sábado, 10 de agosto de 2024

 

Lluis Homar, el dimitido atribulado

Parece ser que a Lluis Homar, director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, no le salen las cuentas. Le acusan de plagio y de cobros irregulares Y ha tenido o va a tener que dimitir, previo acuerdo de no sé qué índole, con la autoridad superior competente. Es normal. Homar es un  actor y director  muy profesional, y un  actor muy profesional, no tiene por qué saber de números. A mí, eso no me sorprende. Claro que Helena Pimenta, su antecesora, tampoco sabía de números y las cuentas le cuadraban siempre, aunque tuviera que apretarse el cinturón y pagar religiosamente a los colaboradores. Y Ernesto Caballero e Ignacio Amestoy, y otros gestores que han ocupado puestos   de responsabilidad en teatros oficiales y no oficiales, también.  A mí lo que me sorprendió, y en su dia dejé constancia escrita de ello, es que a Lluis Homar, catalán de pura cepa, le nombraran director de la Compañía de Teatro Clásico. No porque fuera catalán, sino porque Homar había manifestado su desdén por el teatro español del Siglo de Oro. Desdén o simplemente indiferencia. El teatro español sólo le interesaba  a Homar a partir del siglo XVIII, había manifestado en alguna ocasión, creo recordar. Y pese a eso venía a dirigir una entidad dedicada al Siglo de Oro. Es lamentable que estas cosas ocurran, es lamentable que insignes próceres del teatro español, metan la mano en la caja  como vulgares descuideros. Tan lamentable es,  que casi estoy deseando  que todo sea un error, la Comedia de los Errores shakesperiana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario