viernes, 21 de abril de 2023

 

Ayuso, la lideresa  en coplas. Hoy se presenta PORQUE ME DA LA GANA

LA EDITORIAL Ramón Akal acaba de publicar  dos  nuevos libros, de rabiosa actualidad que dirían los viejos gacetilleros, en su nueva colección A Fondo. Uno es Porque me da la gana. Ayuso, la nueva lideresa; del que es autora Alicia Gutiérrez, periodista explosiva y, a la vez, sólida y reposada, que nos tiene acostumbrados a descubrir escándalos de alta temperatura política. Seguro que todos ustedes recordarán el caso Urdangarín y la confrontación con su suegro, el actualmente Rey Emérito y fugitivo, Juan Carlos I.  No es la primera vez que Alicia Gutiérrez se ve las caras con la lideresa, discípula aventajada de dos lobas de colmillo retorcido, Dolores Aguirre y Cristina Cifuentes, que la precedieron en el cargo, más fámula y alumna de la Aguirre que de la Cifuentes, la cleptómana de las cremas. Que conste, y no quiero desmarcarme, que yo defendí en ocasiones a Cifuentes porque ésta ayudaba al teatro, los Kamikazes, de Israel Elejalde, Miguel del Arco, los animalarios  y su tropa del Pavón de Lavapies. En vísperas de las elecciones madrileñas de 2021, una información de Alicia,  periodista que nunca se creyó en el país de las maravillas,  obligó a Ayuso a enmendar  su declaración   de la renta, al revelar el nombre de una empresa por ella participada en el 50 por ciento.

El otro libro de Akal se titula Vox; el retorno de los ultras que nunca se fueron, firmado por  Xavier Rius Sant. Es impepinable, todo suceso existe para ser contado; si no, no sucedería. Más tarde o más temprano, aparecerá el pendolista y sus amanuenses que se hagan cargo de él y lo revelen. Si esa ley, determinante aunque nunca escrita, no existiera,  las cosas no ocurrirían. No vale decir que existirían de otra forma. No existirían, simplemente. Si existieran de otra forma ya no serían las mismas cosas.

 Lo de rabiosa actualidad, al referirme a estos dos textos, no es que la actualidad vaya por ahí dando mordiscos a la vida y echando espuma por la boca, Quiere decir que es el momento oportuno, ese momento que está esperando implacable una pluma esclarecida y aguda que lo revele, El mundo está hecho para ser contado, y lo que no se cuenta no existe. Lo mismo pasa con las penas y los dolores. De estos nace la poesía. Si no existieran, si siempre fuéramos felices la poesía no existiría. Y no vale decir que existiría de otra manera. No existiría simplemente.

 Del libro de Alicia Gutiérrez se  desprende que Ayuso es una killer de la política, sin proponérselo ni planes de estrategia, le sale del natural. Sin complejos. Y sin escrúpulos. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Diaz Ayuso sobrevivirá a este libro de  Alicia Gutiérrez,  Porque me da la gana, como ha sobrevivido a tantas peripecias de su vida política. Es más, acostumbrada a superar todas las tormentas, yo creo que su imagen saldrá robustecida, descuartizada, odiada y también amada hasta la extenuación. Lo de amada quizá no sea tanto, pues Ayuso ha ido dejando muchos cadáveres, cadáveres políticos se entiende, en las cunetas y algunos sin enterrar o mal enterrados. Es el caso de Pablo Casado, que se rumorea va a volver a la política. Puede el palentino volver a la política, aunque yo no me lo acabo de creer. Casado fue amigo suyo y protector. Más tarde cavó su propia tumba,  al denunciar  los cambalaches y corrupciones de un hermano de la lideresa, sobre mordidas en el tráfico de mascarillas o algo así. Un hermano es un hermano y a ti te encontré en la calle.  Pablo Casado, en las antípodas de mi pensamiento político, y más liberal en el sentido estricto de la palabra que Ayuso, nunca me ha parecido un ser vengativo. Pero sí demasiado inocente, un pececillo entre tiburones. E Isabel, Isabelita para los íntimos, es una tiburona blanca que, dicen, son los peores de los feroces escualos.

