lunes, 6 de febrero de 2017

PREMIO MIGUEL MIHURA A LA MEJOR ACTRIZ


21 candidatas optan al premio a la Mejor Actriz.

(A partir de ahora este blog se publicará todos los lunes. Cumplo así la sugerencia de los lectores que prefieren una periodicidad fija)

Hoy recuperamos el Premio Miguel Mihura, uno de los objetivos que desde hace algunos meses venía planteándome como crítico de teatro del Mundo. Doce años hace que la desidia y  el desdén de la Sociedad General de Autores tenía abandonado el Premio que, de la mano de Miguel y su hermano Jerónimo nació en su seno. De hecho la Sgae sigue desligada de él; no se trata, pues, de una recuperación, sino de una refundación. Nace un nuevo Premio Miguel Mihura, aún de perfiles imprecisos, pero fiel al espíritu de su titular. Es decir, premio a la actriz más destacada del año. En atención a ese interregno de doce años, aproximadamente, hemos ampliado de uno a dos años la posibilidad  del galardón; por lo tanto en el Premio que se fallará esta noche, acaso coincidiendo con la hora mágica en que escribo este artículo, se contemplan trabajos del 2016  y del 2015.

Cuando les expuse la idea de recuperación, o de refundación, a Luis María Ansón (El Cultural)  Antonio Garrigues Walker (Poeta), Borja Ortiz de Gondra (Autor)   Ignacio García Garzón, (Abc) Javier Vallejo  (El País), Raúl Losánez (La Razón), la aceptaron al instante. Luego vino María Diaz, que se ha convertido en el alma del mismo. No digo también en el cuerpo porque para eso están las almas y los cuerpos de la 21 finalistas, aspirantes a ceñirse la corona de laurel, el mirlo y el acanto. El dinamismo y la eficiencia de María Diaz han sido tan importantes como el Café de Gijón y el Teatro Español de Carmen Portaceli.
 
 Kafka, la belleza y la inmortalidad

“El hombre capaz de admirar la belleza, nunca envejece" escribió Kafka. Por eso creo que, en definitiva, hemos restaurado este Premio: para no envejecer al contemplar en una noche, todas juntas, en el mítico Café de Gijón, los  talentos y las  bellezas de nuestra escena. ¿Cómo sustraernos a la tentación de ver juntas a Irene Escolar, Marta Poveda, María Hervás, Beatriz Argüello, Eva Rufo, Bárbara Leni, María Adánez, Lucía Quintana, Isabelle Stofell, Victoria Salvador  y así hasta veinte. Los que componemos este jurado  aspiramos, como Kafka,  a ser inmortales a través de la belleza. Y del talento. Pues la belleza sin talento es una belleza muerta   Por eso, robándole a Paul Eluard su verso heroico “Madrid capital de la gloria”, se lo aplico líricamente a lo que esta noche va a ocurrir en el Gijón.

Se trata de un homenaje a Miguel Mihura, pero se trata sobre todo de un homenaje a las actrices españolas para las que siempre escribió con fervor. Mihura es una comediógrafo ágil y divertido, el autor de Ninette y un señor de Murcia, o Melocotón en almíbar, pero es también el profeta del Teatro del Absurdo, antes que Ionesco, Becket, Arrabal sistematizaran sus bases.  Mihura escribió en 1933 Tres sombreros de copa, un referente precoz  sobre la cuestión, que Gustavo Pérez Puig  estrenó en 1953. España es un país de actrices, sin quitarle mérito, o quitándoselo,  a la hegemonía del actor. Hace unos meses escribí que en este premio lo difícil no era a quien dárselo, sino a quién no dárselo. En esas estamos.

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