domingo, 31 de agosto de 2014

COLMENAR; NOVILLEROS CONSERVADORES EN PLAN FIGURA


Un jurado de notables premió como mejor novillo al de Retamar, corrido en segundo lugar y al que Fernando Rey cortó las dos orejas. El premio al mejor picador fue declarado desierto con toda justicia. En general, la lidia de todos los novillos fue un desastre; los picadores no iban a ser menos.

Para mí cuestión de los novilleros es un enigma; y no digo un quebradero de cabeza porque, hace mucho tiempo, todo lo concerniente a los toros no me produce ningún quebradero de cabeza. Ni siquiera la perversidad separatista que los demoniza por ser una Fiesta Española que “viene de prole en prole y ni el gobierno la abole ni habrá nadie que abola”, que decía, creo, Ricardo de la Vega. Pues el gobierno catalán la ha abolido y aquí no ha pasado nada.

Lo que no acabo de entender es la actitud de los tres novilleros de ayer, Fernando Rey, Gonzalo Caballero y Lama de Góngora aspirantes en teoría a casi todo y por lo visto ayer aspirantes a casi nada. La novillada concurso fue muy seria, en especial  los cuatro últimos. Puede asegurarse  sin temor a equivocación  que las dos novilladas de la Corredera, Feria de los Remedios han tenido más trapío y más pitones que todas las corridas juntas de San Sebastián de Los Reyes llenas de figuras y de figurones.

En trance así,  me dedico a cavilar sobre a quién les gustaría parecerse a cada uno de los novilleros.  Todos quisieran ser, sin duda, Ponce, el Juli, Talavante e incluso José Tomas; y que por ambiciones que no quede. De  hecho, empiezan comportándose como si ya tuvieran fincas, coches y muchos contratos firmados. Fernando Rey, ayer, en el quinto (Manuel Quintas)  yo creo que quería parecerse a Morante de la Puebla; tal fue su espantada ante las dificultades, evidentes, del quinto. Cierto que ya tenía dos orejas en el esportón y la Puerta Grande asegurada. Pero su actitud huidiza y conservadora  es inadmisible en un aprendiz de torero. Lo mismo que la de Gonzalo Caballero ante los problemas del cuarto (María A. de la Serna). Lama de Góngora ignoro a quien quiere parecerse. De seguir por este camino, no se parecerá a nadie; ni siquiera a sí mismo. Eso es malo, pues dicen que abrió la Puerta del Príncipe hace poco en una novillada sin caballos. Con que se pareciera a su maestro, el infortunado  Luis de Pauloba, ya sería bastante.

Una salida a hombros y una novillada muy seria y, en líneas generales, con poder, en la Corredera. Pero decepcionante. En momentos así de inhibición, falta de valor o incompetencia, se echa de menos la actitud firme, con autoridad y sitio, un poco verde si se quiere, pero novilleril y arreando de Angel Sánchez el dia anterior. No quiero jugar a profeta, no sé el futuro de Angel Sánchez; pero el presente de ayer es esperanzador. ¡Suerte pa tos! Les deseo a todos fincas, cortijos, éxitos apoteósicos. Pero la suerte hay que ganársela

sábado, 30 de agosto de 2014

DESDE COLMENAR, CARTA A CESAR RINCÓN Y EL ALCALDE DE BOGOTÁ.



Admirado y querido Cesar Rincón:

Mientras un novillero español, de Colmenar Viejo por más señas, llamado Ángel Sánchez salía a hombros y se acercaba al cielo, en Bogotá seis novilleros continúan un huelga de hambre en defensa del derecho de torear; o sea de redimirse de una perra vida gracias al toreo.. Diego Torres, Andrés Manrique, Willmar Villamil, Andrés Castillo, Harvey Rojas (Enrique Parra) Omar Rodríguez, Alfredo Peña, Pablo Barrera . Seis hermanos tuyos, seis hermanos que se miran en tu espejo.

 Entiendo que el señor alcalde de Bogotá, Gustavo Petro no  incluya el arte de  torear entre los Derechos Humanos Universales; incluso entiendo que considere un agravio la muerte a espada de un toro. Pero hay otras consideraciones,  en un mundo despiadado, que él conoce muy bien, pues es hombre de bien y es hombre de trinchera. ¿Puede entender que la única puerta a la supervivencia digna que la vida  ofrece a un hombre es jugarse la vida ante un toro?. Mismamente ayer Ángel Sánchez; un toraco con tratamiento de novillo, el tercero, que habría puesto en fuga a más de una figura del escalafón superior; y un novillo con aviesa mansedumbre, el sexto; te recuerdo aquí, admirado César, una tarde con un toro del averno, inmenso en su mansedumbre y su trapío, que te llevó por la calle de la amargura. Y recuerdo que mi primer libro de toros se titula César Rincón de Madrid.

 Lo escribí en parte en Colombia mientras me llevabas por valles y montañas a ver corridas de cebúes. Los novillos de ayer de Montealto no eran cebúes, pues eran mansos y blandos, pero seguro que a Ángel Sánchez  se lo parecieron y a sus compañeros, José Garrido y Alvaro Lorenzo, también. Dile a tu alcalde que si no del entendimiento, use al menos de la piedad  con esos novilleros en huelga de hambre: Diego Torres, David Rodríguez, Andrés Manrique, Willmar Villamil, Andrés Castillo, Pablo Barrera, Enrique Parra  (Harvey Rojas), Omar Rodríguez, Alfredo Peña . Y si en estos nombres hubiera escondido algún César Rincón?.  Un edil,  por justo y benéfico que sea, no puede cerrar la plaza de toros donde yo ví cómo te aplaudía con fervor el más grande escritor: Gabriel Garcia Márquez.

Gustavo Petro, aunque no pase de un tibio centro izquierda, procede de esa zona fronteriza de la política y la lucha armada coyuntural; lo  cual no quiere decir que yo piense que un hombre justo y benéfico como  él haya  apretado el gatillo en alguna ocasión. No se lo reprocharía; es un hombre justo y benéfico y lo hacía, de haberlo hecho,  en defensa de Colombia. Pero si no reconoce que tú,  gran Cesar Rincón, has hecho por Colombia con la muleta casi tanto como él con su gobierno, es que el señor Gustavo  Petro es un mal político, dicho sea sin ánimo de ofender. Usted, mi respetado señor,  sabe qué es la muerte. La ha presentido sin duda, la ha sentido a su lado campesino  y explotado. Usted a lo que se ve, abomina de los toros; y no seré yo quien lo condene a la hoguera por ello. Deje que estos muchachos elijan la muerte que quieran; ante el toro y  no por una huelga de hambre.

 Es curioso que los más desfavorecidos, los que acaso más sepan de la necesidad, elijan, como excepcionalidad, una huelga de hambre. La vida es contradiós,   querido Cesar. Cuéntale eso a tu alcalde. La novillada de hoy te la cuento yo en corto y por derecho; si Ángel Sánchez sigue con ese aplomo ante  las dificultades puede esperarse mucho de él. A Alvaro Lorenzo no se le apreciaron especiales virtudes; reiterativo en especial con el precioso  jabonero claro (¿melocotón?): inválido. José Garrido es una de las estrellas, si no la estrella actual del escalafón.

El señor Colmenarejo, presidente,  le regaló la oreja más pintoresca que yo he visto regalar en una plaza de toros: media docena de pañuelos o, si se quiere,  la docena del fraile. Hubo una parecida hace años en esta misma plaza; ante el estupor del propio torero, don Mariano Aguirre, presidente a la sazón de la Asociación de Peñas, le dio una oreja a   Enrique Ponce, que elegantemente la tiró al callejón. Desde entonces a don Mariano Aguirre dimos en llamarle Marianico el Corto.

Bueno, querido Cesar, cuéntale estas cosas a un hombre justo y benéfico como don Gustavo Petro. Un hombre de bien, pero en esta cosa de los toros, un poco corto. Como don Mariano Aguirre. Va por ustedes y por todos esos novilleros en huelga de hombre.

viernes, 29 de agosto de 2014

SALUTACION A COLMENAR VIEJO. CON LA VENIA, SEÑOR ALCALDE.


