YUNIOR GARCÍA, FUGITIVO
del CASTRISMO. ¿OTRO CASO PADILLA?. Por JVILLÁN
A lo que deduzco de la aventura
española de Yunior García Aguilera, un disidente del castrismo, ya
instalado en España con todas las bendiciones,
no hay materia para un nuevo caso Padilla. Aquello ocurrió en España en los años setenta del
pasado siglo. Herberto Padilla, era un poeta discretamente notable, como
Gastón Baquero menos notable quizá, y buena persona, o al menos a mí me
lo parecía; buena gente como dicen en mi aldea de Torre de los MOLINOS, provincia
de Palencia. Y un intelectual de prestigio entre la intelectualidad europea,
perpleja por la retractación y autocrítica
ante Fidel Castro, al que había apoyado y luego repudió; más o menos como
Cabrera Infante el autor de Tres tristes tigres, pero con más
autoridad moral y quizá menor peso literario. Yo creo que Yunior García
Aguilera tiene menos entidad política y simbólica que Herberto Padilla.
Pero se le ha puesto alfombra roja, a partir de una incisiva entrevista en Onda
Cero de Carlos Alsina.
Y está bien que así sea. A Yunior
Gárcía no puede calificársele, estrictamente, de gusano, que es como hace años
llamábamos los castristas de España a los fugitivos de Cuba y se sigue llamando
a los exiliados en Miami. Al menos no puede calificársele de gusano al uso. Los
partidarios de la Revolución tuvimos con los gusanos un comportamiento ejemplar
pese a las diferencias ideológicas. Cuando llegaron a España les buscamos
trabajo que siempre desempeñaron a la perfección, les dimos techo y cobijo y no se metían en política. Conservo un cuadro
pequeño de vigoroso trazo, un desnudo de
una mujer y un hombre copulando por detrás, cuya firma no logro descifrar y he
olvidado. Diría que el autor se llamaba Jesus Aguilar, pero no me
atrevería a afirmarlo. Se lo compré a buen precio y siempre me guardó gratitud.
Volvió a Cuba, y la tienda de antigüedades en que trabajaba al lado de la
Puerta de Alcalá le dejó el camino abierto para un posible regreso si allá las cosas le
fueran mal. No regresó y parece ser que con Fidel las cosas no le fueron del todo mal. La última noche en
España me invitó a cenar en el café de Gijón, pero los dueños del mismo,
Pepote García y Pepe al
que cariñosamente apodábamos el mono, ambos liberales de derechas, y mucho más
liberal y menos de derechas éste, no le permitieron pagar.
Yunior García se dice autor dramático, es
simpaticón y tiene indudable don de gentes. Si verdaderamente es autor dramático,
y tal como están las cosas de teatro en España, no tardará en estrenar. En
España nunca se deja pasar la oportunidad de pegarle una bofetada a la Cuba
castrista. Publiqué hace siglos una colección de sonetos, JUICIO Y CONDENACIÓN
de CUBA, y en su presentación la
Sociedad de AUTORES se abarrotó. Fue un chasco, pues en mi libro quienes
condenaban la Cuba de Castro eran los dictadores del Cono Sur y Sudamérica.
Los miembros de la embajada de Cuba, en pleno, respiraron tranquilos y una de
ellas, una cubana mulata y preciosa, me
hizo desde lejos el signo de la victoria. Al poco tiempo, en una cena en el
Gijón, por cuenta de la Embajada, siempre el reino independiente del Café
Gijón, le regalé y dediqué los manuscritos llenos de tachaduras y variantes.
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