Desarme o rendición
Eta ha entregado las armas, sin
engrasar un poco mohosas ya por el desuso de los últimos años. Pero no acabamos
de creérnoslo. Detrás de todo gesto de Eta vemos siempre una tregua trampa, una
promesa trampa, otro crimen esperando, la mueca brutal del sicario con la
ideología independentista como soporte del crimen. El político tiene más datos
para créerselo o no, pero el ciudadano ya no sabe dónde está la fe y dónde la esperanza y mucho menos dónde
la caridad. Detrás de Eta hay mucho dolor.
Eta estaba inactiva porque a la desactivación
del pensamiento sucede siempre la paralización de las armas. O a la inversa, no
sé. Eta tuvo una época gloriosa, su inicios,
que contaba con la simpatía de muchos españoles. Se la consideraba una fuerza
de choque, un movimiento revolucionario, que acabaría con el franquismo o por
lo menos lo debilitaría sin remedio.
Pero empezó a matar guardias y
ciudadanos de a pié y políticos demócratas de a caballo.
Hasta la ejecución de Melitón Manzanas, un torturador, a Eta en el resto de España se le
dió crédito de movimiento liberador. Luego
se convirtió en una máquina de matar con un objetivo fundamental: independencia
de Euzkadi. No era una banda, sino una organización arraigada en una base
social que la ocultaba, nutría y protegía. Eta ha dejado las armas, sus
objetivos de independencia seguirán los caminos del diálogo y el debate; la
democracia, la voz de los parlamentos y no la voz de las pistolas. Su decisión
ha sido acogida con división de opiniones como en los toros por los ciudadanos
españoles y por la prensa.
El
País.- Eta anuncia entrega de armas sin condición.
ABC.-
El arsenal de vidas que Eta no devolverá.
La
Razón.- Eta vende un desarme in su disolución.
El
Mundo.- Eta entrega las armas tras ser derrotada por el Estado.
Eta entrega las armas, qué armas,
cuántas armas. El proceso está lleno de dificultades, quién lo supervisará qué
garantías da Eta y cuáles exige un Estado que se mueve con la lógica del vencedor. Las armas son un elemento de trueque: paz por balas. El
concepto de generosidad, de pragmatismo humanista, no es muy apreciado en
política. Sobre todo cuando manejamos
ideas tan frágiles como víctimas y verdugos. Y hay víctimas enlutadas con el velo de la venganza
y hay verdugos blindados en la razón de Estado. Los coros de los muertos son
peor que los propios muertos.
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