El retorno de los que nunca se fueron

 Xavier Rius Sant es el clásico periodista de riesgo y aventuras, el freelance que todos queríamos ser cuando abrazamos esta dura y fascinante profesión. Su especialización es la no especialización, es decir la diversidad. Ultraderecha y terrorismo es, quizá, lo más atractivo de sus trabajos. Vox y el retorno de los ultras que nunca se fueron es una historia de la reciente ultraderecha española con sólidas raíces en el fasciofalangismo tradicional de partido único, pensamiento único y nacionalcatolicismo. Los Vidal Quadras, Santiago Abascal y, sobre todo, her Ortega Smith, nazi confeso, hoy concejal del Ayuntamiento de Madrid, consejero  o algo así de Almeida. Macarena Olona, es una especie de verso suelto, ninguneada por el aparato de Vox  y arrojada a las tinieblas exteriores por donde vaga sin encontrar la luz. Por Ortega Smith, y cómo va a resolver  su posible horizonte penal tengo yo especial atención. Desde hace tiempo vengo llamándole el calumniador de las 13 rosas, 13 muchachas fusiladas por Franco contra las tapias de un cementerio. Vox, el retorno….se lee de un tirón, como si de una novela negra se tratara.

domingo, 16 de abril de 2023

 

Rogativas para pedir la lluvia

Hoy me parece que, en los pueblos de Castilla,   ya nadie hace rogativas para impetrar la lluvia. Eso me dicen al menos mi amiga, la señora Julia, Julia Gil, y Miguel, su marido, de Carrión de los Condes. Y Arturo Gil, cronista oficioso de la comarca, que lo sabe todo, o casi todo, un Séneca de secano. Arde España, arden sus bosques y sus pueblos. España en llamas. La sequía, de la cual casi nos habíamos olvidado, desde que Franco Franco Franco la usara en sus discurso como coartada para explicar las penurias de su dictadura, ha vuelto; españoles, después de tres años de guerra, cinco de postguerra y de tres de pertinaz sequía……decía el Caudillo. Barcelona, donde viví felizmente la década de los sesenta del pasado siglo XX, se ahoga, se asfixia según me cuentan algunos amigos.  Que yo recuerde, Barcelona nunca había tenido sed. No infrecuentemente la inundaban imprevisibles y furiosas tormentas, el diluvio universal. Yo, antes que preocuparme de la sequía, me preocupaba de aprender catalán para leer el memorable libro, La pell de Brau, de Salvador Espriu, sin traducción ni diccionario. Y para entenderme con la gente de la calle.

De la sequía, mis recuerdos más intensos son los de mi infancia en Torre de los Molinos, mi aldea de Palencia.  Me acuerdo de las rogativas, de madrugada, todo el mundo en procesión. El cura, revestido de capa pluvial, salmodiaba una retahíla de vírgenes y santos y la gente respondía ora pro nobis, santa dei genitrix, ora pro nobis, santa virgo virginis, ora pro nobis, refugium pecatorum, ora pro nobis….  Y así hasta treinta o cuarenta invocaciones o acaso más. Con tanto santo y tanta virgen, la lluvia estaba asegurada incluso antes de que acabara la procesión, aunque no siempre. Yo era el monaguillo, vestido de roquete, y llevaba un calderillo de cobre o de latón, no recuerdo bien, lleno de agua bendita.  Y el hisopo, un aparato con mango y una bola agujereada para rociar los secarrales. Cuando regresábamos a la iglesia, el señor cura exhortaba a los feligreses a dar limosna para el culto y yo pasaba la bandeja. Quien no echaba en la bandeja, echaba directamente en el cepillo, que era una caja de madera con ranura, colgada de una columna de la iglesia. Esto no ocurría en todos los pueblos, pero en Torre de los Molinos, sí. Y una de dos. O llovía o no llovía.

viernes, 7 de abril de 2023

 

CAMPANAS MUDAS y CARRACÓN LOCUAZ. Nota; con todas las reservas inherentes a unos recuerdos nebulosos. Se acepta cualquier matización o desmentido acreditado

