Manola Carmena
¡Ay, Carmena!
Me reprochan algunos seguidores de tuiter y de este blog, que
hable de la alcaldesa de Madrid, sin conocerla. Puede que, de quien considero
mejor alcaldesa que doña Botella, no hable acertadamente, Error, pero no desconocimiento
En el próximo post le dedicaré un Retrato a punta seca que mostrará que hace
muchos años conozco a Manola
Denisse
Despeyroux, sombra iluminada
autora,
directora. Dolor, soledad. Rotundidad de títulos: Realidad, Ternura negra, Carne viva. La ironía y la inteligencia. Un tercer lugar, por ejemplo en la sala
Margarita Xirgu. Dolorosa carta de
Matilde (Lorena López) que obliga a una tensión actoral insólita: una sinergia
entre Tristán el destinatario, Cordelia
(Vanesa Rassero) y el recuerdo acusador de Matilde. Ese momento, ese triángulo
de miradas podría figurar en una
antología del teatro, la
imposibilidad de ser feliz pues esa felicidad se consigue a costa de los demás.
En la calificación del periódico le pondría, le pondré, un cuatro.
La ironía
suaviza el universo dolorido de Despeiroux, imprescindible en la escena
española desde La Realidad. Carne
viva, Pensión de las Pulgas. Siempre
hay un enigma en los textos de
Despeiroux. Y siempre, la exigencia de actores en carne viva provistos de una gran técnica. Un tercer lugar, excelente
interpretación con inevitable referencia
de Veronese; Noguero, Vannesa Rasero, Giovanni Boso, Sara Torres, Pietro Olivera,
Lorena López.
Ternura negra sigo recordándola por su complejidad, por su clima escénico. Denise Despeiroux es el gran enigma que se
revela en el momento preciso con las iluminaciones precisas.
María Casares/ Albert Camús
En Arapiles
16 se efectuó una lectura dramatizada de mi texto Diálogo necesario: maria Casares/Camus, encargo que acepté gozoso. Una serie de circunstancias
imprevistas, aunque previsibles, modificaron el reparto previsto por el
director de la misma David Loaysa. Germán Torres en Barcelona, con Incendios y Nuria Espert, fue
sustituido por Ignacio Amestoy como Camus.
La interpretación de Amestoy fue la gran sorpresa de la mañana. Sabela Hermida siguió siendo María
Casares y a mí, como a los malos actores, me tocó leer las acotaciones. Formidable
Camusde Amestoyqu ni siquiera había leído el texto.
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