viernes, 7 de febrero de 2014

MENTIDERO DE MADRID Y GRAN NOCHE DE HÉCUBA y Concha Velasco

Este país se está poniendo estupendo, como diría don Latino, "Max, no te pongas estupendo". Este pais, Madrid en concreto, empieza a parecerse al Madrid que Valle quiere reflejar en Luces de Bohemia: absurdo, brillante y hambriento. Un político dice que esto es una tómbola y otro que es una trinca, no una trinidad de tres sino una muchedumbre de trincones y afanadores. Este país llamado España, las Españas, es un inmenso mentidero. Mentidero, según el diccionario de la Real Academia, es lugar o sitio donde se conversa. Pero las palabras delatan siempre otra naturaleza más profunda que la académica, y mentidero, según el vulgo, viene a ser lugar donde se miente. Mentidero, en su sentido académico, era ayer el Teatro Español donde habíamos ido a ver Hécuba-Concha Velasco. El pasado verano ví en Mérida este montaje, fastuoso en el espacio enorme y vacío de las piedras romanas y un poco amontonado en el espacio convencional del Español. Resultado, el previsible. La escenografía, grandiosa en Mérida,, parece aquí, por amontonamiento, tienda de chamarileros. No hay forma; José Carlos Plaza no os da una alegría completa.
Los estrenos, además de cónclave de aplaudidores y amigos, son también mentidero, en su noble y académico significado, donde se comentan, aunque nunca se sabe, cosas y sucedidos. Juan Diego comenta su proyecto de un Ricardo III/;   oigo que José Sacristán  está haciendo algo en la nueva Triángulo de Alberto San Juan, Manuel Galiana  sigue entusiasmado con su sala del mismo nombre, textos de mujeress y apenas 50 espectadores de aforo. Juan Mayorga apenas dice nada ensimismado en  Hécuba  de la que es adaptador, a la espera de su próximo estreno en el María Guerrero y de que El chico de la última fila  siga enredando en el Galileo.
Al final, Concha-Hécuba da las gracias a todo el mundo y en especial a Natalio Grueso   que le ha permitido volver al Español después de 50 años de ausencia; mientras, el resto del elenco, María Isasi, José Pedro Carrión, Juan Gea, Pilar Bayona, José Carlos Plaza,  y todos los demás, sonríe o se emocioma.
Natalio Grueso  acompaña en la misma fila, por orden de proximidad adjunta, a Esperanza D,Ors, Ignacio Amestoy, PedroJota Ramírez y Agatha Ruiz de la Prada que atiende a una espectadora vestida con parecido modelo al suyo. Esperanza es la madre de todos sus hermanos D,Ors. Este fin de semana veré en la Tribueñe el Kafka de  Luis D,Ors. PedroJota  responde a quiénes le preguntan cómo se siente, con una sonrisa: "bien, viendo el teatro que no podía ver antes". Respecto al teatro, la Farándula puede estar tranquila; a Casimiro García Abadillo  le gusta el teatro tanto como a PedroJota. Ahora podrá ver menos; se han cambiado los papeles
Noche de grandes fastos en el Español y otros fastos similares se estarán celebrando en el Canal en torno a otro estreno, a la misma hora y fecha: Ensayando don Juan   de  Boadella y Arturo Fernández.  Pero no todos son fiestas y glorias en el teatro madrileño. El Lara  ha puesto Lluvia de Ángeles sobre París , de Alfonso Sastre    dirigida por Antonio Malonda: tres miércoles y gracias. Una comedia "comercial" del exiliado de Hondarribia y ya ven: tres miércoles. ¿Nadie le regalará a Alfonso Sastre y sus ángeles, un mes en un teatro de Madrid?. Euzkadi no hace al caso. El Norte borrascoso ha tratado el teatro del autor madrileño, peor que el centralismo de la Metrópoli.

Tras la representación de Hécuba los preceptivos vinos con los amigos, clarete de Gigales o crianza Ribera del Duero, en Viña Pé, que no es territorio comanche como algunos creen, sino sitio apacible y de conversa.  Me comentan la entrevista que en el Gijón me ha hecho Elena Salamanca  para el Plus, sobre la mítica Faena de Julio Aparicio a un Alcurrucen un 18 de mayo en las Ventas. Se comenta una próxima y rara lectura dramatizada de Las tres pasiones de Encarnación Júlvez, que hemos escrito Diana de Paco y un servidor; reparto espectacular e insólito que ningún empresario podría pagar. María Toledo me llama reguntándome como llevo las letras taurino-flamencas que me ha pedido para sus conciertos: van bien. Ya he terminado soleares y seguidillas y ahora me encamino a los tientos y fandangos. Fernando Conde, el ex de Martes y Trece, prepara un Chejov, pero no encuentra sitio. Vuelvo a las cosas de los mentideros, a Góngora, a Quevedo, a Juan de Tassis:
"Mentideros de Madrid/ decidnos quién mató al Conde./ ni se sabe ni se esconde./ Dicen que lo mató el Cid  (....) La verdad del caso ha sido/ que el matador fue Bellido/ y el impulso soberano". Fernando Conde se queda en silencio y vuelve a meditar en su Chejov.  Y los demás se preguntan quién es Bellido y qué hizo el Conde de Villamediana para merecer tal suerte

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