Con la venia, señor alcalde. Vuelven las cosas donde solían; o sea desde Bilbao a Colmenar Viejo. ¡Viva el toro! En tiempos Joaquín Vidal, Carlos Ilián, colateralmente Paco Apaolaza y, por colmenareño de adopción, este servidor, queríamos hacer de este pueblo serrano  la gran reserva torista de la CAM; la reserva torista del mundo entero.  Volveré a  La Corredera, o a su recuerdo, que tampoco hay que pedirle a la vida, ni a nadie, lo que sospeches  no te   puede dar. O no quiere. Esa aspiración de Vidal, Ilián, Villán y Apaolaza, era una gran objetivo, pero ¿respondía a los deseos  de los aficionados de Colmenar? Éramos, sin duda, los mejores y los más beligerantes, sin giros vertiginosos de veleta ni  intolerancias, y corresponsables de una tauromaquia más o menos pura. En activo sólo queda Carlos Ilián, defendiendo  la plaza inexpugnable de Marca. Colmenar Tierra de Toros. ¿De verdad? Esperemos la corrida, aleatoria, y las dos novilladas éstas sí con novilleros punteros.    

Rara y complicada Aste Nagusia de  la que sólo me queda claro la guerra civil entre partidarios de Matías González y detractores. “Con las que has montado tú en Bilbao”, me reprochó un miembro del jurado amigo mi negativa a que el Premio Paquiro a Enrique Ponce fuera compartido. En realidad dijo algo menos elegante, pero da igual. Me confirman que el  frente anti Matías cuenta con la potentísima fuerza de Leopoldo Sánchez, el tío de José Ignacio Sánchez, una institución salmantina en Euzkadi, un poder fáctico. A mí me da igual; tengo afecto y respeto a Leopoldo Sánchez, pero de él lo que más me gusta es la vieja izquierda memorable y depuradísima de su sobrino José Ignacio. Nadie me da razón sobre la actitud de Juan Manuel Delgado, por mejor nombre el Averías - no sé sí las produce o las arregla- determinante en la Junta Administrativa, y procedente, creo, del sindicalismo  de LAB.

Con la venia, señor alcalde; voy a participar en todo lo participable de estas Fiestas de los Remedios. De momento, lo inmediato es ir  a la procesión de la Virgen que baja de su santuario a presidir el jolgorio. El señor cura subastará  entre los vecinos más pudientes el privilegio de portar las andas de la Virgen sobre sus hombres. La Iglesia, siempre  repicando y en la procesión. Como en los toros. Los Papas prohibían las corridas en tiempos de Felipe II; pero celebraban a sus santos y sus vírgenes con corridas A Beneficio. No me he perdido, en 25 años, procesión de santo o virgen en las Ferias Taurinas de Iberia. En todas ellas, menos en Colmenar, me han robado la cartera. Todo un detallazo: se quedaban con la pasta y me devolvían los documentos, incluido el pase de los toros. Robacarteras honrados y elegantes, “pintores” de Valladolid. Eso no lo hace ningún político español.

 Salud y suerte, buenas fiestas y que corra el vino de la concordia y el armisticio entre todos los colmenareños, taurinos y no taurinos, de izquierdas o de derechas, toreros malgastados y novilleros en ciernes. Sin el toro, difícilmente se entiende esta tierra, así llamada precisamente, “tierra de toros”. Que esta denominación siga teniendo sentido. Salud, pues, y como diría el infame Ubu Pujol, que roba a su patria Catalunya, desprecia al resto de los españoles e insulta a los andaluces, y a todo charnego que ayudó al progreso catalán tanto como él, sin robar,  “salud y forza al canut”. Entre paréntesis, aunque Ubu Pujol sea un infame, protegido por el Borbón y los sucesivos gobiernos centrales, no tiene la culpa de que los toros hayan desaparecido en Barcelona. Pregunten  a Balañá.

 Bien mirado, paisanos de Colmenar, los carteles no están tan mal, pensando que podían haber sido peores: dos novilladas de novilleros punteros y una corrida de toros, cuyo cartel no es el mejor que pudieran ver los siglos, pero vale.   La Feria de los Remedios de este año induce a una seria reflexión sobre el porvenir de la Fiesta. Y sobre un modelo de gestión. A los partidarios de lo público por encima de lo privado, entre los que me cuento, la gestión municipal de una Feria corta como la de los Remedios, nos parece lógico y beneficioso.

El año pasado, la experiencia piloto probablemente, resultó costosa. No sé cuánto de costosa, y la oposición de izquierdas, antitaurina quizá por desconocer la tradición taurófila de la izquierda tradicional, se le tiró a la yugular al señor Alcalde del PP. Vivo gran parte del año en Colmenar Viejo, pero desconozco los tejemanejes  políticos municipales.  Supongo que la oposición  considera los toros una expresión  franquista de la derecha y, en el mejor de los casos, una  barbarie; lo cual es una bobada.  Sea cual sea el resultado y los balances, la oposición de una izquierda burocrática,  apenas reconocible para los veteranos de  trinchera, seguirá tirándosele a la yugular al señor alcalde de derechas. No está escrito que las fiestas patronales hayan de ser  negocio para nadie, aunque tampoco es obligatorio que tengan que ser un despilfarro. A quienes anduvieron en las trifulcas iniciales    de Izquierda Unida, con un PCE destrozado más por las maldades de Carrillo que por la habilidad de la derecha, estas cosas municipales les  hacen sonreir un poco.

Vienen las Fiestas de los Remedios, disfrútenlas ustedes y sea este el pregón espontáneo de un colmenareño de adopción: a mal tiempo buena cara y a quien dios se lo dé la Virgen de los Remedios  se lo bendiga, El análisis taurino de las corridas, quédese para más adelante; justo para los días de Feria. Tengo la Corredera a un tiro de piedra de mi casa.

 

domingo, 24 de agosto de 2014

ADIOS A BILBAO. LOS VICTORINOS NI CARNE NI PESCADO


Esto no es Victorino, ni siquiera a medias.  Y tuvo que tocarle a Diego Urdiales, el más necesitado de la terna, los peores.  Victorinos genuinos fueron los de San Isidro. Diego Urdiales ha roto esta plaza de Bilbao más de una vez. Urdiales es un clásico,  nadando en un mar de mediocridades;  un inocente entre la voracidad de los tiburones.  Un victorino el primero, a contra estilo; de la divisa y del torero.  Un manso discrepante de si mismo, fugitivo al que, previsor, el torero riojano dejó crudo. Estaba como dormido, como recién despertado de una siesta con pesadilla.

Un toro incompetente, inoperante. Ya es mala sombra que el más carente de cualquier atributo de toro de lidia le cayera en desgracia Diego Urdiales que, cada vez se parecer más a una talla de Gregorio Fernández, el imaginero castellano, y no me extraña por la recia vida que le dan en los toros. Le tocó el lote negro, el primer por esaborío y el segundo por peligroso. Al menos con este pudo mostrar  los poderes de su tauromaquia y sus fundamentos: una lidia sobre los pies tan auténtica y tan torera, que conmovió la plaza.  Fue poco pero valió mientras duró.  Lo justo y necesario.

Lamento que esos  toros le tocaran a él, pero quisiera que no le tocasen a ningún torero.  Lo que de verdad me gustaría es que todos los victorinos fuesen como el lote que  se llevó  Manuel Jesús el Cid, el primero muy bien picado por Juan Bernal. Tarde, corrida seria para subalternos, Raúl Aranda, por ejemplo, de la cuadrilla de Luis Bolivar. Tampoco fueron toros fáciles; y el colombiano estuvo a la altura de las circunstancia. Por encima de  circunstancias tan desabridas, podría decirse. Cada lance, cada natural  y cada derechazo era un viaje macizo al corazón del toro, al corazón de las tinieblas. De allí pudo volver con una oreja de no atravesársele la espada. Horrible metisaca asesino en la modalidad de metisaca.

