lunes, 13 de noviembre de 2023


GABINO CARRIEDO; UN VISIÓN  MUY PERSONAL. Por Javier Villán

Se cumple en estos días el centenario del nacimiento de Gabino Alejandro  Carriedo,  poeta y escritor de amplio espectro. Y palentino. Ser palentino no es una cuestión baladí, creía él. Pese a lo cual, como otros también hicimos, dejó pronto Palencia. A los 23 años se fue a Madrid. Otros nos fuimos a Barcelona. ¿Y por qué a Barcelona?, solía preguntarme. Y yo solía contestarle,  porque Barcelona era la tierra de promisión. Y él se quedaba perplejo sin entender del todo la cuestión, que era una cuestión más laboral que intelectual y artística. Palencia, a Gabino se le había quedado pequeña. Pequeña y sin horizontes. “Para verle horizontes a esta tierra hay que subirse al Cristo del Otero”, decía, “  ves un inmenso mar muerto de planicies inmensas….Y hermosas. “No crees que Victorio Macho es un poco mazacote? ”. Preguntaba. Yo no lo creía…y él tampoco. Pero aquella afirmación cuadraba bien a Gabino.

Palencia se le quedaba corta. Palencia, ciudad,  es pequeña y…bella. Así  la definió un dia Lucía Bosé, la bella actriz italiana,  separada ya de la gran pasión de su vida que yo creo nunca se extinguió,  Luis Miguel Dominguín, en un viaje fugaz que hicimos  a Palencia no recuerdo por qué y para qué. Palencia y los soportales de la Calle Mayor,  que dio nombre a la famosa película de Juan Antonio Bardem, el cual había dirigido a la Bosé en la película Muerte de un ciclista. Quizá fuera eso, Calle Mayor y Bardem.   Gabino… Palencia y la catedral, sus vidrieras polícromas y emplomadas;  y el tesoro del claustro, cálices, copones, sagrarios, custodias, patenas….Y el San Sebastían del Greco, un poco blandito, que mira lánguidamente a sus fornidos verdugos; como si los pusiera ojitos.  Otro punto de frecuente debate entre Gabino y yo. Palencia y la tortilla de patatas, ¿con cebolla o sin cebolla?. He ahí el  gran dilema teológico gastronómico que a menudo nos planteábamos  Carriedo y yo. Y Palencia y la menestra de verduras que,  años más tarde,  degustaba yo a menudo, en casa Damián y Josefina, de la calle Martínez Azcoitia, un santa santorum gastronómico que ignoro si sigue existiendo

Conocí personalmente a Carriedo  en un viaje a Palencia al que nos habían  invitado el Ayuntamiento y Santiago Amón, un renacentista palentino  nacido en Baracaldo por eso de que los palentinos nacemos donde nos da la gana. Era una mesa redonda sobre poetas de Palencia. Salimos juntos  de Madrid y llegamos juntos a Palencia, pero tarde; cuando ya todo había terminado. Nos habíamos detenido más de la cuenta a comprar vino en Cigales, en casa de un veterinario que hacía una cosecha muy limitada exclusiva para clientes escogidos, y maduraba en barricas de roble. El delicioso vino clarete de Cigales. Quizá fue mejor que no llegáramos a tiempo, pues Carriedo tenía muy claras las jerarquías poéticas palentinas, dispuesto iba a explicarlas y no sé cómo habría terminado aquello.

-Convéncete, Javier Villán. En Palencia, después de Jorge Manrique, nada de nada salvo yo. Bueno, quizás tú cuando madures si maduras. Tanto soneto y tanto hendecasílabo acaso no te lleve a ningún sitio”.

Y se quedaba tan fresco. Carriedo era, sobre todo,muy divertido.  Y el tio de Jorge, Gómez Manrique, señor de Amusco y Adelantado de Toledo o algo así…, le provocaba yo…..

-Ese era más bien de teatro, el inventor del teatro español.

 Gabino  un vanguardista consciente y heterodoxo,  al  principio adicto al postismo codificado y sistematizado por Eduardo Chicharro y  por  Carlos Edmundo de Ory.  El postismo era un surrealismo hispánico que, a mi modesto saber y entender, no dio nada relevante si quitas a Carriedo,  con reservas de identidad, y algunas cosas de Gloria Fuertes y, sobre todo de  Carlos Edmundo.  No me atrevería a afirmarlo, aunque  creo que era más plástico que literario. No me hagan mucho caso. Gabino había reunido, o estaba a punto de reunir, su obra en Los lados del cubo, pero Gabino era un ser poliédrico, vagamente machadiano del Machado de campos de Castilla; sobre todo en su texto Política agraria. Gabino era, sencillamente, Carriedo.


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