viernes, 9 de marzo de 2018

MARIA DE LA O. GRAN FEMINISTA OLVIDADA. Y EXPOLIADA




le quitaron hasta el nombre.

Gregorio Martínez Sierra que en su tiempo pasó  como gran hombre de teatro, escritor, director y un largo etecé, era un  impostor. Y un sinvergüenza. Lo fue toda su vida. Todo lo que aparece con su nombre pertenece a María Lejárraga. Hasta que  él murió, Maria de O no se decidió a reivindicar con su propio nombre una  obra que la acredita como una de las primeras feministas españolas. No le permitían firmar y don Gregorio, su marido, la  vampirizó, le chupó la sangre de sus venas y la tinta de sus papeles. Gregorio fue amante de la actriz Catalina Bárcena que representaba las obras de Lejárraga y se llevaba los aplauos y salía a saludar, supongo de la mano de su amante cuya esposa, y autora, aplaudía desde un palco. Complicada historia. María Lejárraga era ya entonces una mujer vocacionalmente política que llegaría a diputada y que había escrito: Una mujer por los caminos de España, Cartas a las mujeres de España, Mujer moderna. Misterio que alguna vez he pensado estudiar a fondo, pero me faltan datos. Y tiempo.  Y acaso incapacidad para una nueva desilusión. Aurora de Albornoz apenas entendía mi curiosidad por este raro y sucio triángulo, no por triángulo, sino por embarrado.  Aurora  sabía mucho  de Juan Ramón  y de Adolfo Sánchez Vázquez, el filósofo poeta exiliado en México. Juntos le publicamos su único libro de versos, El pulso ardiendo. Aurora tenía un extraño pudor con las palabras. Se negó a presentar un libro mio de poemas porque le disgustaba un verso, solo un verso que es el que a mi más me entusiasmaba: “esta insumisa verga enamorada”. Quité de la lectura,no del libro, el verso y se acabó el problema
María de la O es algo más que una canción del folclore español de doña Concha o Juana Reina que últimamente, en Bodas de sangre, ha reivindicado Pablo Messiez. Yo que, muerto Manuel Vázquez Montalbán, me considero uno de los mejores conocedores de la canción española y su educación sentimental, metí la pata confundiendo a doña Concha con Juana Reina y Messiez fue implacable. Natural. Yo no había tenido piedad con su Bodas de sangre. María de la O, que desgraciaita gitana tú eres teniéndolo tó, es más que una canción; es una filosofía del despojo.
María Lejárraga fue expoliada sistemáticamente. Le entregó a Walt Disney un guión  titulado Merlin y Viviana y al poco tiempo lo vio reflejado en La dama y el vagabundo.

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