sábado, 10 de abril de 2021

 

Luis Rosales, amigo de Lorca

La casa está encendida, la casa y las ventanas de Luis Rosales siguen encendidas. Recuerdos, homenajes con motivo de la entrega de su legado por parte de su hijo. Luis Rosales ha llevado siempre sobre sus hombros  el peso de una culpa inexistente en la detención de Lorca refugiado en casa de los Rosales de Granada cuando lo detuvieron.  Pepiniqui, el hermano mayor  era el jefe de la falange granadina. Luis al volver del frente, en un permiso, se encontró con que los esbirros de Ruiz Ramón y del gobernador  Valdés se habían llevado al refugiado. Ruiz Ramón era jefe de la CEDA y  odiaba la Falange porque, al parecer,  exigió mil pesetas al mes por militar en ella, cosa que le había sido negada. Ruiz Ramón fue la verdadera conciencia del asesinato de Lorca. En cierta ocasión, en la entrega del Premio Cervantes en Alcalá, Rosales me habló dolorosamente de aquellas circunstancias. Y convinimos, por mi conciencia de amigo antes que periodista, que allí quedaria sepultado el tema. El recuerdo para Luis era demasiado doloroso.

Creo que nunca nadie de buena fe ha culpado de nada a Luis Rosales. Sin embargo, Luis Rosales,  esto es innegable, se quedó en España, se acomodó al sistema  y al régimen que asesinó a Lorca su gran amigo. Hasta ahí pueden llegar mis ¨´reproches¨, entre comillas, pues carezco de autoridad moral y política para reprochar nada a un gran poeta, que además me honró con su amistad, y que, si alguna duda podía albergarse,  se redimió explícitamente con estos versos memorables.

La certeza de no haberme equivocado en nada,

Sino en aquello que yo más quería.

Luis Rosales y el Conde de Villamediana

Creo que fue el primero en reivindicar, en su discurso de ingreso en la Española,  la figura de don Juan de Tassis, poeta, autor de teatro, caballero, seductor y amante de la reina Isabel, del que se dice que mandó incendiar el teatro donde se representaba  una obra suya para poder salvarla del incendio en un acto heroico a su amada reina. Fue muerto de una cuchillada en la calle Mayor. Pasión y muerte del Conde de Villamediana se tituló el discurso, contestado por Dámaso Alonso, en el que Rosales calificaba como crimen de Estado lo que con frecuencia había sido definido como un lance de sodomía. Abundaba Rosales en la tesis de Quevedo o acaso Góngora que había escrito.

Mentidero de Madrid

Decidnos quién mató al Conde.

Ni se sabe ni se esconde.

Dicen que lo mató el Cid

Por ser el Conde Lozano.

Disparate chabacano,

La verdad del caso ha sido

Que el matador fue Bellido

Y el impulso soberano.

Razones y celos no le faltaban al rey, pues don Juan de Tassis había pregonado esa relación sin disimulo y era de dominio público que la relación era correspondida. El vulgo elogiaba el arte torero del Conde, a la vez que ensalzaba su arte  amatoria, diciendo. ¨el Conde pica bien, pero pica muy alto¨

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