 El Cid, Victorino y Bilbao es una ecuación que casi nunca falla. Toreó Manuel Jesús muy bien de capa, de lo mejor que le he visto en muchos años. Una noche  en Valencia, hace muchísimos años, me lo presentó Tornay.  Habia toreado como los ángeles y matado como los diablos matarifes. “Anímale”, me pidió Tornay con su habitual discreción y mesura. Le dije más o menos: “estropear con la espada una faena  así merece que le tengan a usted un mes a pan y agua y entrenando catorce horas diarias con el estoque”. No creo que eso le ayudara, pero recuerdo su cara de pasmo. Ayer se le encogió, otra vez, el brazo al matar a su primero. Pero en el segundo  se se tiró recto y cruzando, dejando atrás su incierto miedo al triunfo. Oreja de ley.  Adiós a Bilbao, plaza de la reserva taurina que debiera ser inexpugnable. Porque si Bilbao cae o, simplemente, decae, es que se avecina el fin de los tiempos.

sábado, 23 de agosto de 2014

CC.GG (VII) SANTACOLOMAS DE GRANJA. BLANDOS Y REGORDÍOS.


Nota al hilo de la salida de JT a hombros en Málaga. Se trata naturalmente de una actualización, de oidas o mejor dicho de lecturas; pero necesaria antes de rematar las Corridas Generales con lon Victorino Martín. Grandes torero en el cartel, pero ninguo del grupo escogido de figuras de moqueta. Así que es de esperar que los victorinos no se caigan. Escojo opinioones de tras críticos sevillanos; Carlos Crivell en el Mundo dice que no hubo tragedia: un pequeño susto al ser arrollado en una caleserina. Se ajustó de forma inverosímil, todo con la mano muy baja, muy ligado y muy ceñido. Solemnidad. Al fin Crivell se adorna con un kikirikí y le recomienda que  compita, que se mida con otras figuras. Antonio Lorca el El Pais destaca lo insustancial de las reses: dóciles, bondadosos, nobles y birriosos. Yo pienso que como todos, más o menos, torean los mismos, la competencia no sería tan dificil. Sigue Lorca: la historia demandará a JT por haberse permitido ser un torero extraño y genial, que robó a la tauromaquia muchas tardes de gloria. Por último Fernando Carrasco elige palos más faciles, por bulerís casi: la pasmosa lentitud de José Tomás, titula. Y luego se reafirma en la lentitud, naturales muy largos, profundos, muy profundos.  En las comunicaciones orales o via Mail de aficionados amigos, división de opiniones. Para unos, genial: los tomistas que no vieron al Tomás genuino. Para otros, los tomasistas, que conocieron al JT genuino, tono menor de un torero con personalidad que vive de las rentas de sus genialidades. 

 
Toros de la Quinta, blandos y regordíos; Santa Colomas de granja. Corrida patética. El sobrero un poco más escuálido. Julián López se cayó con todo el equipo; broncas. Fatal matando: lo mejor un bajonazo asesino en la modalidad del metisaca. También a Ivan Fandiño se le atravesó la espada. A Fandiño creo que se le están atravesando muchas cosas sin que sepamos a ciencia cierta por qué. Alguien le está poniendo bola negra. Y se le nota cabreado consigo mismo cuando torea bien y mata mal. Y cabreado con el mundo en cualquiera de sus modalidades. Antonio Ferrera, sereno ante los simulacros de toros.

 Con un ojo en la tierra negra de Vista Alegre y los dos oídos en el  albero de la Malagueta andaba ayer la gente del norte. O sea, atenta a Iván Fandiño y a José Tomás, que reproducía esquema y mano a mano con Hermoso de Mendoza en Málaga,  como Enrique Ponce en Bilbao. Y me ciño a Fandiño porque Antonio Ferrera y Julian López, en esta tarde, importan a la gente de Bilbao menos que Fandiño. Estos manos  a manos circenses sólo benefi<ian laccuenta corriente de los dos ases. A cualquier cosa llaman mano a mano: el astro de los rejoneadores y el mítico José Tomas, legendario a base de huir de la leyenda. O de crearse otra leyenda más propia y personal entre la  muerte aplazada de Aguas Calientes a cuernos  del toro Navegante, a medio camino entre la terribilidad de las Parcas y la almibarada inocencia de Wald Disney.

Interesa, naturalmente, en Bilbao lo que pase en Málaga; pero más interesa Fandiño y el movimiento sísmico que el Sistema ha desatado contra don Matías González. El objetivo, por lo que uno ve, escucha y lee, es desalojarlo del palco  de Vista Alegre. Yo no quiero decir que don Matías sea intocable e insustituible. Si se hace con ánimo de perfeccionar un espíritu y unas formas,  vale; pero si se trata de modificar los criterios de ortodoxia y seriedad que deben  regir el palco, puede que estemos poniendo en  peligro los toros en el País Vasco. Y no está la cosa para bromas. No se ha llenado ningún dia la plaza, ni siquiera  el siguiente a las dos faenas de Miguel Ángel Perera que reventaron el ambiente y que el torero destrozó  con la espada. Y tenedlo en cuenta; si Bilbao cae, es el fin de los toros en Euzkadi. Y la referencia de Bilbao es una referencia irrevocable: seriedad. Plaza de primera con todos sus  sacramentos.

En torno a los presidentes hay siempre controversia y yo creo que el taurinismo no ha abdicado de una vieja aspiración: convertirlos en funcionaros de la empresa; y con ellos al equipo veterinario. Yo tengo mi santoral de presidentes. Y mi  infierno. Éste lo encabeza un tal Juan Lamarca, el peor presidente que haya tenido las Ventas, después de José Antonio  Pangua, el del rabo a Palomo Linares,   al  que Navalon, Cañabate y Zabala Portolés sacaron en coplas. Navalón dijo, además, que el tal Pangua se llevó 500.000 del ala, del año 1972. El mejor de las Ventas que yo he visto ha sido don Luis Espada y no porque fuera un buen pintor y gran aficionado al flamenco.
Lamarca    la tomó conmigo,  lo cual me honraba, y decía que yo era de “los del tiro en la nuca”. O sea un gatillero del amanecer que iba por ahí liquidando gente por la espalda en las plazas de toros. Y todo porque en una crónica del Mundo llamé bocazas a un bocazas patriótico que a los 30 segundos rompió  un minuto de silencio gritando ¡Viva España!. No sé que será de Lamarca  metido en círculos bienvenidistas y demonizado por algunos de sus antiguos amigos.
 En Valencia, el mejor durante muchos años ,Contantino González. Y después, Manuel Moreno que tuvo las santos güevos de negarle, con razón,  una segunda oreja a José Tomas, a riesgo de su honor y su seguridad. No digo que el peor de Valencia fuera Oscar Bustos, porque era, es, mi amigo, hombre que encajaba las críticas con una elegancia suprema. Cuanto más le zurraba más le gustaba   venir al hotel para invitarme a vino. Desde aquí le mando un abrazo.

viernes, 22 de agosto de 2014

CC.GG (VI). EL TRONO DE BILBAO; PERERA TENDRÁ QUE ESPERAR


Hoy se presumía la resolución de la gran controversia suscitada ayer por Miguel Angel Perera en  un momento de dulce: una dulzura de hierro. Sin embargo, apenas hay dos tercios de entrada en Vista Alegre, bastante menos que ayer. Lo que quiere decir que el plebiscito no era tan unánime. ¿Dónde están muchos de los que le jaleaban?. Jandillas, encierro de lujo se supone, para la coronación de Pereda como Rey de Bilbao.

Me llama Nekane para regalarme el retrato que me ha hecho. Nekane Etxeberria prepara una magna exposición, un gran friso de gente del toro, ganaderos, toreros políticos, flamencos e intelectuales. Nekane es una excelente retratista. Me llama Manolo González, amigo y periodista radiofónico, La Ser de la Rioja, ya jubilado.  Manolo González tiene nombre de torero grande, el sevillano rojo y garañón de la nobleza sevillana en los cincuenta. Los dos, el periodista palentino y yo,  descubrimos a tiempo que hay vida lejos de los toros. Manolo sigue siendo una autoridad en la materia; en la Rioja y fuera de ella. Independencia, cosa que en el periodismo se supone como el valor en el Ejército, pero conviene recordarlo de vez en cuando. A la sumisión a las figuras, retórica frecuente en las radios y las televisiones, González oponía la subversión, entre comillas claro.

