Nota al hilo de la salida de JT a hombros en Málaga. Se trata naturalmente de una actualización, de oidas o mejor dicho de lecturas; pero necesaria antes de rematar las Corridas Generales con lon Victorino Martín. Grandes torero en el cartel, pero ninguo del grupo escogido de figuras de moqueta. Así que es de esperar que los victorinos no se caigan. Escojo opinioones de tras críticos sevillanos; Carlos Crivell en el Mundo dice que no hubo tragedia: un pequeño susto al ser arrollado en una caleserina. Se ajustó de forma inverosímil, todo con la mano muy baja, muy ligado y muy ceñido. Solemnidad. Al fin Crivell se adorna con un kikirikí y le recomienda que compita, que se mida con otras figuras. Antonio Lorca el El Pais destaca lo insustancial de las reses: dóciles, bondadosos, nobles y birriosos. Yo pienso que como todos, más o menos, torean los mismos, la competencia no sería tan dificil. Sigue Lorca: la historia demandará a JT por haberse permitido ser un torero extraño y genial, que robó a la tauromaquia muchas tardes de gloria. Por último Fernando Carrasco elige palos más faciles, por bulerís casi: la pasmosa lentitud de José Tomás, titula. Y luego se reafirma en la lentitud, naturales muy largos, profundos, muy profundos. En las comunicaciones orales o via Mail de aficionados amigos, división de opiniones. Para unos, genial: los tomistas que no vieron al Tomás genuino. Para otros, los tomasistas, que conocieron al JT genuino, tono menor de un torero con personalidad que vive de las rentas de sus genialidades.
Toros de la Quinta, blandos y
regordíos; Santa Colomas de granja. Corrida patética. El sobrero un poco más
escuálido. Julián López se cayó con todo el equipo; broncas. Fatal matando: lo
mejor un bajonazo asesino en la modalidad del metisaca. También a Ivan Fandiño se le atravesó la espada.
A Fandiño creo que se le están atravesando muchas cosas sin que sepamos a
ciencia cierta por qué. Alguien le está poniendo bola negra. Y se le nota
cabreado consigo mismo cuando torea bien y mata mal. Y cabreado con el mundo en cualquiera de sus modalidades. Antonio Ferrera, sereno ante los simulacros de toros.
Con un ojo en la tierra negra de Vista Alegre
y los dos oídos en el albero de la
Malagueta andaba ayer la gente del norte. O sea, atenta a Iván Fandiño y a José Tomás, que reproducía esquema y mano a mano con
Hermoso de Mendoza en Málaga, como Enrique
Ponce en Bilbao. Y me ciño a Fandiño porque Antonio Ferrera y Julian
López, en esta tarde, importan a la gente de Bilbao menos que Fandiño. Estos manos a manos circenses sólo benefi<ian laccuenta corriente de los dos ases. A
cualquier cosa llaman mano a mano: el astro de los rejoneadores y el mítico
José Tomas, legendario a base de huir de la leyenda. O de crearse otra leyenda
más propia y personal entre la muerte aplazada de Aguas Calientes a
cuernos del toro Navegante, a medio
camino entre la terribilidad de las Parcas y la almibarada inocencia de Wald Disney.
Interesa, naturalmente, en Bilbao lo
que pase en Málaga; pero más interesa Fandiño y el movimiento sísmico que el
Sistema ha desatado contra don Matías
González. El objetivo, por lo que uno ve, escucha y lee, es desalojarlo del
palco de Vista Alegre. Yo no quiero
decir que don Matías sea intocable e insustituible. Si se hace con ánimo de
perfeccionar un espíritu y unas formas, vale;
pero si se trata de modificar los criterios de ortodoxia y seriedad que
deben regir el palco, puede que estemos
poniendo en peligro los toros en el País
Vasco. Y no está la cosa para bromas. No se ha llenado ningún dia la plaza, ni
siquiera el siguiente a las dos faenas
de Miguel Ángel Perera que reventaron
el ambiente y que el torero destrozó con
la espada. Y tenedlo en cuenta; si Bilbao cae, es el fin de los toros en
Euzkadi. Y la referencia de Bilbao es una referencia irrevocable: seriedad.
Plaza de primera con todos sus sacramentos.
En torno a los presidentes hay
siempre controversia y yo creo que el taurinismo no ha abdicado de una vieja
aspiración: convertirlos en funcionaros de la empresa; y con ellos al equipo
veterinario. Yo tengo mi santoral de presidentes. Y mi infierno. Éste lo
encabeza un tal Juan Lamarca, el
peor presidente que haya tenido las Ventas, después de José Antonio Pangua, el del rabo a Palomo Linares, al que Navalon, Cañabate y Zabala Portolés sacaron
en coplas. Navalón dijo, además, que el tal Pangua se llevó 500.000 del ala,
del año 1972. El mejor de las Ventas que yo he
visto ha sido don Luis Espada y no
porque fuera un buen pintor y gran aficionado al flamenco.
Lamarca la
tomó conmigo, lo cual me honraba, y decía
que yo era de “los del tiro en la nuca”. O sea un gatillero del amanecer que
iba por ahí liquidando gente por la espalda en las plazas de toros. Y todo
porque en una crónica del Mundo llamé bocazas a un bocazas patriótico que a los
30 segundos rompió un minuto de silencio
gritando ¡Viva España!. No sé que será de Lamarca metido en círculos
bienvenidistas y demonizado por algunos de sus antiguos amigos.
En Valencia, el mejor durante
muchos años ,Contantino González. Y
después, Manuel Moreno que tuvo las
santos güevos de negarle, con razón, una
segunda oreja a José Tomas, a riesgo
de su honor y su seguridad. No digo que el peor de Valencia fuera Oscar Bustos, porque era, es, mi amigo,
hombre que encajaba las críticas con una elegancia suprema. Cuanto más le
zurraba más le gustaba venir al hotel para invitarme a vino. Desde
aquí le mando un abrazo.
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