lunes, 1 de febrero de 2021

 Messi y su contrato, una obscenidad

MESSI y la indecencia

El primero, naturalmente Messi, Lionel Messi, una obscenidad. Un agravio para la humanidad doliente. 55 millones de contrato. El futbol es el verdadero opio del pueblo y el opio está muy caro y adormece las ideas y los sentimientos. Y el club de fútbol Barcelona, mes que un club,   según reza la leyenda, otra obscenidad, el puerto de arrebatacapas. Comparados con la corrupción del deporte rey, ¡benditos toros tan denostados por una progresía analfabeta!. La corrida es una de las manifestaciones más democráticas de este país llamado España. Las ovaciones, la vuelta al ruedo, la concesión de la primera oreja es exclusivamente potestad de la voluntad popular. La segunda oreja, supremo galardón, ) el rabo es otra historia carente de jerarquía), es potestad del presidente de la corrida. Pero en muchas ocasiones obedece también a una insistente petición del público. La corrida  que Ortega y Gasset consideraba inseparable de la historia de España es una de las pocas manifestaciones democráticas que nos van quedando. Y gracias a los toros y a su Gran Enciclopedia, el Cossio, podemos recordar también a Miguel Hernández que, condenado a muerte por el genocida golpista, fue indultado por la intercesión de Jose María de Cossio. En esta biblia del toreo las huellas de Miguel no son imposibles de rastrear en las biografías de toreros.

Otro nombre propio que traigo a colación y con todo derecho es Constantino Blanco, un hombre de bien, un hombre anónimo entre los millones de hombres anónimos que ayudan a construir un país. Era mi amigo y falleció hace unos días. Noventa y dos años de honradez y trabajo. Descanse en paz.

Fran. No me imagino un estreno de teatro sin la presencia de Francisca Blanco, la esposa de Antonio Garrigues Walker,  que ya no va a los teatros. Por eso yo también, aparte otras circunstancias, he dejado de ir por el momento.  Contrastar opiniones con ella, en el entreacto o al final del espectáculo, me resultaba imprescindible. Si coincidían nuestros juicios, me besaba la mano en un supremo gesto de elegancia.


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