La risa ácida de La
Estupidez.
Gracias a La estupidez se me arregló el ánimo de una tarde regular tirando a catastrófica. Pero no hay
que engañarse; el mensaje de La estupidez
no es optimista ni induce a la esperanza. La risa, la carcajada de esta
obra (Naves del Matadero del Español) es una risa ácida; este mundo poblado de
timadores, ladrones, desleales y canallas, es una mierda y solo se mueve por el dinero y la ganancia. Pero ocurre que La estupidez cuenta con una
interpretación magnífica en el registro del vodevil enloquecido. Cinco
intérpretes para dos docenas de personajes. Es la gente de Feelgood que me fascinó hace
pocos años con otra historia ácida: la corrupción política, la manipulación de
la prensa tan corrupta como la política. Ainhoa
Santamaría, Fran Perea, Javi Coll y Javier Márquez. Seguirán dándonos momentos de gloria. Falta Manuela Velasco y se ha incorporado Toni Acosta, que tampoco está mal, que está muy bien; aunque yo
creo que Ainhoa Santamaría rompe todas las barreras.
Podemos contra Alfonso
Sastre.
Antes de nada pedir disculpas a Bernhard por lo de Heldenplazt,
la maldita plaza de los héroes, obra que admiro hasta la extenuación y
con la que siempre tropiezo. Escribí un dia que nunca había visto un montaje
convincente de Heldenplatz y, a
vuelta de correo, alguien me abrumó de
datos demostrándome lo contrario. Ayer, en la crítica de De algún tiempo a esta
parte, por esas cosas
incomprensibles del destino atribuí su autoría a Peter Weis. Tengo que
pedirle a Ignacio García que monte Heldentplatz en Mexico para compensarme del desliz y el gazapo. Le prometo una buena crítica. O al
propio Pérez de la Fuente si le diera tiempo, con Los hombres y sus sombras o El camarada obscuro. O a Sanchez Cabezudo que según Esperanza
Aguirre es el designado por Podemos. O a Gerardo Vera, según apuntan otros. No entro en relevos, la
obligación de un crítico de teatro es juzgar sobre hechos y no sobre sospechas. Que Sastre y Medardo Fraile (Arte Nuevo) vengan al Español de la mano de Garci es una buena notica.
Si la programación de
los nuevos mandamases de teatro responde a la excelencia, como tal la celebraremos.
En cualquier caso el procedimiento no puede ser el dedazo, sino un concurso
como fue el de Pérez de la Fuente; una
terna no jerárquica, sino indicativa, que un jurado le presentó a doña Ana Botella. Venga el que venga, si al final le vuelan la cabeza a Pérez de la Fuente, habrá de ser mediante
concurso y no creo que Sánchez Cabezudo ni Gerardo se presten al enjuague. Son personas serias y Gerardo procede de una
izquierda dura antifranquista, ajena al automatismo del dedo. Por automatismo
caemos en el error, como yo con lo de Heldenplatz.
Creemos interiorizada una cultura sin darnos cuenta de que necesita siempre
reflexión. El automatismo arrogante. No quisiera que el automatismo me
desquiciara esta crónica. A fin de cuentas me ha llevado un trabajo notable y
he hablado con todo el que he podido hablar para centrar la cuestión, que va
más allá, creo yo, del ámbito de la farándula. Los de AhoraPodemos en su
vida han pisado un teatro y son periféricos a la cultura y más
periféricos aun a la cultura popular, aunque ellos crean lo contrario.
Tengo yo que preguntarle a Pérez de la Fuente si, como
dicen algunos sectores del PP, dada la
índole de su programación, es un infiltrado de Izquierda Unida. Quién iba a
decírnoslo; los rojos especialistas en entrismo de clandestinidades, se quedan
con el culo al aire por culpa de unos indocumentados que nunca tuvieron que infiltrarse en nada.
Porque la programación de Perez de la
Fuente, cuando estuvo en el CDN y ahora en la plaza de Santa Ana, no es propia
del PP ni siquiera del Psoe que se han dejado en el cajón autores españoles del
calibre de Alfonso Sastre, por ejemplo,
Arrabal, Francisco Nieva y algunos
más de la Generación del Realismo. Aunque en esto a mí los partidos me tienen
confundido. Por ejemplo, Helena Pimenta (CNTC) y Ernesto Caballero (CDN) llegaron a sus puestos con el PSOE y
fueron respetados por el PP.
Pérez de la Fuente ha tenido desaciertos como Las Pingüinas, una deslealtad de Arrabal
al director al que más debe. Las mujeres del Quijote es un texto infumable en
el que Pérez de la Fuente arriesgó prestigio personal y dinero público. Debió devolverlo a París tan
pronto como lo recibió. Arrabal está acabado desde Carta a la Madre, obra grande que engrandecieron más María Jesús Valdés y el propio Pérez de
la Fuente.
Pase lo que pase la programación de Pérez de la Fuente está
asegurada hasta el mes de Julio. Lo contrario podría traer consecuencias
judiciales imprevisibes para el Español, pues están en marcha coproduciones como Numancia, de Cervantes, precisamente
en su aniversario que comparte, en
desigualdad, con William Shakespeare. Lo que se ha visto en estos meses está ahí y
no hay que insistir en su excelencia; El
grito en el cielo, de La Zaranda o De
algún tiempo a esta parte, de Max Aub, por ejemplo. Asegurado está también
el estreno de Arte Nuevo, un montaje de José
Luis Garci, sobre Cargamento de
Sueños, de Alfonso Sastre y El hermano, de Medardo
Fraile. Pero ¿qué pasará con el proyecto global de Max Aub y el exiliado de
Hondarribia?. ¿Peligran las dos tragedias previstas por la actual dirección del
Español Los hombres y sus sombras y El camarada obscuro?. Confieso que, de
este embrollo político y teatral, es la cuestión de Alfonso Sastre lo que
me preocupa. Sería un sarcasmo que el autor más perseguido y encarcelado por el
franquismo, fuese víctima también de la
incultura mostrenca de Podemos.
Perez de la Fuente, siempre le he considerado un hombre de teatro, no una persona de partido. Buen articulo. Por corto se cumple este año el 29 de septiembre el primer centenario del nacimiento de Antonio Buero Vallejo.
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