Retrato y Entiendeme tu a mí
Recobro la sección Retrato a punta de seca de los mejores cómicos, (cómicos y comicantas) en sentido genérico. Unos me salieron al pastel. Sólo a mí mismo me dediqué Retrato al vitriolo. Eloy Arenas podría entrar y entra también como humorista, cómico en sentido estricto. Pero viene como intelectual de la comicidad, algo raro, que suscita tanto la sonrisa como la carcajada. Es un gran actor y probablemente como tal, la gente lo identifica más con Burundanga, de Jordi Galcerán, que anticipó y profetizó el “final de una banda”, como así ha sido, Eta: aunque las víctimas de sus pistolas no dan, como es su derecho, las cuentas por saldadas. Las víctimas no admiten la impunidad. Queda mucha tela por cortar.
Recobro la sección Retrato a punta de seca de los mejores cómicos, (cómicos y comicantas) en sentido genérico. Unos me salieron al pastel. Sólo a mí mismo me dediqué Retrato al vitriolo. Eloy Arenas podría entrar y entra también como humorista, cómico en sentido estricto. Pero viene como intelectual de la comicidad, algo raro, que suscita tanto la sonrisa como la carcajada. Es un gran actor y probablemente como tal, la gente lo identifica más con Burundanga, de Jordi Galcerán, que anticipó y profetizó el “final de una banda”, como así ha sido, Eta: aunque las víctimas de sus pistolas no dan, como es su derecho, las cuentas por saldadas. Las víctimas no admiten la impunidad. Queda mucha tela por cortar.
Dias antes de su muerte había jugado en Madrid
una partida de mus de compañero con el diputado Gregorio Ordóñez del PP,
aunque ideológicamente me encuentre en las antípodas de dicha formación.
Ordóñez se reveló como un musolari de primera y como un conversador y analista
político de ideas claras aunque algunas pudieran ser discutibles. Paco Apaolaza, escritor, comentarista
taurino de la cadena del Ya o algo así, no sabía jugar al mus a pesar de ser de
Donosti y se dedicó a servir las copas.
La muerte de Yoyes, también conmovió a muchos, por lo que entraña de traición y
fanatismo y deslealtad de su pareja
sentimental, el siniestro Pakito que la “ejecuto” en plena calle. La mítica Yoyes había decidido abandonar la organización. Esa fue la
verdadera traición, la del crimen de Pakito. Pero vayamos a los motivos
estrictos que explican la presencia de Eloy Arenas, padre de Eloy Azorín al que cito, por excelente
actor, y porque Arenas no me perdonaría que no lo hiciese.
Tengo a Eloy Aenas por muy buen actor. Ha recuperado en el Lara una obra de hace muchos
años que se titula Entiéndeme tú a mí. Para
romperse risa. Confío en él. Se parece a Trotsky y en mi próxima
obra, dirección y escenografía David de Loayza, si logro terminarla, Dialogo entre Frida Khalo y León Trotsky, le he ofrecido el papel del
revolucionario. Germán Torres
“mi” reciente Camus con Sabela Hermida
de María Casares, puede hacer un
doblete siniestro, las sombras maléficas de Stalin y Ramón Mercader y
su piolet. Frida Khalo la hará, si está
disponible, Sara Moraleda que cuando
va a México me manda fotos ante la casa de Frida, caracterizada de la gran
poeta, pintora, revolucionaria y folladora. Así combatía Khalo su eterno dolor
físico. Y el dolor del alma por las traiciones de su hermana y Diego Rivera. Hay más cosas de Eloy
Arenas, pero mientras tanto vayan a ver Entiéndeme
tú a mí, si aún están a tiempo.
Arenas, está
convencido de que la terapia contra el dolor es el humor. Aunque nació en un
pueblo que se llama Dolores o precisamente por eso. El humor y el amor. Moraleda
(primera candidata a Fridha) también. Hará Frida si llegamos a
escribirlo. De ahí que si ella no puede
me sugiera actrices que pudieran interpretar a
Frida. A mí también se me ocurren tres, por lo menos, que no se
sentirían plato de segunda mano, sobre todo si retoco el guión. No se parecen a Frida Khalo, pero tienen mucho
talento de actrices.
Con Eloy
Arenas tengo muchas cosas en común. Nuestras madres, por ejemplo. La suya
dirigía comedias y la mía, la señá Rosario, también Mi madre me daba los
mejores papeles, San Tarsicio por ejemplo, y hospedaba en nuestra taberna a los
cómicos de la legua de los que aprendíamos todos. Por eso una actriz que admiro
mucho, hoy en la cumbre, me dice de vez en cuando: “tu estética no es de barrio,como la mia, es de pueblo”.
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