Claves monclovitas del nombramiento de don Jaime.
No dudo de que don Jaime
de los Santos, pueda ser un estupendo gestor de teatro, pues doña Cristina Fuentes en casi todo lo
que ha hecho hasta el momento ha
demostrado tacto y discreción. Pero en esto del teatro y la cultura ha metido la pata hasta el corvejón. Sobre todo después de haber alardeado hasta la náusea de que la cultura iba a ser prioritaria e iba a depender directamente de su autoridad. Como todo en la CAM, supongo. Don Jaime de los Santos ha sustituido a Amado Jiménez Precioso, que ya había anunciado su fuga y que conocía al dedillo los intríngulis culturales y teatrales de la Cam. !Suerte, amigo!. La vida no concluye en la CAM. Tuvimos algunas desavenencias, pero siempre prevaleció la cordialidad y el buen sentido. No sé qué porvenir le espera a Ruperto Merino, anda missing. Si lo ves dale un saludo.
Nada tengo en contra de don Jaime de los Santos, que acumula además la dirección de museos. Sólo que, por su curriculum, me parece un analfabeto teatral. Y si él es un analfabeto teatral, lo son también quien lo ha nombrado, la señora Cifuentes y los que se lo han endosado, doña Soraya Santamaría y don Rajoy, analfabetos culturales funcionales, a los que, por cierto, jamás he visto en un teatro. Deben de ser aficionados clandestinos.
El nombramiento me ha producido, como a toda la farándula, cierta perplejidad en extremo perpleja, yo diría que perplejísima. Y ha alterado el apacible ritmo de mis cortas vacaciones. Hay que joerse. Los únicos ocho días de asueto que me tomo al año, por necesidad física e higiene mental, viene Cifuentes, mandamasa de la CAM y me los chafa. Desconocer quién es el señor de los Santos no le quita méritos y puede ser consecuencia de mi incultura. A veces surgen lumbreras ignoradas que ponen la política, y el teatro es también política, patas arriba.
Nada tengo en contra de don Jaime de los Santos, que acumula además la dirección de museos. Sólo que, por su curriculum, me parece un analfabeto teatral. Y si él es un analfabeto teatral, lo son también quien lo ha nombrado, la señora Cifuentes y los que se lo han endosado, doña Soraya Santamaría y don Rajoy, analfabetos culturales funcionales, a los que, por cierto, jamás he visto en un teatro. Deben de ser aficionados clandestinos.
El nombramiento me ha producido, como a toda la farándula, cierta perplejidad en extremo perpleja, yo diría que perplejísima. Y ha alterado el apacible ritmo de mis cortas vacaciones. Hay que joerse. Los únicos ocho días de asueto que me tomo al año, por necesidad física e higiene mental, viene Cifuentes, mandamasa de la CAM y me los chafa. Desconocer quién es el señor de los Santos no le quita méritos y puede ser consecuencia de mi incultura. A veces surgen lumbreras ignoradas que ponen la política, y el teatro es también política, patas arriba.
Parecer ser que hasta
ahora era el machaca de la honorable doña Viri, esposa de Rajoy, presidente del gobierno por si alguien no sabe quién es Rajoy. Machaca, en terminos militares significa asistente. Yo confío que tenga tantas virtudes como en toros pondera Carlos Abella de su sucesor, el nuevo gerente del consejo Taurino
de las Ventas. Para los ceses, Franco mandaba el motorista con una carta. Los nuevos políticos de la izquierda y la derecha, ni eso. Limpian la mesa de papeles y si el destituido se descuida lo echan a la papelera.
Volviendo a las Ventas, queda el asunto de la Cospe y la Espe, juntas de vocales en el Consejo. Pero eso es otra cuestión en la que no quiero entrar porque es cosa de política nefanda. Y este no es un artículo político.
Volviendo a las Ventas, queda el asunto de la Cospe y la Espe, juntas de vocales en el Consejo. Pero eso es otra cuestión en la que no quiero entrar porque es cosa de política nefanda. Y este no es un artículo político.
En cualquier caso no
hay que juzgar a don Jaime de los Santos antes de verlo actuar al frente de la
Abadía, el Canal, el Auditorio del
Escorial, los museos de Madrid a cuyo Museo Municipal hice en tiempos de Gómez Angulo una donación de cuadros de Diaz-Caneja.
Prueba de democracia: en la Cam, cualquier estilista colaborador de revistas de modas, recadero fino de doña Viri, puede llegar a gran jefe, aunque ignoro cuáles son sus atribuciones exactamente. Daría parte de la corta vida que me queda, por ver dialogar de teatro a Jaime Miguel de los Santos, el asistente de doña Viri, con Albert Boadella o José Luis Gómez.
Prueba de democracia: en la Cam, cualquier estilista colaborador de revistas de modas, recadero fino de doña Viri, puede llegar a gran jefe, aunque ignoro cuáles son sus atribuciones exactamente. Daría parte de la corta vida que me queda, por ver dialogar de teatro a Jaime Miguel de los Santos, el asistente de doña Viri, con Albert Boadella o José Luis Gómez.
Paradoja insufrible sería que entre Manuela Carmena, una izquierdista, y Cristina Cifuentes, una
derechista, fueran a cargarse el teatro
de Madrid y aledaños. Cosa que no creo, pues Carmena es culta y amante de
la libertad, como escribía hoy Manuel Vicent en el País. Siempre nos quedará el Teatro Español de la plaza Santa Ana, un galeón de casi medio siglo, donde al parecer y con
permiso de doña Celia Mayer, Pérez de la Fuente sigue soñando con
rescatar a Alfonso Sastre para el teatro español.
Nota; por si alguien no lo sabe Alfonso Sastre es un autor español, nacido en
Madrid, exiliado en Hondarribia, bestia negra de la censura español con Franco
y después de Franco; autor de medio centenar de obras de teatro la mayor parte
sin estrenar. Y de una gran obra teórica
teatral insólita en el desértico panorama
español ibérico
Instituto Cervantes.
El Instituto Cervantes que preside o dirige Victor de la Concha, un mandarín, según Gregorio Morán en El cura y
los mandarines, libro maldito editado por Akal, editor de todos los malditos, prepara
un homenaje a Lope y a Calderón. Victor de la Concha creo que
también fue cura, pero el cura del
vitriólico libro de Morán es el difunto duque de Alba, el célebre cura Aguirre. Pues parece ser que en
vísperas de, o en el transcurso del aniversario del año de su muerte, 22 de abril de 2016, el Instituto
prepara un espectáculo sobre Lope y Calderón.
A Natalia Menéndez le sobran para el
Festival de Almagro, Calderones y Lópeces y Shakespeares. Pero le faltan Cervantes. Cervantes siempre preterido,
en especial en teatro. Como poeta era un
poeta menor, él mismo lo reconoció.
Sería buen momento para reivindicar a fondo su
teatro cuyo cetro ostenta desde siempre el inmortal Lope, poeta máximo y
popular.
Como siempre, maestro,como en los toros: suscribo al ciento por ciento, vaya cornada al teatro que le han pegado los inculstos y no sólo teatrales Rajoy y cía. ¿Tú también, Cristina? Un abrazo.
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