Nota de actualización. Para algunos lectores Azpeitia, sus fiestas y sus toros han sido un descubrimiento. Prueba evidente del desconocimiento que hay entre las distintas zonas de esta vieja y reseca piel de toro., la Pell de Brau, la Sefarad, de Salvador Espriu. "Defenderé la casa de mis padres", escribía Gabriel Aresti al que seguramente no le gustaban los toros, como tampoco a don Miguel de Unamuno, que los detestaba. No importa. Lo que de verdad importa para que esta raza ibérica cainita no acabe desangrándose como tantas veces, es saber que tenemos padres, que tenemos casa, que tenemos tradiciones y costumbres. Y que, como decía el gran poeta euskaldún Gabriel Aresti, "defenderé la casa de mi padre", defenderemos la casa de nuestros padres. Y con la casa de nuestros padres , las costumbres, la memoria de nuestros padres.
La vitalidad de los toros en Donosti nunca la marcó Illumbe rescatada, apuntalada por los aficionados del resto de España con sus abonos incondicionales, quince años cautivos más o menos. Acabada esa cautividad, los Chopera han levantado el vuelo. La vitalidad de los toros en Guipúzkoa la ha marcado y la marca Azpeitia. La Euzkadi profunda, vasca hasta cepa, hasta las raices del alma. Azpeitia y su zortzico fúnebre y el banderillero muerto. Y la bruja pitonisa. La vitalidad de los toros en el Pais Vasco la van a marcar las CC GG de la próxima Aste Nagusia en Bilbao. De cualquier manera, siempre nos quedará Azpeitia. Y el Betizu, toro rojo de estos imponetes montes.
La vitalidad de los toros en Donosti nunca la marcó Illumbe rescatada, apuntalada por los aficionados del resto de España con sus abonos incondicionales, quince años cautivos más o menos. Acabada esa cautividad, los Chopera han levantado el vuelo. La vitalidad de los toros en Guipúzkoa la ha marcado y la marca Azpeitia. La Euzkadi profunda, vasca hasta cepa, hasta las raices del alma. Azpeitia y su zortzico fúnebre y el banderillero muerto. Y la bruja pitonisa. La vitalidad de los toros en el Pais Vasco la van a marcar las CC GG de la próxima Aste Nagusia en Bilbao. De cualquier manera, siempre nos quedará Azpeitia. Y el Betizu, toro rojo de estos imponetes montes.
A esas horas, las siete de la tarde
más o menos, quizá ya se haya escuchado en la plaza de Azpeitia el Zortziko Fúnebre
en honor del banderillero José
Ventura Laca: una oración por un torero infortunado. Espero noticias de la
actuación de Paulita y, mientras,
vuelvo a contemplar el retrato inmerecido que me ha hecho Nekane, la cual vuelve a señalarme en un tuit y con toda razón y piedad de la que
es capaz, un lapsus sobre Azpeitia que ya cometí hace meses y he vuelto a padecer esta mañana; cambiar
aurresku por zortzico. Aquí hay algo de maldición o aviso de siquiatría o algún
maligno encantador que me persigue. Abro mi libro Tauromaquias: lenguaje, historias y toreros. (La Esfera, 2012). Y en la página 297, leo: “Azpeitia, en
el corazón de la Euskadi profunda, mantuvo la llama deL toreo en Guipúzcoa
cuando las especulaciones inmobiliarias derribaron el viejo Chofre de Donosti.
El zortziko, al arrastre del tercer toro, en honor de un banderillero muerto
siglos atrás, es uno de los momentos más emocionantes que pueden vivirse en una
plaza de toros".
"En Azpeitia, euskaldún, y en alto grado nacionalista, los
toros se consideran como algo propio. Fui a Azpeitia dos o tres años invitado por Witi (Huiti,
quise decir) aficionado grande y durante algún tiempo responsable del organismo
organizador de las corridas. Asistía a
todas las procesiones religiosas, jugaba al mus hasta la extenuación y, de paso
iba a los toros más que nada por el Zortzico Fúnebre. Si, como se teme, el
cierre de Illumbe es una amenaza
próxima, Azpeitia debiera ser el eje de los toros en Guipúzkoa en el corazón de
Euzkadi”.
Traigo esto a colación, no para avalar mi condición de profeta por la
amenaza cumplida de Illumbe, sino para
demostrar que sé lo que es un zortziko. Porque
ese libro lo escribí yo, palabra, y no me lo hizo un negro. Y con la esperanza de descubrir al mago que me convierte los
molinos en gigantes y me hurta el verdadero rostro de mi querida Euskadi.
Sobre Paulita, sobre los Cuadri y
la cuadrilla de superpeones de Javier Castaño,
con más mando en plaza que el jefe, no
me llega nada; sólo que Paulita estropeó su triunfo con los aceros.
Todos contra Talavante
Noticias me vienen de otro lado de que a Alejandro Talavante, empresas y colegas le están haciendo la vida imposible. Pero ¿no habíamos quedado que en toros, todo es elegancia, respeto y fair play?. Y además ¿cómo se le puede hacer eso a un torero protegido, dicen, de Manuel Molés?. Y de verdad ¿está el actual Manuel Molés en situación de proteger a alguien? Tendré que preguntárselo a Curro Vázquez que de toda esta historia es el que más confianza me inspira. Antes lo acusaban de asaltar las ganaderías en beneficio de sus poderdantes. ¿Qué dirán ahora del gran Curro Vázquez, torerísimo?. El libro de toros del que más orgulloso me siento es Curro Vázquez, sombra iluminada. Es quizá el único que volvería a escribir sin arrepentirme de nada.
Todos contra Talavante
Noticias me vienen de otro lado de que a Alejandro Talavante, empresas y colegas le están haciendo la vida imposible. Pero ¿no habíamos quedado que en toros, todo es elegancia, respeto y fair play?. Y además ¿cómo se le puede hacer eso a un torero protegido, dicen, de Manuel Molés?. Y de verdad ¿está el actual Manuel Molés en situación de proteger a alguien? Tendré que preguntárselo a Curro Vázquez que de toda esta historia es el que más confianza me inspira. Antes lo acusaban de asaltar las ganaderías en beneficio de sus poderdantes. ¿Qué dirán ahora del gran Curro Vázquez, torerísimo?. El libro de toros del que más orgulloso me siento es Curro Vázquez, sombra iluminada. Es quizá el único que volvería a escribir sin arrepentirme de nada.
Nota no taurina;
Espero las diatribas en tuiter de Pilar
Manjón y su heroica tribu de
víctimas del terrorismo, por alguna inconveniencia que solté esta mañana sobre
su acre juicio en torno a la P de la
mujer de Obama el negro. En vano; en una
mañana de luminosos desaiertos escribí María
Terón y no Pilar Manjón. ¿Cómo iban a responderme?. Mejor así.
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