El Jueves Santo, a partir de las doce de la noche, creo recordar, en los pueblos de Castilla, y posiblemente en otros muchos lugares, enmudecen las campanas en señal de duelo por la muerte y crucifixión de Cristo. Viernes Santo es tiempo de silencio que comienza a partir del Gloria de la misa, el cena coeli. A partir de entonces, hasta la Vigilia de Resurrección, del sábado al domingo, para llamar a los oficios divinos se usa, o se usaba, el carracón. Es este un instrumento de madera, compuesto de un cuerpo o soporte fuerte, de  una rueda dentada sobre la que se desliza la lengüeta produciendo un ruido estridente, y de una manivela. Hay que tener un brazo fuerte para darle a la manivela y manejar el carracón. Mas, por encima de la cuestión religiosa y litúrgica, las campanas tienen un código expresivo de comunicación que sólo maneja el campanero, desde su campanario, pero todos los vecinos conocen. Hay el toque a rebato, para alertar de un peligro que concierne a la solidaridad de todos, un incendio, una riada, una tormenta con señales de peligro de rayos y centellas que, a lo peor el pararrayos, veleta  de la espadaña que señala la dirección delviento,  o de la torre de  donde las cigüeñas tienen su nido, no puede  impedir sus perniciosos efectos.

 Los organismos competentes han declarado a las campanas patrimonio artístico inmaterial de la humanidad. Distinción que no va a ser anulada porque hoy enmudezcan en pueblos y aldeas de Castilla y probablemente en otros lugares. Aparte del  volteo,señal de gozo y alegría en las procesiones, las campanas llaman a misa y al rosario,  tres toques con espacios de  diez minutos aproximadamente. Las mujeres salen de casa poniéndose ya el velo o la mantilla para entrar en la iglesia, y urgiendo a las vecinas deprisa que están a punto de dar la tercera, vamos, deprisa. Siempre llegan a tiempo, pues yo creo que el señor cura se retrasaba a posta

 

domingo, 2 de abril de 2023

David. Retrato de familia II.

 

David Loayza. VIRTUDES y EXIGENCIAS de la ESCENOGRAFÍA.

Yo y Ana, mi santa, que diría Umbral, decidimos no tener hijos, lo cual carece de importancia y lo  seguro es que no importe a nadie, como debe ser. Pero hemos tenido sobrinos, yo muchísimos sobrinos, muy queridos. Por razones de proximidad y convivencia, dos especialmente, Diana que ya ha aparecido en esta sección de RETRATOS DE FAMILIA. A PUNTA SECA, y  David. Hijos de Yolanda, que hace muchos años, en las aguas turbulentas de Maspalomas, Canarias, me salvó  de morir, ahogado arrebatado por las olas.

 Yo tenía claro que, por tener un hijo, no iba a limitar mi profesión de periodista y, sobre todo, mi vocación de escritor viajero. Y Ana también tenía claro que yo esto lo tenía claro. A estas alturas del partido, pienso que lo de periodista era una visión romántica del periodismo, y que la prensa, en vez de contrapoder, es mayordomo del poder. De todas formas, la era digital ha cambiado muchas cosas. Y ya no se puede decir, aunque sea cierto, que el periódico de hoy sólo sirve para envolver el pescado de mañana.

 Nunca he compartido aquello de A QUIEN DIOS NO LE DA HIJOS, EL DIABLO LE DA SOBRINOS. David es más que un hijo, es mi sostén físico y tecnológico. Aprendió a ver teatro muy pronto, de mi mano. Y quizá por eso entró en la RESAD, rama escenografía, y hoy es un director y escenógrafo competente. Y un diseñador de luces que tiene muy claro la máxima de oro de la iluminación, UNA COSA ES ALUMBRAR y otra muy distinta es ILUMINAR. Respecto a la escenografía también tiene claro el  papel de ésta, la escenografía, por brillante que sea, nunca puede entorpecer los movimientos del actor, está al servicio del texto.

Estaba yo diciendo que aprendió a ver teatro entre cajas y en los camerinos de actrices y actores que se sorprendían por su precoz capacidad crítica de observación. Y por sus silencios.  El silencio es un lenguaje muy expresivo, decía Caneja, pintor de culto, en cuyo estudio David pasaba, de vez en cuando, algunas horas. Los silencios de David hay que respetarlos, aunque no se comprendan, como los respeta Natalia, una alemana alta y guapa, traductora, a la que le gustan los toros y el flamenco, su compañera desde hace algunos años. David celebró los 18 años de su mayoría de edad, conmigo, en Casa Patas, santuario del mejor cante en la calle Cañizares de Madrid. Y donde se comía la mejor ensalada de tomate y la mejor caña de lomo que imaginarse pueda. Esa noche se le sentaron al lado dos guiris inglesas, abducidas por las raras explicaciones que les daba. No sé qué les explicaría ni en qué idioma, pero lo vi más locuaz que nunca.