La escultura de Esperanza D,Ors.
Pienso la exposición de Esperanza D,Ors, Contenedores humanos. Más que verla necesito pensarla, aunque yo la
percibo como suceso intenso y sensorial. Pienso este blog como un
ejercicio diario de confusión; solo de la confusión puede nacer la claridad.
Confusión y confesión. Vi el otro dia, en un rápido ojeo en Modus Operandi, los grabados de
Esperanza D,Ors, Contenedores humanos:
el ser humano cosificado, convertido en mercancía. Me inquieta la dimensión
social, filosófica, humana, de estos
grabados. Y sus planchas. Nos tiene D,Ors acostumbrados a la escultura pública de gran formato para
plazas, calles, vestíbulos de teatros.
Tengo que volver a verla, tengo que hacer más corto este blog, que obedezca a su nombre de diario,
tengo que empezar el dialogo entre Maria
Casares y Camus: Exilio y
Resistencia. . Tengo que estar
seguro de no contribuir a la autodestrucción de algún amigo/a aunque me cueste
su amistad. Tengo que estar seguro de mi capacidad de amar. Tengo que hacer
muchas cosas que no haré.
Hay
siglos en los que uno no está para nada.
A hacer puñetas esos siglos. Reñido he estado siempre con las
máquinas, la tecnología, la informática; pues a la mierda las máquinas; a fin
de cuentas el corazón es una máquina. Y el corazón demuestra, dia a dia, que
las máquinas tampoco son de fiar. No es que yo no me fie de ellas, son ellas las
que no se fían de mí. Creí que el puto tuitter era mecanismo de comunicación y solo me da quebraderos
de cabeza; pues a la mierda el tuiter. En las dos últimas semanas me ha vuelto
loco, sin saber por dónde entrar ni por dónde salir; marejada tras marejada
hasta el extremo de llamar a un técnico: “cuando no puedes entrar por un camino
búscate otro alternativo”. ¡!Estupendo!!,
“búscate otro alternativo”.
Mi tuiter desde hace unos días funciona a
pedal; nada de aquel fabuloso automatismo, una
letra, una sílaba y ¡zas! ya estaba allí la persona o la razón buscada.
Ahora, he de buscarla por un camino alternativo que a lo peor no existe. Ese es
el tuitter para mí en estos momentos: un anclaje, un garabato oxidado, un
laberinto; tampoco es que me importe demasiado. Perderé de vista a algunas
personas indeseables. A las que deseo y quiero las llamo por teléfono.
Los fakes.
Para colmo, Pilar Fabregat, veneciana de
Arde el
mar, Oda a Venecia frente al mar de los teatros, transeúnte por Triana y residente en Castellón, me abruma
“cuidado con los fakes, cuidado con los fakes, que hay muchos fakes sueltos por
ahí”. A la mierda los fakes. Sugiere que nos vayamos de excursión filantrópica,
cultural torera, pero pone como condición que vaya también Ana; Ana y Yolanda acaban de volver de Praga, Budapest y Viena…
Y ya conocen Venecia…..Y les queda por ver todo el teatro de Madrid, que es
mucho.
Estoy tentado de proponerle a Pilar que
invitemos a Pere Gimferrer, ojo
Pilar esto es solo una ficción; que me
hiciera un prólogo maravilloso a Los
toros furtivos, en el que me comparaba con Swiff no quiere decir que
tengamos que ir de viaje juntos.
Me doy cuenta de que he atribuido
a Pablo Messiez, todo el mérito de “He nacido para verte
sonreir”, restándole a Santiago Loza, autor,
parte del suyo. Habrá crítica y autocrítica.
Más Marylin. Se cuela Audrey
Hepburn
No fue trivial mi proclama marylinesca la
noche del Mihura. Isabelle Stofell, que estrena el viernes Fasten, Magüi Mira,
me dice: “siempre con Marylin, debe ser un espejo”. Entre Marylin y Liz Taylor se ha colado Audrey
Hepburn, una sílfide, mi modelo
de mujer de la que mis amigas siempre tuvieron celos; la pasión por Marylin era,
es, otra cosa; más orgánica, más trágica y, a la vez, más divertida. Audrey se
empeña en ir a desayunar en Tyfanis. Es inútil; solo comparto desayuno con una
mujer, como consecuencia natural y lógica de una cena. Presiento que las
relaciones Audrey-Marylin van a ser poco amistosas. No sé.
Y sé que Marylin, tramposa y adorable, me entenderá.
Sabe que estoy pasando momentos de hipersensible esquizofrénico, atormentado
sin ninguna causa que yo pueda descifrar. Su vida no es ajena a estos vaivenes
del espíritu. Hasta piensa que Truman le
es desleal. E infiel. ¿Por qué el mundo tiene que ser tan jodido?.
Una luz en el túnel.
Me gustaría
una biografía dúplice: Liz Taylor/Marylin : ¡Esos ojos! Pero entonces ¿qué hago con la sílfide, Audrey Hepburn?.
Por otra parte me he acostumbrado a trabajar con personajes y no con personas: Sherezade, la Alfarera
prodigiosa. Por qué me meto en tantos lios? Si por lo menos alguien supiera
engrasarme el puto tuitter……