sábado, 20 de marzo de 2021

LIBERTO, CINCO CANDIDATURAS  PREMIO NOBEL

Liberto. Estábamos conchavados y me avisaba siempre cuando iba a hacer su aparición estelar y oratoria en el Café Gijón. Al principio me pedía que le escribiera los discursos y creo que alguno llegué a escribirle, pero jamás utilizó mis palabras, su inspiración era aleatoria y sin normas ni directrices. Tiraba por su camino, por donde le dictaban sus musas y no se atenía a ningún guión. Era imprevisible. Tenía musas y las definía con amorosa solicitud cuando yo accedía a escucharle en privado y fingía creerle todo lo que me contaba. A sus soflamas le gustaba darles un tono patriótico, desde los reyes godos hasta los Reyes Católicos, pero se paraba en Franco y en el 36. Era consciente de que los tiempos no estaban para bollos y se declaraba apolíticoantipolítico y pícaro dándole a esta palabra el significado exacto de vividor,  sujeto y a la vez objeto de la literatura española. Juraba haber conocido a Quevedo y departido con Góngora pero no sabía quién era Lorca, Albertí ni ninguno del 27. No había escrito una carta en su vida, ni siquiera una línea por lo cual su candidatura al Nobel de literatura se presentaba de difícil tramitación. Hubo que optar, pues, y preferentemente por la ciencia e investigación en sus distintas ramas. Además, afirmaba convencidísimo Liberto, esos cabrones de suecos no saben español ni yo sé sueco. Tendríamos que traerlos aquí, al Café Gijón para que me vieran en mi salsa oratoria. Tú crees que si los invitamos vendrán?. Están en ello, le contestaba yo, y bien dispuestos a condición de que los llevemos a una corrida de toros en la cual el toro mate por lo menos a dos toreros o tres toreros. Conseguir toreros que, aunque fracasados y muertos de hambre, se dejasen matar por un toro era harto improbable, pero todo se andaría Luego, están los gastos, viajes, alojamiento, manutención, decía yo. De eso no hay que cuidarse, la Academia Española y  hasta el mismísimo gobierno se harán cargo de todo por la gloria que le voy a dar a España. Tú sabes lo que es un Premio Nobel, me preguntaba. Y los ojos se le encendían y desorbitaban al afirmar con contundencia, ¨´pues  fíjate cinco y en una sola persona¨¨. Como todas las cosas sorprendentes de esta vida un dia  desapareció sin dejar rastro. Nunca supe dónde ni de qué vivía o si era una emanación alucinada de mis sentidos. Pero mi memoria visual lo evoca con sorprendente lucidez erguido junto al cerillero, un peldaño más arriba, Alfonso que, de niño,  había servido de enlace en el maquis por Guardo y por Barruelo, pueblos mineros del norte de Palencia, y llevaba recados a guerrilleros insumisos   que la Guardia Civil trataba de cazar a tiros. Intento reproducir el discurso de Liberto y solo lo consigo a medias. ¨Escuchadme pecadores y libertinos, yo soy la palabra de dios y vengo a traeros la salvación y la pureza del paraíso terrenal, escuchadme pues soy la sabiduría y el elegido. Yo soy dios Ay de aquellos que no quieran abrir sus oídos a la verdad, yo soy la verdad, soy un genio y solo me conoceréis de verdad cuando el Espíritu Santo en forma de dragón se muestre lleno de luces a vuestros ojos ciegos¨.  Atronadoras salvas de aplausos que iniciábamos desde el fondo yo y mi cuadrilla, celebraban sus palabras. Las recogía inclinando humildemente la cabeza, mientras toda la clientela del Café quedaba sumida en un silencio sepulcral. Y luego, de nuevo, la algazara y el regocijo. Como colofón, Helio Robles, rico por herencia, ocioso e ingeniero agrícola disparaba un tiro con una pistola de fogueo,  que sobrecogía a la gente y gritaba, ¨´toma, para que no me vuelvas a engañar¨. Liberto ya estaba lejos. Con no menores méritos que  Fabián, Liberto viene hoy a esta sección de Fauna y Flora del Gijón que se ofrecerá a vuestro deleite y disfrute todos los viernes dios mediante.

 

 


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