domingo, 26 de mayo de 2024

 TOREROS EN EL ALAMBRE:

 Ese debe ser el caso de Roca Rey, peruano, as de la torería, figura cumbre de estos tiempos de tribulaciones taurinas, y de las no taurinas. Y de José Ortega Cano, impecune al parecer y con serios problemas de liquidez,  o sea sin tabaco,  palabra que también designa  cornada en la jerga taurina . Fulano de tal está sin tabaco, a fulano, el toro le  ha pegado un tabacazo.Ortega Cano, sin tabaco; que así se define a los toreros sin un euro que llevarse al bolsillo. 

Roca Rey ha pegado el petardo en Madrid en un momento cumbre de su carrera; tres avisos y el toro  vivo a los corrales. He visto reportajes en televisión y hay que reconocer, aparte la actitud  despectiva del diestro con el respetable, o sea el publico, negándose a saludar en su primero, tras la ovación ,  que el presidente de la corrida fue un poco malaje, al ordenar el tercer aviso cuando el toro doblaba después de haberse amorcillado. El respetable, de uno en uno y por separado, me parece muy bien; pero en conjunto y como entidad colectiva, me suscita un respeto muy relativo. Por otra parte ando  retirado de todo esto, y no sé si, después de la adscripción de los toros al Ministerio de Cultura, el presidente de corrida, sigue siendo un comisario de policia, o un aficionado solvente. El petardo dado por Roca Rey tiene una importancia relativa. Aunque si no lo remedia en la tarde que le queda, pudiera tener repercuiones económicas; los empresarios negociarán a la baja naturalmente los contratos en los que figura, o figuraba,el concepto salarial bajo el nebuloso epígrafe de  "a convenir" por ambas partes. Los emolumentos   en Roca Rey andan actualmente, creo,   en una horquilla de 72.000 euros y 120.000  por tarde según la categoría de la plaza. 

En lo que respecta Ortega Cano, la cuestión es otra. Tiene 70 años y una reaparición, inventada supongo, a esta edad, sería una insensatez que no creo se le haya pasado por  la cabeza, pese a la bancarrota denunciada por periodistas caníbales, y pese a las necesidades económicas que ignoro si son ciertas o no. Sí sé que los toreros retirados nunca vuelven por romanticismo, sino por dinero. Entiendo el cabreo de Ortega Cano, mandando a los periodistas preguntones a tomar por donde amargan los pepinos, acosándole mientras se dirigia, como simple aficionado, a  la plaza de sus triunfos por cuya Puerta Grande de Alcalá, salió cuatro veces, pocas comparado con  Santiago Martín, el VITI, Paco Camino o mismamente Curro Romero.  Conozco a mis colegas después de tantos años en la profesión, ahora  retirado del mundanal ruido, dedicado a la poesía pura, o impura, y a mis  Memorias, en las que los toros tienen un lugar importante. Alguién afrmó que en este planeta de los toros, lo único limpio de verdad  es el toro. Yo no me atrevería a decir tanto, pero algo hay de eso.

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