Belleza irregular de un alma hermosa.
Descubrí un dia un avatard en el
que había una muchacha de inusual atractivo y no por su belleza física. Pese a
tener a su izquierda una mujer de notable belleza y a su derecha una mujer no
demasiado guapa, pero que la superaba en todo, la muchacha del centro irradiaba
un extraño carisma; la hermosura del
alma que solo una mirada cómplice y piadosa puede descubrir. Sigo contemplando
de vez en cuando esa fotografía de las tres mujeres y no es la mirada bellísima,
y un poco triste como siempre, de la
actriz notable, la que me fascina. La muchacha de la mirada irregular me dice
tantas cosas, es un discurso tan puro que desplaza todo lo demás. En ocasiones me parece que sonríe con
una sonrisa resplandeciente y sé que ella sabe que yo la comprendo.
Y que la amo. Y que las dos mujeres que la acompañan nunca la desplazarán,
antes bien protegerán esa belleza distinta en la que no todo el mundo es capaz
de fijarse; sólo los privilegiados. Es la más sublime y ya está: que nadie ose
dudarlo.
La alfarera
prodigiosa.
Al fin me he rendido a la
tenacidad de Borja Ortiz de Gondra.
Ciertamente, la Alfarera Prodigiosa no es un personaje de mi invención, sino un
personaje real. Sus viajes y aventuras, su predilección por las islas
polinesias y por los amantes que sufrían
por ella, mi obligó a considerarla invención para no perderla del todo. Siempre
preferí un sueño de mujer a una pesadilla, una mujer posible a una mujer lejana
e inalcanzable. La Alfarera Prodigiosa está en Madrid, admirado Borja Ortiz de Gondra.
Mas como si no
estuviera. Yo aún no he podido verla por culpa del maldito sacro, que ya
empieza a soldar. Se prodiga por el
Ambigú de Kamikaze a sus anchas porque nadie la conoce y yo no la delataré ni
romperé esa paz que ha alcanzado en el anonimato. Hasta qe podamos organizarle
una exposición de sus alfarerías y sus autorretratos de cuerpo entero en una
galería de postín.
Amigo Borja, tienes la verdad
pero no tienes el conocimiento. Y no lo tendrás pues solo la Alfarera y yo
sabemos el secreto. Por cierto ¿cómo va tu proyecto sobre Los otros Gondra?. Cómo sienta la gloria de ser reconocido en el
propio pueblo del que hubo que huir por miedo y recelos, acaso infundados, de
la gente?. En mi aldea de Torre de los Molinos (Palencia) me han dedicado la plaza en que viví y en la
capital, Heliodoro Gallego, alcalde
socialista, me puso un paseo junto a las huertas del rio Carrión. Siempre que
voy por allí, me hago una foto. Cerca, Juan
Antonio Bardem tiene una calle en recuerdo de haber rodado aqui algunos planos de Calle Mayor que luego suprimió del montaje.
Marylin por siempre.
Y no hay más mujeres, aunque
algunas quedan dignas de mención y recordatorio. Creí haberle perdido la devoción
a Marylin. El dia seis de agosto las redes se incendiaron con el recuerdo de su
muerte, “accidente, suicidio o asesinato”. Truman me aconseja desde ultratumba
que olvide la cuestión. Pero que le parece muy bien la idea futura que expresé la
noche del Premio Miguel Mihura de destacar a la actriz española “más Marylin”,
la más adorable.
Lo divertido que puede ser un Bella, Ciao
Últimamente con motivo de un
diálogo de encargo (Camus/María Casares) he
tenido que familiarizarme con la vida de la eminente actriz, amada del premio
Nobel. Me imagino un diálogo de despedida entre dos partisanos ilustrados y al
entonar el Bella Ciao, Ciao Ciao me sale una sonrisa melancólica. Y orgullosa, todo hay que decirlo. En Olmedo un
año ví un montaje de La posadera, en
el que los cómicas cantaban ese adiós partisano. Emocionado, le puse un correo a una amiga, que creí me había olvidado, y lloró
porque creyó que era un adiós definitivo. Aún hoy sigo partiéndome de risa. Y de orgullo.
Lo que supongo un adiós definitivo es el de Frida Kalo , otra mujer eminente. Tengo noticias confusas de Sara Moraleda. Y, por lo tanto, confusas noticias de Frida. Frida y el dolor y la pasión y la poesía. Solo digna de Rivera y más aún de Trotsky. Maldito el piolet de un stalinista; Ramón Mercader.
Lo que supongo un adiós definitivo es el de Frida Kalo , otra mujer eminente. Tengo noticias confusas de Sara Moraleda. Y, por lo tanto, confusas noticias de Frida. Frida y el dolor y la pasión y la poesía. Solo digna de Rivera y más aún de Trotsky. Maldito el piolet de un stalinista; Ramón Mercader.
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