La falta de ética de un genio, Bertolucci.
Un folclórico de la política y, si me apuran, también del
cine como Pedro Almodóvar, acaba de
declarar que se pasó su vida luchando contra Franco; ¡Para partirse de risa! ¿Qué
fue la Puta Movida? La negación de la izquierda. Lo de Bertolucci, declarando que María
Schneider, la inocente muchacha enamorada del Último tango en París, desconocía que iba a ser sodomizada por
Brando, es una canallada. Pretendía con ello que el dolor y las lágrimas de Maria fueran reales. La mantequilla no suavizó la cosa y desde entonces poco
se ha sabido de María Schneider. El
progre y el comunista son dos sinvergüenzas. El progre me la suda, el comunista
me jode que sea un colega, aunque sea un genio del cine. A la mierda los dos; me
quitan espacio para Marylin que eso
es lo que de verdad me interesa; y para ocuparme del reparto masculino de Los Gondra, que vuelve a quedar
relegado. Mientras esemomento llega, no se olviden de las lumbreras del reparto
femenino: Pepa Pedroche, Sonsoles Benedicto, María Hervás, Cecilia Solaguren,
Victoria Salvador.
¡!Marylin, Marylin,
Marylin!!
Marylin está enfurruñada con Truman Capote por la bobería que este ha dicho de las actrices españolas,
que nunca ganarán un Oscar, y por pedir el Miguel
Mihura para ella. Los enfados entre Marylin y Truman lo que algunos quisieran como arrebatos amorosos para sus mediocres vidas.
Detrás de cada reproche hay una promesa. Marylin es una lover, en el sentido cósmico y universal que algunas utilizan del
término.
Marylin tiene un gran respeto al Premio Miguel Mihura y cree que Capote también. Yo creo que le tiene más
respeto que al Oscar que nunca ganó, ni siquiera la propusieron si no recuerdo
mal. Se la suda, poética de barrio que nunca le abandonará a esta mujer
excepcional, (como su frecuente “que te follen”) un sex symbol que sólo quería
ser amada.
Amo a Marylin y quiero
a Alfredo Amestoy que la bajó del
cielo donde se aburría con Einstein, Arthur
Miller y otras eminencias y porque en el cielo no había chanel. La bajó a
la tierra de la mano de Che Guevara
para que los dos completaran las respetivas revoluciones que habían dejado a medio hacer.
Conociendo a Marylin no creo que al Che le haya quedado mucho
tiempo para la revolución. Lo que no sé es si el Che habrá estado a la altura
de las circunstancias. Le preguntaré a Truman
Capote que quizá sepa algo del asunto. Al cielo de Alfredo Amestoy, eso
seguro, no han regresado. Marylin quería tener un hijo con Einstein para que
“herede mi belleza y tu inteligencia”. Suprema aspiración que nunca logró
alcanzar.
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