lunes, 27 de abril de 2015

PRIMO DE RIVERA Y ALBERT CAMUS, UNA IDEA COMÚN.

Bibesco; la princesa roja.
Confieso que entro en los asuntos, políticos o no, más por curiosidad intelectual que por ideología. Si no, cómo podría haber llegado a  emparentar una frase de Albert Camus con otra   de José Antonio Primo de Rivera fundador de la Falange?. Escribió Camus: “no admitimos más aristocracia que la del trabajo y la inteligencia”. Proclamaba José Antonio: “sólo hay una nobleza, la del trabajo”. Por curiosidad intelectual, cuando empecé a despertar a la política, me atrajeron   causas y culpas de la evolución de la Falange, hasta culminar en la nazificación a manos de Serrano Suñer. Por curiosidad y  humor negro logré explicarme la aversión a la Unificación  por parte de Hedilla: "carlista es un mamífero marsupial y trepador  que  ataca después de haber comulgado".
Definición sin duda sesgada.
Releía estos días un librito viejo, un incunable, podíamos decir, sobre los intentos de asesinar a Franco, todos fallidos como se sabe: Objetivo, matar a Franco. Forma parte de una primorosa colección, Historia secreta del Franquismo que publicó Ediciones 99. Mientras Franco puteaba, estricto sensu, a la Falange, algunos falangistas disidentes del rebaño franquista planeaban ejecutarlo. No pasó de conjuraciones de café. Pero, como posibilidad, se planteó. Al menos eso contaba Alcázar de Velasco en su vejez y cuenta este libro de Armando Romero Cuesta.
Ahora van a hacer un musical sobre José Antonio y la princesa Bibesco, Mi princesa roja. Lo escribe y lo va a dirigir Alvaro Sáenz de Heredia, excelente currículo en cina y televisión, sobrino,  de José Luis  Sáenz de Heredia, pero en otra onda, me parece. Era el tio un  buen cineasta, abducido por Franco, para el que dirigió Raza, de la que  fue guionista   Ramón de Andrade, o sea el mismo Franco con pseudónimo. Su fe franquista se impuso, creo yo,  a su fe cinematográfica y por eso le  salió el filme que quería Su Excelencia. Fue premiado por el Caudillo con el encargo del filme conmemorativo de los 25 Años de Paz,   Franco, ese hombre, que tampoco defraudó al general. Ignoro lo que pueda salir de este musical sobre los amores de José Antonio y la Princesa Bibesco; pero en el aspecto sentimental tiene buena pinta; la belleza de esta Mata Hari roja que enamoró al Fundador, resulta fascinante.

Si yo fuera falangista de los de verdad, no de figuración y atrezzo -no soy ni lo uno ni lo otro- pediría el procesamiento de Franco por falsificación de la Falange y por complicidad  pasiva en el fusilamiento del Fundador. Tampoco estaría de más poner en práctica el  arrogante desafío de este  con el que empieza el libro citado: “Si os engañamos, alguna soga quedará en vuestros desvanes y algún árbol en vuestra llanura; ahorcádnos sin piedad”. !Joder!, si eso  se hiciera ahora, pocos demócratas falsarios de esta  pútrida democracia quedarían vivos.

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