Ayuso, la Juana de
Arco de la derechona
Recobro con esta imagen de la presidenta de la
Comunidad de Madrid mi serie de retratos al vitriolo, a punta seca o al pastel
que he tenido interrumpida. La Ayuso que se ha ganado ya es la
jerárquico de las figuras públicas del arte, de la escena o de la política
va embalada hacia la Moncloa, como una
Juana de Arco, de la derechona montaraz. Y dado cómo están las cosas y
conociendo este país, no me extrañaría que allí la coronasen. El lapsus del
otro dia sobre el Rey Felipe VI y los indultos parece habérsele perdonado sin
más trascendencia, como se le perdona a una niña la travesura de jugar a los
médicos con un amigo. En mi aldea de Torre de los Molinos, Palencia, jugar a los médicos nos
gustaba más que jugar al escondite. Consistía ese juego en explorar a las
chicas en todo su cuerpo buscándoles supuestas dolencias. Las chicas no
ayudaban a averiguar con sus explicaciones dónde estaba el mal, y más que enfermas parecían muertas que se
dejaban hacer. María Isabel Ayuso es una chica mona, circunstancia que nunca
resaltaríamos en un hombre político, pero queramos o no nuestro lenguaje está
impregnado de aromas ineludiblemente machistas. Todo el mundo está de acuerdo en que el
encanto personal de Adolfo Suárez, y la
virilidad agraria de Felipe González les ayudaron mucho en sus liderazgos
políticos. Adolfo Suárez era un encantador de serpientes, miraba fijamente a
los ojos y luego, al despedirse, a tenazón te cogía del brazo y te acompañaba
hasta la puerta del despacho. En el PCE teníamos muchos recelos con Adolfo
Suárez, nos engañará como ha engañado a todos, decíamos, y el sibilino Santiago
Carrillo con peluca o sin peluca,
sonreía y decía, ¨ a todos menos a nosotros.
Calificar de sicalíptica y sensual a la Ayuso, puede ser machismo; no es machismo, en cambio, pensar que por
cuestiones del Zendal, ese hospital sin camas, dicen, o de las residencias de ancianos durante la
peste que nos ha asolado y aún nos asuela, acaso la Ayuso acabe en la cárcel de
Soto del Real. Como Soto queda a un tiro de piedra de mi dacha de la sierra
madrileña, he prometido ir a enseñarle a jugar al mus, si ella y Miguel Ángel
Rodríguez, el inefable MAR, me lo permiten.
Dacha, para que ustedes no tengan que
ir al diccionario, es la casa de campo propia de la nomenklatura soviética, lugares de veraneo
o de fin de semana de los grandes jerifaltes. Cuando hace muchísimos años el KGB
me invitó a una visita de cortesía periodística a la URSS, me enseñaron
algunas de estas casas y me sorprendió su rara mezcla de austeridad y grandeza. Cumplí mi gran deseo, ver bailar en el Bolsoi a Maria Pliseskaya, a la qur había visto en Madrid con los Coros del Ejército Ruso, creo recordar. Lo que mejor recuerdo de estas peripecias del KGB es la carcajada
bajo la rotonda dorada del hotel Palace, de una actriz española, hoy dedicada a
otras cosas menos azarosas y más lucrativas. En aquellos tiempos los
periodistas viajeros o reporteros o eran de la CIA o del KGB, no había vuelta
de hoja. España ya se sabe, siempre
dividida en collera fratricida, José, )Joselito), o Juan, )Belmonte); blancos o negros ) liberales o
absolutistas), rojos o azules )republicanos o falangistas. Franco, al que sus
kompas de armas llamaban cariñosamente Paca la Culona, también aplicó
esa dualidad confrontativa a la piel de toro ibérica; españoles y cipayos de
Moscú.
Pero volvamos a la Ayuso que es
de lo que trata este artículo. Ni su
propio partido confiaba en ella y se fue abriendo camino a amorosos codazos y a
regañadientes de sus adversarios. Yo creo que la Ayuso es una pantera con
modales de gata siamesa, astuta y precavida, lista pero no necesariamente inteligente.
A título puramente personal he
redactado un decálogo
DECALOGO DE ISABEL DIEZ AYUSO.
1. España para España y Madrid para los madrileñós
2.
Los demás, antiespañoles
3.
Lo que no ganemos con las urnas, lo
conquistaremos con los tanques
4.
Españá, unidad de destino en lo universal.
5.
España Ni ROJA ni ROTA
6.
España madre abnegada de pueblos y naciones
7.
El español idioma único.
8.
Lo demás , gallego, catalán, etecé son dialectos
9.
Yo soy yo, la genuina, Agustina de Aragón, la
leona de Madrid
10.
Por el imperio hacia dios.
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