Blanca Fernández Ochoa, se
suicidó sobre la nieve, su hábitat natural, Blanca Fernandez Ochoa,
plusmarquista olímpica y plusmarquista del dolor y del fracaso humano. Hay que
tener mucho valor para suicidarse,
dejémonos de literaturas. Tanto valor como para lanzarse a muchos kilómetros
por hora, pendiente abajo de una montaña inmensa.El suicido goza de extensa
literatura maldita casi siempre, laudatoria otras. A muchos no les importa hacer la apología del suicidio, porque
sí, porque les da la gana y porque
Albert Camus dijo que el único problema verdaderamente filosófico del hombre es el suicido. Eso puede afectar a los
creyentes que piensan que el único dueño de la vida y de la muerte es dios. Mi admirada Silvia Marso dice
de mí que colecciono suicidas. No es cierto,
al menos no lo es del todo. En cualquier caso, me faltaría el más importante de
la coleccion privada que por el momento no estoy dispuesto a ampliar; yo. Tuve
una amiga adorable a la que conseguí disuadir del suicidio con un razonamiento elemental;
que consideres una zorra por ciertos juegos cinematográficos, no es bastante.
Eres bella, tienes un cuerpo hermoso y eres actriz.
La única vez que ví a Blanca
Fernandez Ochoa en Cercedilla -mi patria es Colmenar Viejo- me pareció adivinar
en su sonrisa helada el rictus de la autodestrucción,
pero no como una amenaza, sino como un destino.
Apenas me dedico una sonrisa y un gracias cuando le abrí la puerta del
bar. Me sentí incómodo e inquieto Ahora le tiendo mi mano comi si se tratara de
un relevo imposible.
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