Ha visto Diálogo con el vestido de torear, de Maite Túrrez en el nuevo espacio de la Fundación Caneja y ya cavila llevarla a Logroño y a Arnedo. Tiene sentido, aparte la exquisita calidad de las fotos de Túrrez: el vestido acariciado, mimado  por la modelo en el Diálogo…. es el Rioja y Oro que vestía Diego Urdiales cuando cortó la primera oreja en Las Ventas. O sea que todo tiene su aquel. Manolo González comenta la impecable decisión de Matias González  al negar el indulto al Garcigrande y la segunda oreja a Miguel Ángel Perera, ayer. Así se mantiene el prestigio de una plaza como la de Bilbao. El comportamiento en varas del Garcigrande  no le hacía acreedor al indulto; la estocada defectuosa de la espada, vedaba la segunda oreja a Perera. El reglamento está para cumplirse; y si no gusta este reglamento, como no nos gusta a muchos la Constitución, cámbiese. Uno puede estar sujeto a error, pero no puede conculcar declararse inconstitucional.

A don Matías González hace unos años le dimos el Premio   Momento Más Redondo, del Restaurante Elcano. Fue un premio apoyado por parte de la prensa bilbaína, Jon Mujica, Javier de la Cruz, Alfredo Casas. Y defendido hasta la extenuación por Joaquín Vidal,  Carlos Ilian y quien suscribe. Nos pusieron a parir las fuerzas vivas y las fuerzas muertas; los críticos punteros y los plumillas de reemplazo. De ahí salió la definición, “Matías, el mejor presidente de España”. Yo sigo defendiéndolo y, por lo que leo en Marca, Carlos Ilián también.   Ayer no hubo cuestión a no ser que alguien quiera buscar tres pies al gato con la insuficiente petición de oreja en el quinto. La cosa es, por lo que escucho leo y adivino,  que todo estaba dispuesto para que Perera saliera coronado Rey de Bilbao. Y no ha sido así; pero de eso no tiene la culpa don Matías, sino la maldita espada de Perera; ayer, en la petición de oreja mató de bajonazo.

Bragueta y capacidad lidiadora de Ivan Fandiño con un toro con muchos gatos en la barriga, un jandilla que metió los riñones en el caballo con fuerza y raza. Su temperamento  derivó hacia la parte agria de la casta. Toro insólito en estos tiempos, denostado por diestros y por ganaderos; pero que, a mi saber y entender, certifica las capacidades de un matador; y las incertidumbres de una ganadería. Dios me perdone, pero a pocos toros que le salgan  así  a Borja Domecq, o como el claudicante cuarto o el selvático quinto, no se  los va a matar ni dios.  Ni Padilla, Ivan Fandiño  y Perera que, en cuestión de toros, son más que Dios.  Gran faena del torero de Orduña a un  sexto revirado, que, otra vez, maldita sea,   desbarató la espada infame.

 “Porqué torero parche en  ojo, porqué  caer  toro, porqué tirar de rabo”,  me pregunta una extrangüera indocta. Porqué, porqué, porqué….El mundo del toro está lleno de preguntas  que yo no sé responder a extrangüeras indoctas.  Ante la segunda cogida de Padilla la extrangüera huye despavorida; regresa y la agonía interminable del animal vuelve a rebotarla. No puedo explicarle que el torero no podía hacer otra cosa, ni entrar a matar otra vez ni intentar el descabello; el toro está muerto en pié agarrado al piso, el puñetero  siempre se ha caído a destiempo. Luego, ante un Ribera del Duero, más asolerado que los jandillas, le explico el enigma del torero tuerto: fue una cornada; y la extrangüera indocta casi vomita el Gran Reserva. Y que a Padilla, mil veces desgarrado por los pitones, le ha alcanzado una cierta justicia que no debe ser utilizada como un plus de ventaja. Su cuerpo es un mapa del dolor; no se puede frivolizar con esto.

   

jueves, 21 de agosto de 2014

CC.GG.(V) POR MAREAR EL INDULTO, PERERA PERDIO LAS OREJAS.


 
Los toros de Garcigrande blandearon;  y eso que ni los matadores los forzaron  ni los picadores los picaron en exceso; lo justo y, en ocasiones, ni siquiera lo justo. Menos el tercero,  pura aceleración eléctrica, al que Miguel Ángel Perera respondió con una muleta también electrizante. Se sosegó el torero, a medida que sosegó el toro su embestida, y armó el lio y el taco. Como decían los viejos revisteros, “pases de todas las marcas”. Y sitio, con las zapatillas atornilladas en el suelo. Un sector irresponsable de los tendidos pedía el indulto, Perera, cómplice, se hacía el remolón mientras Matías le hacía gestos de que entrara a matar.  Y al final Perera, de tanto marear la perdiz  ensartó al encastado  animal con un sartenazo infame; en el pecado llevó la penitencia: perdió las dos orejas y el toro fue justamente premiado con la vuelta al ruedo. Publicitaron los Chopera la estampa y cornamenta de los Garcigrande/Domingo Hernández durante todo el dia en el tuiter y la verdad que eran pura gloria. En el oscuro ruedo de Vista Alegre lucieron su arrogancia; y también su ambigua mansedumbre,  menos el bravo  tercero.

 Una grupo de amigos trata de convencerme de algo de lo cual  hace tiempo estoy convencido: la tortura no es cultura.  Claro. ¿A quién se le puede ocurrir tal barbaridad?. Tampoco creo que el asesinato sea  una forma de convivencia por más que Max Aub, via Thomas de Quincey, proclamara el crimen como una de las Bellas Artes. Exageraciones de poetas. No hay crímenes ejemplares, aunque alguno  podría ser  benéfico para la humanidad.

Desde que un tal Mosterin me reprochó que defender la  tradición de la corrida en España era como defender la ablación del clítoris en África, decidí que nunca jamás discutiría con antitaurinos, algunos de cuyos supuestos, sin embargo,  podría compartir. Pero no hay forma.  El asesinato  es cuestión que se solventa  con ir al diccionario. Respecto a la tortura tampoco es difícil de resolver, incluso sin necesidad de diccionario:  práctica policial humillante y desconsiderada, que tiene como objetivo obtener de la víctima, mediante el dolor y el sufrimiento,  información en beneficio de un gobierno o un grupo político. Referida a los animales consiste en maltratarlos  con el único y exclusivo  objetivo de hacerles sufrir.  Ninguna de las dos circunstancias  -la tortura como instrumento político y el maltrato como sadismo- creo que sea aplicable a la corrida de toros.

