domingo, 6 de agosto de 2017

MARYLIN SOLO QUERIA SER AMADA


Aquel aciago dia.
 5 de agosto de 1960 y estallaron todas las constelaciones, se rompieron las cenizas de una mujer que solo quiso ser amada.  Marylin Monroe. Un ser precario, cuya iluminación generaba un mundo de sombras luminosas en su derredor. La luz siempre aparece al fondo de la oscuridad para encontrase a sí  misma; un ser rompedizo que había tenido que bailar el vals de las flores sobre huracanes y tormentas. 5 de agosto, ¿accidente, suicidio, asesinato?. 

La convirtieron en un símbolo sexual, mientras solo quería ser un símbolo de amor, un mar de amor,  olas azules y verdes,  orfebrería líquida y cenefa de espuma sobre la arena. Marylin, Norma Jean para los pocos que la amaron. Fue más deseada, abusada, delirada en fantasías de lecho y harén que en realidades de amor;  Sherezade que nunca pudo relatar su verdadero cuento. Y un tórrido Happy Byrtday tu you, posiblemente gélido en el alma, que marcó su vida para siempre como amante de Jhon Kennedy, “ve preparando el martini y quitándote las bragas, voy para allá”.          Bailó, entre  huracanes,   valses de flores, bailó sobre volcanes en erupción y, al final,  las comadres  de Hollywood, las zorras que la odiaban -zorras por un papel secundario en una película de segunda-  hubieron de inclinarse ante su adorable belleza y su talento. Y ante las casas productoras.

En la sonrisa de arcoíris de Marylin, siempre hay una dulce mueca de desdén que el cinismo cosmopolita de Truman Capote  entendió mejor que nadie.  “Truman, ¿dirías que soy estúpida?”. Truman, “sí”. Marylin, “Y nada más?...Truman: “Bueno…Y adorable”

  “No me importa el dinero, solo quiero ser maravillosa”.

 Deslumbró las sombras de la noche, apagó las estrellas del cielo y prendió luciérnagas en su pelo rubio. El carmin de sus  labios era  sangre  arrancada  a mordicos,  su beso podía ser sangre tenida de blanco por Andy Warhol.

 Un mar de amor y desamor. Eran besos malditos, mordiscos con los que arrancar la suciedad de los labios de los hombres. Hasta que fue libre y alzó su imperio y su conquista. Brisa que sabía de promesa incumplidas y engañosas. La belleza maldita, la poética de  barrio que acaso solo adivinó el hombre qu de verdad la amó, Joe de Magio,  el atleta. La belleza maldita. Después de tantos hombres  alguien le preguntó. ¿Lesbiana. Se encogio de hombros. “Si hay amor por medio, todo es lícito”.

Hasta Arthur Miller, el hondo intelectual irreprochable y comunista, la vampirizó cuando Marylin ya era el mito. Marylin ya era Marylin y  le salvó de la caza de brujas;  nadie se atrevió a condenarle gracias al poder de Marylin, que  había superado todas las barreras menos la de si misma y su propio desorden En la crepuscular película de Jhon Houston,  Vidas Rebeldes  con Clark  Gable y el atormentado Montgomey Clif, todos sentenciados, Miller era el guionista. Las fotos  del rodaje apenas captan  miradas efímeras y distantes. Consumación de la traición de un genio del teatro, seguramente,  que tampoco  hizo feliz  a Marylin.. Miller o la tragedia moderna…La de cada dia.

En su pbra En el cielo no hay Chanel, Alfredo Amestoy, manda a la tierra a Marylin y a CheGuevara, para que consumen, juntos o por separado, la revolución que dejaron inconclusa. Animo a Alfredo a que escriba una obra sobre los resultados de la excursión.

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