Premio de la ADE al fundador de la Cuadra.
No tengo noticia de que Celia Mayer ni su superior
en jerarquía municipal, Manola Carmena, ni
Rita Maestre, en capilla por
sacrilegio obsceno, estuviesen anteayer
en el Español en la entrega de los Premios de la Asociacion de Directores de
Escena. Me dicen que anduvo por allí Jesús
Carrillo, encargado de eventos culturales del Ayuntamiento. Vale, pero no
es igual. Mala cosa esa, pues además de descortesía con la Ade y los premiados, esa ausencia manifiesta
desdén, o por lo menos negligencia, hacia el teatro en general.
¿Sabe la señorita Mayer quién es Salvador Távora, fundador
de la Cuadra sin la cual no podría entenderse el teatro de la segunda mitad del
siglo XX de España?. Como fenómeno
teatral y como baluarte antifranquista. Toda la Farándula al lado de Salvador Távora, menos yo que andaba de galenos
feroces e impiadosos. Tanta gente había que a Mayer no se le echó en falta; pero
hubiera sido un gesto. Y a Manuela Carmena, tampoco; ay Manola, ¡!quién te ha
visto y quién te ve y sombra de lo que eras!!.
Esta lamentación o planto es plagio de Miguel
Hernández, una obra del 33 que publicó José
Bergamín, que era cristiano y comunista, en Cruz y Raya. Ojo con la calle si es que tiene alguna en
algún sitio. ¿Sabe la edila de cultura
algo de J.A Hormigón y su colosal
obra de teórico y estudioso, amén de su
labor de director y autor?; y de sus confrontaciones con la dictadura?. De Hormigón podría decirse,
como de Pico della Mirándola, que
sabe “de omne re scibili et quacumque alia”.
Señorita Mayer,
anímese a pisar el patio de butacas del Español. El teatro no mata, palabra. Solo
envenena a los cómicos a los que devora con una pasión infinita y tóxica.
Ustedes dijeron que traían un plan; háganlo público de una vez si el actual nos
les vale; y yo les juro que si es mejor que el de ahora en el Español, todos
lo respaldaremos. Se rumorea que al
frente de ese plan podría estar Gerardo
Vera, que es un gran director que está maniobrando en la sombra. No lo creo.
Admiro a Gerardo, pero no lo veo como hombre ventanero ni intrigante.Ni
haciéndole pasillo a Celia Mayer.
A mí me parece que a ustedes el teatro les importa un carajo y
que lo consideran irrisorio y prescindible; en suma, que el teatro se la suda igual
que se la sudan otras cosas; pero en
esas cosas no voy a entrar porque no son de mi negociado. Vamos, que el teatro
es una mariconada como dijo en célebre
ocasión su jefe Pablo Iglesias. Con lo cual Pablo Iglesias no solo demuestra su incapacidad para
encabezar un proyecto político y cultural de izquierdas, más allá del Patio de
Maravillas de los okupas, sino que desprecia el legítimo derecho de cada cuál a
ser maricón, o manfrodita, como dicen en
mi pueblo de Torre de los Molinos. Esta no es la izquierda que algunos viejos
rokeros como Távora y Hormigón, y un servidor de ustedes sueñan.
Torre de los Molinos y Fontseré
Torre de los Molinos, mi pueblo, es una aldea de Palencia
deshabitado en invierno y muy poblado en verano al que no sé por qué razones,
tiene querencia el genio de Joglars Ramón
Fontseré con el cual almorcé el otro dia en el Café Gijón. Fontseré es un
genio de la interpretación, en sentido literal del termino genial. Es un payés
del Ampurdán, como yo soy un campesino de Tierra de Campos; en la Metrópoli se encuentra un poco
desorientado, salvo cuando sube al escenario del Vallé Inclán para hacer de Brecht-Galileo y acaba con el cuadro.
Cree que el Café Gijon es la corte de los intelectuales sin pararse a pensar
qué cosa sean los intelectuales ni siquiera si quedan intelectuales. He visto a
Fontseré para hablar de una nueva edición de Los toros a escena que me ha encargado Gonzalo Santonja para el Instituto Castellano y Leonés de la
Lengua. Le cuento cómo aprendí a ver teatro entre bambalinas y en los camerinos
de Madrid, antes de que se me ocurriera escribir de esto. Yo creo que esa
experiencia de mi juventud me obliga a ver el teatro, como crítico, de otra
manera.
Con Fontseré siempre pasa igual; empezamos hablando de teatro
y enseguida, con una larga cambiada, pasamos a los toros. De forma natural,
sale al ruedo la figura de Manolete
del que siempre se han dicho barbaridades y al que ahora Carmena, o la
catedrática Rita Nuñez cubana gusana o castrista no sé,
le quieren quitar la plaza acusándole de
facha. Manolete pegó tiros en el ejército sublevado, pocos pues se libraba de
ir al frente por ser torero; pero cuando iba a México confraternizaba con
el exilio y con Indalecio Prieto. Los
exiliados se rebrincaron y tiraron tornillazos cuando don Inda dijo que desde Hernán
Cortés, Manolete era el único
español que había hecho algo importante
en México; o algo así. A Fontseré le prometo mi diccionario Tauromaquias y llevarle por todas las
tabernas taurinas de Madrid, que es donde verdaderamente se aprende de toros.
Estoy seguro de que Ernesto Caballero estaría dispuesto a acompañarnos.
Mi admirado Javier. Pocos quieren aceptar que Manolete ayudó económicamente a muchos republicanos exiliados en México. Tildarlo de facha ahora es una insensatez y un mal pretexto ( razones no existen) para quererlo borrar el mapa. La izquierda debe mirar los escritos de Don Tierno Galván , la defensa de Calamaro, la brillantez de mi paisano el maestro Botero, la contundente respuesta de Loquillo y dejarse de monsergas. Te escribo desde Bogotá con el afecto de siempre y con la falta que me hacen esas conversaciones de a pie por las calles de Zaragoza. Fortísimo abrazo ahora que PSOE y CIUDADANOS vuelven con la farsa del bienestar animal mientras los seres humanos mueren en las calles ateridos de frio y hambre. Me duele que esta "nueva " izquierda olvidé los valores de Salvador Tabora a quien hemos disfrutado en Colombia.
ResponderEliminarMis respetos para ti