Los toros salmantinos  estaban postrados no por malas artes torturadoras, sino por falta de casta, si bien el tercero podría ser el toro de la feria.  La mano de seda de Ponce con el primero y su inteligente firmeza con el áspero cuarto  cerraron su feria bilbaína sin trofeos, pero  en plan figura, pese a algunas protestas con que fue despedido. La esencia de la tarde fue la rotunda faena de Perera  a un toro rotundo.  El sexto fue menos toro y la faena menos faena, aunque el público quisiera ver en ella un calco de la anterior. La tenacidad un poco crispada de Julián López tapó en parte  los defectos de su lote. Perera fulminó al sexto, le pidieron la segunda oreja y ahí se vió la autoridad y categoría de un presidente; Matías González se enrocó  en el palco y resistió las oleadas de gritos pendencieros. Actitud que mantiene la categoría de una plaza. En el palco no debe  haber sentimentalismos baratos. Ni caros. Mañana, con unos tendidos convulsos a favor de Perera, será una tarde clave. 

miércoles, 20 de agosto de 2014

CC.GG.(IV) EL DON DE MORANTE. LOS CUVILLOS DE BAJA, PERO MENOS

24 horas. Actualización del blog 19,00 horas. Cercana ya la medianoche, justo para ver, gracias al diferido del Plus,  que Morante  de la Puebla se ha recreado en el don que fusiona  dos troncos del toreo: Ronda y Sevilla,  Evaristo Belloti,  el reposado y filosófico Belloti, se esatrá regodeando. Alguien dice que los nuñezdelcuvillo no están a la baja  como yo he afirmado horas antes, blanditos,  nobles, con un punto de casta ascendente, y algunos justos de trapío. Allá JT por qué dejó de matarlos y torero y ganadero se devolvieron las cartas y el rosario de la madre. Es el toro con pocas difultades que propicia el lucimiento. José María Manzanares, el matador,  infalible con la espada, cita a recibir por dos veces y las dos falla. Se le van las orejas que le habrían dado por su toreo elegante y despegado, muy bello mas sin cargar nunca la suerte. Para qué cargar la suerte si su elegancia lo puede todo?.
No hay tiempo  para discusiones, mientras se agota la última jarra de clarete. Tras un dia ajetreado, uno comprueba que no es verdad el refrán que dice "junta de rabadanes oveja muerta". Aquí el único muerto es el lechazo al que pertenecían  estas riquísimas chuletas.  Chuletillas de de cordero y un clarete de Cigales. Fromista y San Martín en el corazón. Pero cuidado con los rabanes. Se plantean, dicen, problemas jurídicos y legales. Dentro de unas horas volveremos sobre la cuestión: románico y toros a salto de mata. Y si se tercia, que se terciará, un buen clarete.

En Bilbao, corrida de a dos: Norante y Manzanares. Lo de Frómista, la iglesia de San Martín  y el espantajo que le han plantado al lado me trae a mal traer. Es que me saca de mis quicios, oiga. Como cuando veo a los taurinos saquear el templo sagrado de la tauromaquia y luego le echan la culpa al empedrado de los nacionalismos y europeísmos antiespañoles que sí, que de acuerdo, que los hay y están a la que salta con tal de meternos el dedo en el ojo. Un verano tormentoso y a la contra ha desencuadernado mi agosto. Al fin será benéfico, seguro. Y no hablo de tormentas de rayos, truenos y relámpagos,  cuando por las parameras de Castilla no hallas refugio, pues quien se pone debajo de hoja dos veces  se moja. Además en una paramera seca y desierta, cuando hay tormenta, es peligroso arrimarse a un árbol pues dicen que atrae el rayo, que hace de pararrayos, al ser lo más alto de la llanura.

Apacible el toro de Núñez del Cuvillo;  y Morante de la Puebla con el don; la torería. Morante de la Puebla ha embarnecido, pero su toreo de adelgaza más a medida que la inspiración y el ensueño se adensan. Es decir, a medida que se hace más hondo y más profundo. Siempre, en Morante de la Puebla, el toreo ha sido denso. Y a la vez alado.

 Técnico y valeroso y, a la vez, de embrujo. Hace unos meses una revista de cuyo nombre no me acuerdo nos reunió a Evaristo Belloti y  a mí para hablar de Morante de la Puebla, el único torero de hoy sobre el que este singular creador de instalaciones y formas plásticas, acepta un mano a mano dialéctico.  No sé qué habrá sido de aquel debate. Evaristo Belloti es un gran escultor de ámbito universal. Es taurófilo, pero nada tiene que ver con  Benlliure. Y es un gran dibujante. Me ha regalado dos dibujos de su Tauromaquia misteriosa, antropológica, religiosa,  ceremonial. El hermetismo de una rara filosofía.

 Un dia no lejano se los robaré a mi mirada, los bajaré de la paredes de mi casa,  e irán a donde es su lugar natural: a la sala Javier Villán, del Museo Taurino de Colmenar Viejo.  Nos hemos prometido ver juntos un dia una corrida de Morante de la Puebla.

Va a ser una corrida extraña y sincopada; su relato digo. Da igual. Este es un blog que no tiene obligaciones de horario ni de temas y sólo dice su canción a aquel que con él va.  El gentío de Fromista está que trina por lo del espantajo en los propios morros de San Martín. Aunque no llueva,  aquí van a caer chuzos de puntas. Puede estallar la cólera del español sentado; o la cólera del español  de a pie y caminante, como los pocos pastores, poquísimos me parece,  que quedan por estos pagos. La cólera de los pastores honderos.  Están que trinan. Como el público de Bilbao que se irrita cuando salta al oscuro ruedo el segundo nuñezdelcuvillo, de trapío impropio para esta plaza. Don Matías, una cosa es que a usted le proclamemos el mejor presidente de España y otra que nos cuele, ese toro. Además, luego nos enteramos de que el animal tenía un pajazo  en el ojo; o sea don Matías. A José Maria Manzanres el toro se le quedó insuficiente, pero dibujó un circular inmenso con un cambio de manos sublime, que sacudió los cimientos de la torería. Fulminó al animalejo, una espada letal y perfecta. Sobre el oscuro ruedo aparece la luz mate de  un jabonero que contrasta con la tierra. Morante en la oscuridad del alma.  

martes, 19 de agosto de 2014

CC. GG (III) HERMOSO, TORERO Y A HOMBROS; PONCE SÓLO TORERAZO.



A ver cómo me las arreglo para contarle al Murga qué ha hecho hoy en Bilbao Enrique Ponce, su ídolo, su dios. El Murga es un personaje que excede toda ponderación. Hasta que conocí al Murga creí que nada había en la tierra más candente que los fieles  seguidores de José Tomás. Bastaría media docena de Murgas  poncistas para acabar con el tomasismo, y con el tomismo, más doctrinal y religioso.  No estoy  comparando  toreros, dios me libre, sino a aficiones que se  manifiestan de distinta manera. Los de Ponce son un clan abierto, una tribu solidaria;  los de JT han derivado en secta. El Murga, idólatra de Enrique Ponce,  une en su persona el misterio de la secta y el fervor de la tribu. A ver cómo me las arreglo para explicar al Ponce de esta tarde, no la palabra exacta que eso no debe ser problema para un escritor, sino la palabra con matiz poncista suficiente para no defraudar al Murga.

Debe de ser camionero o viajante de comercio, de los antiguos, porque me habla desde distintos puntos de España. Tiene una gran cultura  del Quijote, por eso su perfil de tuit lo define Cide Hamete Benengeli; o sea que sabe de qué va la cosa del inventor de la novela moderna y monarca de las letras españolas. Tengo para mí que al Murga le gustaría atribuir al valenciano como torero las virtudes que él, Cide Hamete Benengeli, atribuye a Cervantes como escritor: claridad de estilo,  la luz como lenguaje que fue ayer el Ponce del sexto toro.

25 años de alternativa y el victorino número cincuenta de su carrera. Poder contra poder; correoso el toro y lidiador el torero: aquí, la famosa técnica que, en toros, no es otra cosa que capacidad, argumentos,  para imponerse al animal. Se impuso el torero. El destino le quitó el precioso colorao de Alcurrucén, lesionado en una mano, del que se esperaba todo,  y le regaló un juampedro del que no se esperaba nada. Ponce le toreó como si torease al aire, sin obligarle, sin apreturas. Un toreo más agresivo y  se hubiera quedado sin toro. La faena tuvo la intensidad frágil de la armonía, de la levedad. Y pinchó y lo desbarató todo con el descabello. La zafiedad de los aceros frente a la pureza de una muleta como ala de mariposa.

