hojeo el libro de Xesús Alonso Montero y Antón Pulido que me ha enviado Sabela, Homenaxe
a Modesto Hermida. Se me resiste. Sucumbo ante una novela de Jhon Le Carré Espejo de espías. Me olvido de las
convulsiones políticas que sacuden el país, me olvido de todo. Lice Le Carré “nada
hay más terrible que un espía en un país extranjero, solo y sin amigos”. Dejaré
reposar estas notas y las remodelare mañana. No sé lo que durará esto del
tobillo; dos o tres días a lo sumo.
Mañana viene la fisioterapeuta. Veremos.
Amanece. Madrugada dia
18.
Las uñas de Susú me despiertan peinándome la barba. Empieza
el bombardeo de noticias, tertulianos
sobre Cifuentes, Carmena, Carmona, Pablo Iglesias, Ciudadanos,
traiciones, platos de lentejas y sobre la portavoz incendiaria y despelotada de
Carmena. Tambien me aburre, aunque
me inquieta. Fogonazos guerracivilistas a golpe de tuiter. Abrumador. Apago la
radio. Y me duermo de nuevo hasta que me asalta una pesadilla sospechosa; el
Alzamiento fascista del 36 no lo perpetró Carmena ni Zapata ni Pablo Iglesias.
A las 13,00 horas me despierta la fisioterapeuta. El tobillo me duele menos.
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