Ahora que, al parecer,
Pérez de la Fuente prepara en El Español el rescate de Alfonso Sastre, llega
Malonda a Teatro del Barrio, con un buen
montaje de Lluvia de ángeles sobre París. Mérito ´tiene estrenar a Alfonso Sastre, aunque sea una comedia que el autor califica de comercial. Y
hacerlo sin apenas medios. En
circunstancias de austeridad hay que
suplir con talento la escasez de recursos. Malonda cuenta con algo importante; un grupo de
actores/actrices que se multiplican en
papeles de registro antagónico. Y
lo hacen muy bien: Jesús Rodríguez, Emi Gainzos, Yolanda Rino, Carlos B.
Rodrígez, Lucía Esteso, Rubén Martínez, Javier Sotorres.
No hay que hacer caso al autor cuando minimiza el alcance de esta obra de ángeles rebeldes; Forma parte del
juego. Lo que los ángeles rebelados pretenden es un asalto del cielo para acabar con
Dios. Hay en este texto un pirandelismo asumido en profundidad de
interrupciones, acotaciones sobre la marcha de la obra, la identidad o no
identidad de personaje e intérprete, la explicación del autor en el actual
teatro español.
Lluvia de ángeles sobre
París es un intento
confeso e irónico de apuntarse a lo comercial, triunfo del que Sastre no está
muy seguro, pero que si quisiera aceptar el canon no le resultaría difícil. En Lluvia
de ángeles sobre París es una comedia en la que ocurren sucesos
maravillosas, y en la que el autor ofrece dos desenlaces muy distintos. No
debo desvelar ni el aceptado por Malonda
ni el desechado. Porque Lluvia de ángeles
sobre París es una comedia de clandestinidades e intriga. Cada ángel bajado del cielo tiene
detrás de sí al ángel custodio, el comisario Leclerc y a la policía de París.
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