Pablo Hermoso de Mendoza ha tenido la autoridad de incorporar  al toreo a caballo el lenguaje del lidiador de a pie.  Y de imponerse en festeejos,  con las figuras de a pié, con toros desmochados; torería con ventaja. Cuando Cagancho, el más torero de todos los caballos conocidos y por conocer, resultaba extraño que  algunos empezáramos a hablar de recortes, trincherazos, de la grupa del caballo como muleta… Hemeroteca para aquel lenguaje novísimo y para la perplejidad de algunos revisteros por la heterodoxia. Hoy ese vocabulario es de uso común. Se creyó que, acabado Cagancho se acabaría Pablo Hermoso, el navarro que había terminado con la hegemonía de los caballeros andaluces. Siguió ascendiendo hasta instalarse en la cumbre, inventándose lances, domado caballos que han nutrido las mejoras cuadras. Ahora todos sus  caballos son Caganchos, todas sus cabalgadas son de torero largo y en la cumbre. Primores con el primero, un gran toro de Bohórquez,  filigranas y virguerías que desbarató con el rejón de muerte. Y la misma orfebrería, y  mayores vibraciones, con el encastado murube de Pedro Gutiérrez. Y por fin, el victorino desmochado para rejones. Uno tiene la sensación de que  desmochar a los toros para rejones es una degradación de su naturaleza fiera. Los victorinos no parecen toros para rejones, les sale una naturaleza estratégica que descoloca a los caballos. Y a los caballeros.

lunes, 18 de agosto de 2014

CC GG (II) MATIAS, EL MEJOR PRESIDENTE DE ESPAÑA.


Pese a que Matías González blandeó en la oreja del sexto a Juan del Álamo, sigue siendo el mejor presidente de España. Le pudo la sentimentalidad de haberle negado la oreja del tercero, pedida sin duda con muchas más fuerza. Justa compensación. Un presidente no es solo dar o negar orejas. Es el orden del desarrollo de la corrida, la ordenación de los tercios y los detalles.

La televisión no es lenguaje de  toros. Me explico; los toros son un arte sensorial,  una manifestación radicalmente orgánica de la emoción. Los toros es la creación en acto y eso no lo puede captar otro lenguaje ni siquiera las virtudes técnicas del realizador y su equipo de Canal Plus. Cómo transmitir  la pulsión germinal y telúrico de Paco Ureña. El video, la teuve  enmascara lo esencial y   descubre lo periférico y superficial.  Con Pilar Miró tenía planeado un corto sobre José Miguel Arroyo su torero favorito. Y siempre nos  preguntábamos  lo mismo: cómo contar en cine una historia que no es historia, que son sensaciones, lenguaje del espíritu y la sangre, frente al frío lenguaje de la técnica. Pilar Miró se planteaba, en ese corto que no hicimos, darle una vuelta de tuerca al lenguaje taurino cinematográfico.

Sólo la poesía, la madre de todos los lenguajes, el lenguaje proteico, es capaz de explicar lo esencial de la corrida. La  verbalidad de  narradores es otra cuestión.  La rotundidad, la  precisión del vocabulario escrito nada tiene que ver con las cautelas que impone el medio audiovisual. Lo comenté en más de una ocasión con Manuel Molés y con Fernando Fernández Román, cuando ambos mandaban mucho en esto, al comparar el tono de mis críticas  con el de sus comentarios y descripciones.  

 No entraré  en ello, porque entre otras cosas, lo que más me gusta son las entrevistas de Elena Salamanca, que me recuerda cuando íbamos de bolos con la tropa de cómicos y flamencos por los campos de Castilla. La bella  Elena no era actriz, pero la gente la tomaba por tal. Luego le salió el Plus y los toreros,   y creo que esto es mejor.  La vida de los actrices o eres Margarita Xirgu  o las pasan putas.

Matías González, en su lugar. El trapío del toro de Bilbao está muy caro. Y las orejas también. En épocas de saldos Matías  mantiene la seriedad de una  plaza que debiera estimular la vuelta al ruedo de un diestro cuando le ha pedido infructuosamente la oreja.  La corrida de ayer en otras plazas de España hubiera sido una lluvia de orejas. Aquí en Bilbao sólo fueron dos.  

Paco Ureña. Emoción, trazo largo, autoridad  frente a alcurrucén difícil y enrazado;  la dificultad natural del toro de lidia en su ser: la casta. Y frente a otro de parecido ADN. Los alcurrucenes,  digo ahora lo que hubiese dicho  esta mañana, de estar en el apartado al que me había invitado la gentileza de Javier Aresti; equilibrio de tipo, trapío. Y  armonía entre bravura, casta, temperamento y nobleza. Recuerdo un toro noble hace  algunos años en las Ventas, que fascinó a los tendidos y a la crítica. Me encontré en el patio de arrastre con José Luis Lozano y me dijo,  no te ha gustado el toro. No. Me gustan con más picante. Con más personalidad. Y a mí; pero a ver cómo conseguimos eso; y un poco más de fondo. Respondí que el fondo del toro suele quitarle fondo al torero.

A Serafín Adame le hierve el toreo en las venas, pero sin atropellarse. Como los buenos guerreros, con toda la insurgencia precolombina y poscolombina del pueblo mexicano. Y la fantasía del capote, las largas, los faroles, las serpentinas:  una caligrafía aérea y de ensueño. Yo prefiero la verónica de Juan del Alamo, pero una cosa no quita lo otra. Y además, Adame tiene una muleta poderosa, una derecha larga y una izquierda arrastrada que remata el natural en el sitio exacto para ligar con el siguiente: sitio y lugar preciso. Le sobra lo que les sobra a casi todos: las manoletinas para cerrar faena. El misterio de una manoletina es el ceñimiento; pero no deja de ser un trámite subsidiario que procede del toreo bufo.

Juan del Alamo cuajó dos faenas de peso, de torero ya hecho sin efectismos, sin mirarse en el espejo ni sucumbir a  las insidias de la galería que preferirían menos pureza, menos clasicismo  y más conexión con los tendidos. Será figura si no sucumbe a los cantos de sirena. Ya es algo más que un proyecto de figura y tiene detrás de si la austeridad del campo castellano y, en ocasiones,  aires de torería andaluza. 

domingo, 17 de agosto de 2014

CC GG (I). LOS DE FUENTE YMBRO, MALOS, REPARTIERON ESTOPA


Saludo a Javier Aresti que me ha invitado a presentar mañana lunes la corrida de Alcurrucén en el apartado, el gran ritual de las mañanas bilbaínas. El destino ha truncado mis planes y no sé cuándo podré llegar a Bilbao, ni siquiera si llegaré. Naturalmente deseo  que salga un corridón,  una corrida, simplemente, de Bilbao. No soy nuevo en este ritual, pues hace algunos años Luis Lezana me invitó a presentar la corrida de Cebada Gago.  Al concluir, me sentí como si hubiera dado la vuelta al ruedo con dos orejas en la mano. Este año, por primera vez en 26, tendré que vivir un Aste Nagusia  de  recuerdos, al menos los primeros días y luego dios dirá, que me temo no va a decir gran cosa. Por fortuna recuerdos sobran y no hay lugar para  melancolías. Veré las corridas por el Plus allá donde el destino me pille. Peor sería no verlas. Brecht y Weil, sin haber pisado la villa vizcaina, hicieron célebre una canción de La Opera de tres peniques: "Bilbao,Bilbao". Con mis recuerdos yo podría componer una sinfonía heroica sólo para paladares exquisitos y mentes muy lúcidas.

Manuel Escribano provoca  dos momentos de máxima intensidad en todos los toros que mata; la larga cambiada de rodillas frente a chiqueros y las banderillas por los adentros. Respecto a la larga cambiada hace años escribí en mi poemario El fulgor del círculo: “es un gesto retórico, un grafismo innecesariamente violento”. Eso le gustó a Roberto Domínguez, buen lector de poesía, y en un homenaje que le hicimos en el Café Gijón juró que nunca más daría una larga cambiada de rodillas. Luego, molesto porque yo le llamaba “el maestro descabellador", las daba siempre que le venía en gana. La claridad, el valor y los terrenos con que Escribano plantó cara al sobrero, valen más que todas las largas cambiadas y los pares de banderillas al quiebro. Y, mientras en la enfermería recomponían a Alberto Aguilar, Jiménez Fortes cumplió con su deber toreando bien al fuenteymbro menos malo de la tarde.

