Publicado en EL MUNDO. Desavenencias,
A Luis Pastor, uno de los cantautores más zurrados del franquismo crepuscular y vocero de la democracia auroral, le han prohibido, a él y a su hijo, dar un concierto en Aravaca el día 15. Bien hecho, se avisa con antelación para que a nadie le pille desprevenido y no causarle trajines y molestias innecesarios. Las interdicciones y prohibiciones deben ser formalmente impecables, como ocurría con Franco a la inversa; consejo de ministros, sonrisas. Y el motorista a la puerta con el cese. Pese a esa formalidad el asunto no deja de ser grave, pues a las dictaduras hay que tolerarlas o te entrullan, y de las democracias se esperan otras cosas. A no ser que sean, como suele ocurrir, democracias manipuladas. De paso, en el mismo lote se mete también al hijo para purgar pecados de libertad del padre, no sea que se aficione desde pront0. Luis Pastor es reincidente, en dictadura y en democracia, y le está bien empleado. Cree que puede saltarse normas como cuando lo acompañábamos de palmeros por los barrios y pueblos de la periferia madrileña. Por si los nuevos inquisidores tienen mala memoria o adolecen de cultura musical, les daré algunos nombres más, a los que jaleábamos por entonces: Paco Ibáñez, María del Mar Bonet, Raimon, Lluis Llach, Ovidi Montllor, Xabier Ribalta...Puede que también Serrat. En algunos de aquellos conciertos, los de Raimon multitudinarios, Digem no, por ejemplo, la muchedumbre llevaba cerillas que, encendidas en la oscuridad, daban la impresión de un mar de luces sin oleaje, una gran constelación de estrellas temblorosas.
A Luis Pastor, uno de los cantautores más zurrados del franquismo crepuscular y vocero de la democracia auroral, le han prohibido, a él y a su hijo, dar un concierto en Aravaca el día 15. Bien hecho, se avisa con antelación para que a nadie le pille desprevenido y no causarle trajines y molestias innecesarios. Las interdicciones y prohibiciones deben ser formalmente impecables, como ocurría con Franco a la inversa; consejo de ministros, sonrisas. Y el motorista a la puerta con el cese. Pese a esa formalidad el asunto no deja de ser grave, pues a las dictaduras hay que tolerarlas o te entrullan, y de las democracias se esperan otras cosas. A no ser que sean, como suele ocurrir, democracias manipuladas. De paso, en el mismo lote se mete también al hijo para purgar pecados de libertad del padre, no sea que se aficione desde pront0. Luis Pastor es reincidente, en dictadura y en democracia, y le está bien empleado. Cree que puede saltarse normas como cuando lo acompañábamos de palmeros por los barrios y pueblos de la periferia madrileña. Por si los nuevos inquisidores tienen mala memoria o adolecen de cultura musical, les daré algunos nombres más, a los que jaleábamos por entonces: Paco Ibáñez, María del Mar Bonet, Raimon, Lluis Llach, Ovidi Montllor, Xabier Ribalta...Puede que también Serrat. En algunos de aquellos conciertos, los de Raimon multitudinarios, Digem no, por ejemplo, la muchedumbre llevaba cerillas que, encendidas en la oscuridad, daban la impresión de un mar de luces sin oleaje, una gran constelación de estrellas temblorosas.
No reivindico aquellos tiempos ni
sus heroísmos, nadie tiene derecho a exhibir sus luchas con pretensiones de
medallas. Algunos, muchos, pedimos hoy que la memoria histórica no se malverse;
y que sus frutos sean la concordia. El Partido Comunista de España, con la ayuda
de grandes intelectuales, compañeros de viaje de muchos colores, fue el
artífice de todo aquello, mientras el PSOE estaba en dormición y en vacaciones; honrados dormidos. El PCE era una casa común, incluso para los borbones juanistas, no una
ideología hegemónica. Con la democracia le votaron menos de lo esperado. Luis
Pastor, envejecido y nostálgico, ¡por tí y por la memoria!.
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