El bicho le tiró un derrote homicida a Alberto  Aguilar por el izquierdo. Y animado por el éxito le tiraba tornillazos por la derecha y por la izquierda, a destajo. Toro infame, como casi todos, como el tercero  que también cazó a Jiménez Fortes y le pegó la gran paliza: mansos, muchos pitones,   peligro en proporción al trapío y poca casta, ninguna. Visto el resultado, no me hubiera gustado presentar esta corrida y espero que los alcurrucenes salgan mejor.   Honor a Antonio Carretero, por el quite salvador que le hizo a Jiménez Fortes, en el suelo e indefenso ante el fuenteymbro.

En Bilbao, recuerdo inevitable, a Curro Fetén. En tardes de pereza, en algún festejo menor de ferias menores, o que presagiaba suspensión, Curro me enseñó a ver la corrida sin contaminarse de los comentarios de retransmisión. Era un sabio convencido de que  la sabiduría no conduce a nada;  un personaje de novela, como Lázaro o el Buscón y compartíamos  la afición a la buena mesa y el buen vino. Yo me protegía dándome  al crianza e incluso al añero de bodegas de confianza en botellas sin etiquetar. El no bajaba del reserva y del güisqui. Cuando alguien pretendió insultarme escribiendo que bebía vino con Curro Fetén, me sentí halagado. Curro Fetén,  a Joaquín Vidal y a mí nos llamaba “los vengadores”; él sabía por qué y el taurinismo, ofendente incluso cuando piensa que es generoso, también.  A veces, en Sevilla y sobre todo en Bilbao, comíamos juntos los tres y si anunciaba que iba acompañado elegíamos mejores restaurantes. El  deseo indisimulado del  acompañante  era hacer  una pira con el  Mundo y del Pais  y los críticos dentro; pero al final terminaba pagando la comida, o la cena, con gran regocijo de Curro Fetén y mio,  y cabreo dignísimo de Joaquín Vidal que quería pagar a escote.

Le propuse escribir un libro firmado por los dos con sus recuerdos y mi redacción; en Valencia ante una botella de Viña Ardanza compartida con Manuel Chopera y Juan Manuel Mompó. Miró a Chopera  y sentenció: “este me paga más por callar que tú por hablar”. Y Manolo Chopera sonrió. En resumidas cuentas, pinchazo de los jandillas de Ricardo Gallardo. Y dos palizas de órdago a Aguilar y Jimén Fortes. ¿Cómo tendrán esta noche los huesos?. Noche toledana para dos valientes.

sábado, 16 de agosto de 2014

VANDALISMO LEGAL EN SAN MARTIN DE FRÓMISTA


Antonio Machado no estuvo en Torre de los Molinos, mi aldea de Palencia. De haber estado, nunca hubiera podido escribir sobre Castilla aquello de “oh tierra triste y noble, la de los altos llanos y yermos y roquedas, de campos sin arado, regatos ni arboledas”. Torre de los Molinos es un vergel, un oasis en una depresión de la Tierra de Campos. Tiene una gama infinita de verdes, desde el verde mar intenso al verde amarillo, oro viejo en sus álamos, olmos y  chopos; y la plata  mate de alguna variedad de álamo, de una vega alimentada por  las aguas de Carrión.

 Si entras a Torre de los Molinos por el Oeste, por la parte de Paredes de Nava, descendiendo desde el Alto Corralillo, te das de bruces, de golpe,  con la alamedas, las olmedas y las choperas y la variedad de arbustos de las márgenes del rio, ese río que cantó el gran Francisco Vighi, que se suicida en el Pisuerga  por no entrar en  Valladolid: cosas de nacionalismos palentinos. Si entras  a Torre por el lado de Carrión de los Condes, viniendo de Frómista y Villalcázar de Sirga, la aproximación  es más plana y menos súbita. El camino desde San Zoilo  es  todo todo verde hasta que en un recodo, ¡zas! aparecen las 30 casas, unas de adobe y otras encaladas, y el aire de fiesta y de concordia de los emigrantes que celebran el dia de la Virgen de Agosto con una comida de fraternidad y solidaridad.

Unas  300 personas unidas por la melancolía del destierro y la diáspora y por el júbilo del regreso y del reencuentro fugaz y transitorio. Pero es mi hermana Elisa, mi hermano José María toda  la innumerable  familia que los rodea y la vida me regaló, los que me mueven los recuerdos más calientes. A todos dedico  la única salutación que me es posible: “somos los hijos de la emigración; fuimos charnegos en Barcelona, maquetos en el Pais Vasco, gatos en Madrid, españoles heroicos y hasta el límite de la razón  en Alemania.   La emigración ha levantado este país llamado España. Orgullosos debemos estar. El llamado “milagro alemán”, algo le debe a la penuria de los españoles. El progreso industrial de Euzkadi y de Cataluña no hubiera sido posible sin la inmigración del resto de España, sin maketos y charnegos. Como prófugos de las penurias y necesidades,  estamos agradecidos a los países de acogida. Por eso podemos mirar con la frente bien alta a Jordi Pujol, el latro,  y decirle que España no roba a Cataluña, algunos amamos la Catalunya que nos acogió y le dimos mucho a cambio; no fue hospitalidad, sino conveniencia mutua. Usted, señor Pujol, sí ha robado a la patria que ha presidido; y de paso ha robado al resto de los españoles. Amén, Salud y forza al canut”.

Paso, por culpa de  una especie de inercia lírica poética, por San Martín de Frómista. San Martín es la lírica suprema del románico, lo más perfecto y armónico, la poesía de la matemática,  frente al románico militar de la fortaleza templaria de Santa Maria de Villalcazar de Sirga. En la plaza de San Martín, a 20 metros de tan perfectísima arquitectura, alguien está levantando dos viviendas; el andamiaje es una bofetada en el rostro de los visitantes. Hay polémica en el pueblo y empieza a haber denuncias. Al parecer,  esta agresión al Patrimonio Artístico Nacional cuenta con la autorización burocrática del Patrimonio. O sea, el Patrimonio contra sí mismo. Pero la última palabra la tiene el señor alcalde que, a lo que se ve, hasta ahora no ha dicho ni mú.

En el frío de un anochecer a  16 grados centígrados, un grupo musical, aterido, ensaya un concierto de música medieval, al lado mismo del estrafalario montaje. Mi consejo es que, antes de ponerle una bomba,  se consulte con la Benemérita Guardia Civil; la voladura ha de ser controlada para no dañar el templo, la más refinada  orfebrería de la piedra eterna. No queremos amateures ni exaltados. Primero que hable el señor alcalde. Luego ya veremos. Trato de explicarme esta osadía edificadora por una cuestión de amor a la Iglesia más perfecta, no ya del Camino de Santiago, sino de la cristiandad. Los dos hermanos que edifican su vivienda a dos pasos del templo, lo aman tan desesperadamente que quieren  tenerlo siempre presente: al acostarse y al levantarse, al desayunar y al merendar. Par ellos no hay más horizonte, que el pórtico de San Martín. Esa deber ser la clave: un exceso amor.  

Y ahora a ver cómo me las arreglo para no faltar a las Corridas Generales de la Aste Nagusia bilbaína. Cosas de Camino y su derivaciones, me llevarán a la frontera con Portugal. Este lunes  Javier Aresti me había invitado a presentar el apartado de la corrida de Alcurrucén. En tiempos, invitado por Luis Lezana, presenté la corrida de Cebada Gago. No podré estar; pero donde sea y como sea, ya me echará una mano el Murga, por mejor nombre cervantino Cide Hamete, para ver las corridas por el Plus y escribiré de ellas. Es decir, escribiré de Bilbao.  Y, a lo mejor, tengo la suerte de que Nekane ilustre con sus retratos alguna croniquilla. A ver cuándo puedo llegar a Bilbao. Hoy pasaré de los rejones -Andy Cartagena, Diego Ventura y Leonardo Hernández-. El rejonazo  me lo ha dado el andamiaje de la plaza de San Martín.  Y lo dicho; ningún acto vandálico sin  asesoramiento de la Benemerita del tricornio. Aunque para vándalos, el Patrimonio, los dueños de las viviendas proyectadas y el señor Alcalde si no pone remedio. Lo ideal es una voladura controlada y levantando acta de la misma ante las autoridades.

 Proyectos derivados de este viaje a Palencia y su confines por el este y por el norte: un libro sobre Gómez Manrique, señor de Amusco.  Jorge Manrique, el poeta del amor cortesano y el de las Coplas,  tenía un tío, hombre importante en los orígenes del teatro de España.

viernes, 8 de agosto de 2014

CLAUDIO RODRIGUEZ; MAGISTRAL EVOCACION DE ANA PEDRERO. Y COLMENAR


Amenaza tormenta; una tormenta seca, de ruido y gran aparataje en vez de la benéfica lluvia prodigiosa que la gente de Colmenar Viejo espera y necesita. Releo el trabajo que Ana Pedrero ha publicado como recordatorio de la muerte de Claudio Rodríguez: 15 años; es más que un artículo, es un universo emocional metido en un artículo.

 En Colmenar acaban de hacerse públicos los carteles de las inminentes fiestas de los Remedios. No satisfacen a nadie y se teme que tampoco sean un éxito económico, pese a que son unos carteles baratos. Algunos creen que anuncian el fin de los toros en  Colmenar, tierra de toros y toreros. A veces tomo café con Agapito García Serranito, torero bravo y estilista al que un toro de Antonio Pérez le tronchó el cuello en Benidorm.  Yo no lo ví torear, una tarde con cogida, creo, solamente. Por eso Serranito no viene en mi libro Tauromaquias, apartado los toreros que yo he visto. Tiempo habrá a finales de agosto de comentar los festejos. Es exagerado decir que anuncian el fin de los toros en Colmenar. Con tres o cuatro festejos, antiguamente, se hacía una gran Feria.  Sería malo para la Fiesta; y malo para Colmenar. La gestión municipal de la plaza a mí no me parece mal; siempre tiendo a lo píblico por que el liberalismo salvaje estás ya contrastado; una buena gestión pública no tiene más riesgos ni más gastos que la cesión a una empresa con pliego de concesiones. Pensar que para el Ayuntamiento Ferias y Fiestas patronales tienen que contabilizarse  como ganancia es absurdo. Y ganas de joder la marrana.

Vuelvo al artículo de Berrendita, vuelvo a Claudio, a su poema sobre Antoñete, el único poema taurino de su producción, Entre la magia y la sabiduría, que publicamos Antonio Leyva y yo en una carpeta homenaje a Chenel en 1985. Luego, todos los estudiosos de la obra de Claudio se han atribuido el hallazgo como un descubrimiento. Torre Manrique Publicaciones se arruinó, nos arruinamos con  edición tan insólita que no compró ni Dios; ni siquiera Charo López; pero esa carpeta es hoy  sueño y pesadilla de bibliófilos: 40 textos, 40 dibujos, portada de las Ventas sepia y  un brindis de Chenel dibujado por José Diaz. Y un lazo salmón uniendo las dos hojas de la portada. Un hermano de Paco Alcalde, empezó a piratearla en televisión al poco tiempo de salir. Una adunación de textos y dibujos, sin encuadernar, no son considerados libro, y al parecer no generan derechos.

Ana Pedrero ha escrito  un magnífico artículo sobre Claudio, desde el corazón y desde el conocimiento: sustancia poética. Una foto: Claudio con un cigarrillo  a medio consumir entre los dedos, pero con la ceniza enhiesta. Un raro cigarrillo entre la abstracción de la ceniza y la materialidad del tabaco sin arder. La mirada un poco triste. La inocencia de Claudio, la celebración y sus vuelos, el don. Siempre la claridad llega del cielo….Es un don. Antes, cuando un artículo, un poema, un libro de un amigo me gustaba, yo decía es tan bueno que parece que lo he escrito yo.  He moderado la extensión  de mi ego y ahora, como cortesía extrema, digo: “es tan bueno que me hubiera gustado escribirlo a mí”. Dicho queda, Berrendita: la magia de Claudio, tu sabiduría.

miércoles, 6 de agosto de 2014

TOROS: EL VERDADERO CÁNCER DE LA FIESTA


 Legitimidad del pasado; incertidumbre del presente.

Al final de un Congreso sobre Cultura, Artes y Toros como el de la Uipm, de Valencia, sale lo que tiene que salir: los fundamentos históricos como legitimidad de la tauromaquia. Hay un gran despliegue intelectual, alejado  de las refriegas diarias de la crítica que, salvos raras excepciones, no suele pararse en disquisiciones académicas: al pan, pan y al vino, vino. Eso en el mejor de los casos. En el peor, puede ocurrir que se llame vino al agua y pan a unas tortas de desecho.

El Congreso de la Uipm, impecable en las formas y en el contenido; autoridad intelectual de Andrés Amorós, Luis Alberto de Cuenca, Santiago Celestino Pérez,  Francis Wollf, Luis Francisco Esplá, Javier Villán, Francisco Bueno,  Ignacio Lloret..; no quedó arte ni recoveco histórico que no fuera analizado, desde las Cantigas de Alfonso X, y aun mucho antes, para acá como los juegos cretenses y la prehistoria, baluarte en el que se hizo fuerte la erudición poética de Luis Alberto de Cuenca. El Congreso fue lo que se esperaba y para lo había sido dispuesto: el pasado de la tauromaquia, su legitimidad histórica y cultural.  Queda el presente y el futuro y a eso apuntaron algunos de los asistentes.

¿Qué va a ser de la Fiesta?. Esa es la cuestión en la cual, y por razones obvias, no se pudo entrar a fondo pues escapaba al objetivo de la reunión. Se puede, sin embargo, sacar alguna conclusión de las discusiones de pasillo; demostrada la legitimidad de la corrida como arte, hay que buscar  soluciones que garanticen el presente amenazado. El verdadero cáncer de los toros está dentro. Naturalmente los nacionalismos y los políticos son un peligro creciente; pero a lo que tenemos que poner remedio es a la estructura obsoleta de la Fiesta, la picaresca y otras corruptelas. Primero arreglar la casa por dentro. Luego, ya veremos. Resumiendo, los nacionalismos  no pueden encontrarse, como se lo ha encontrado el catalán, con el toro postrado y   listo para el descabello.

Esto  algunos  venimos advirtiéndolo  hace años, desde la crítica diaria  y a pie de obra; y  a riesgo cierto de pasar ser acusados de  antitaurinos infiltrados. A los toros no llegó el pensamiento crítico de la Transición y se han anclado en  un sistema de pensamiento único, afín al Sistema: como el monoencaste y el monopuyazo. Las Escuelas Taurinas, algunas ejemplares como la de Valencia, dirigida por el matador de toros y abogado Manuel Carrión, corren el riesgo de transmitir las deformaciones estilísticas de la figuras, los mecanismos de triunfo que antes ponían en marcha las tapias de los tentaderos y los caminos. Manuel Carrión defendió estos centros como correctores de defectos e impartidores de técnicas concretas sin desvirtuar la capacidad creadora del alumno. Y Luis Francisco Esplá, que había suscitado el tema de las Escuelas, en general, terminó aceptando las razones de la Escuela de Valencia en particular.

Ya en las postrimerías del Congreso y con Javier Mompó como uno de los “agitadores” más convincentes del debate sobre el presente, recordábamos  las tertulias del Café Malvarrosa en los  calores nocturnos de la Feria de Julio; Malvarrosa, en corto y por derecho, apuntando siempre al hoyo de las agujas en vez de irse a los bajos. La discusión continuaba, en lento  peregrinaje hasta el hotel, un viacrucis lúdico de muchas estaciones, unas en los bares aún abiertos, otras  a la intemperie sudorosa del horno valenciano. Como yo ya andaba cojo, los amigos más fieles –Javier, Carmelo, puede que también Marcelino- acompasaban su ritmo al mio. Grandes cosas de toros se debatían en aquellas madrugadas; pero eso forma parte de una sentimentalidad  que podemos dejar para otro dia.