miércoles, 10 de febrero de 2016

LA MATANZA DE ATOCHA Y LA ELEGIA DE PACO PORTES


 Los titiriteros excarcelados.

No debieran haberlos detenido. O sea que me parece bien que los hayan soltado. A mi,  que ahorquen a un juez, violen a una monja y acuchillen en el vientre a una embarazada,  no me parece propio para un público infantil, pero la coartada de Eta, es una coartada simplona. Eta sigue siendo un argumento recurrente para un Estado que tiembla ante unos titiriteros que se definen como anarquistas y son, simplemente, imbéciles. Es fácil suponer que, dado el estado de cosas, si ahorcan a un juez, el primer magistrado que pase por allí los va a trincar; y además, con  el aplauso de monjas, feministas, embarazadas, militares y mediopensionistas y tertulianos de cualquier medio radiofónico o televisivo.  Eta sigue siendo un elemento recurrente que vale para todo. Hace unos  vente años,  se representaba en el Centro de Colón  El viaje infinito de Sancho Panza: un Alfonso Sastre cervantino dirigido por Gustavo Pérez Puig e interpretado por Pedrito Ruiz. En un momento se dice !Viva La Trinidad de Gaeta! (Caballeros Andantes). Una periodista de El País entendió, !Viva la Trinidad de ETA! y se armó el cirio. Acababan de ser detenidos tres  líderes supremos de ETA, Pakito y dos más,  y para El País todo cuadraba estando de  por medio Alfonso Sastre. Así que el Ayto de Madrid, Pérez Puig y Pedro Ruiz, apologistas y enaltecedores de ETA. Así se escribe la historia.

La Matanza de Atocha.
Isabel y Jorge Reverte han publicado un texto testimonial y doloroso, La Matanza de Atocha, (La Esfera de los libros) hazaña sangrienta de los  pistoleros del Sindicato Vertical en un despacho de abogados comunistas. Se lo dedican  a Paca Sauquillo que perdió  un hermano, Javier, y a Manola Carmena, ausente de la escena del crimen  por un desajuste horario.  Carmena es hoy alcaldesa de Madrid, lejos de su autoridad de aquellos tiempos, con poca grandeza; pero esa es otra cuestión.

Para muchos que vivieron de cerca aquellos días hay otras cuestiones; por ejemplo, la certeza de que en aquella imponente demostración de civismo, de orden y de disciplina en el entierro de los asesinados, el PCE se ganó la legalización y de paso, bajo la férula de Santiago Carrillo, cavaba su sepultura. El 24 de enero  es una herida abierta en la historia de España y en la historia de la  izquierda comunista española. Cinco muertos y varios heridos muy graves en el despacho de Atocha.

 El texto de los Reverte es un texto sobre la barbarie y el dolor, sobre el fascismo y la democracia, sobre algunas traiciones. Cada cual vivió aquella noche como pudo, pues el miedo adquiere en cada cual la forma que le da su conciencia y su ira. A fin de cuentas, los muertos eran cosa nuestra, algunos de ellos amigos y todos conocidos. A fin de cuentas, algunos podíamos haber estado allí en ese preciso momento como habíamos estado horas o días antes. Y a fin de cuentas  aquella noche podía ser el inicio de   la caza inexorable de  comunistas, agrupados en centros  tan activos y estratégicos como los despachos de abogados.  La formidable máquina del PCE se puso en marcha, con esa rara dualidad que sólo el “partido” era capaz de activar  en situaciones límites: disciplina colectiva e iniciativa personal largamente afinadas en la clandestinidad.

Mi recuerdo personal.

Me pasé parte de la noche tratando de conectar con amigos de la farándula levantisca sin dar con ninguno y tratando de hablar con mi amigo  Manolo López. Con este, quedé al dia siguiente en  los alrededores de las Salesas.  Carmena y Manolo López  se unieron en un abrazo sollozante. Lola Sacristán, mujer de  Manolo,  no sé dónde estaba.    Carmena, la genuina, era entonces coordinadora de los despachos, gran jefa de los abogados del PCE, con el híspido José Núñez.  En el piso de Atocha, a Manola las balas le habían pasado cerca,  metáfora nada imprecisa ni exagerada. Como cuentan los Reverte en su libro, tenía oficina en aquella casa incendiada de sangre y pólvora. Carmena era entonces el alma de muchas cosas. De ella había partido dos años antes la directriz de que ningún abogado del PCE defendiera a los terroristas del Frap, sentenciados antes de la sentencia, por sus execrables crímenes. No es el único lunar de Carmena en esto de tactismo político de Carrillo Alguien le preguntó a Cristina Almeida si ella los defendería y contestó: "Humanamente sí, políticamente no”. Infame  ejercicio de tactismo carrillista.  Esto me parece que no  lo cuentan Jorge e Isabel Reverte, porque son sucesos muy anteriores a la matanza y los autores están, naturalmente, en otra cosa.

El  libro despliega no solo  un vasto abanico de datos y testimonios, sino una sólida base argumental y política en la que aflora  la formación teórica de Jorge en el  campo del marxismo y sus derivados. Jorge Reverte es un escritor y un analista riguroso de la historia. Más próximo, quizás,  al felipismo que al marxismo,  conserva de éste una vigorosa  dialéctica. Y sitúa la matanza en un marco histórico con sus antecedentes y sus consecuentes. 

Una editorial; Colectivo 24 de Enero.

Desde el momento en que me enteré de la masacre, Atocha ha marcado algunos aspectos de mi vida. En el entierro coincidí con Juan Diego en la plaza de Colón; él siguió el cortejo fúnebre y yo me fui a la imprenta a corregir pruebas de mi segundo libro de poemas Parábolas Palestinas, al que añadí una dedicatoria con los nombres de los asesinados “por comunistas y defensores de la libertad”. Al poco tiempo les propuse a Javier Martínez Reverte, Francisco Portes, Eduardo Ruiz, Pablo Jiménez, Paco García Navarrete y Emilio Sola la creación de una editorial que se llamó Colectivo 24 de Enero”. Cada uno pusimos 25.000 pesetas y publicamos un libro,  incluso Navarrete que nunca llegó a escribir Para ganar el Pulitzer. El distintivo y las portadas las dibujó, Luis Cañadas, un  gran pintor indaliano de Almería.

La muerte iluminada.
Me detengo solo en La muerte iluminada, el libro de Portes  que, además, era excelente actor. He aquí  sus palabra de justificación: “me tocó muy hondo el balazo en la espalda de Arturo Ruiz, la pintada incompleta de Verdejo, los obreros muertos de Vitoria, el bote de humo rompiendo la frente de Mari Luz, el infierno de Atocha”. Fragmento del infierno de Atocha:“Suben sonando hierros/ intereses/  con cuchillos/ envenenando con ceniza el aire/ preñando  escarabajos/ con la lengua/ Suben masturbando pistolas/ tocan el timbre de la puerta (…) son cinco aldabonazos: Holgado, Valdevira, Sauquillo, Benavides y Rodríguez Leal/ son cinco aldabonazos en la tierra”.  Isabel y Jorge Reverte dedican a aquella semana de muertes y secuestros muchas páginas: el Frap y el Grapo, infiltrado hasta la médula por Conesa y Sánchez Pacheco, creado por Pio Moa, hoy alabado periodista e historiador. A los Reverte  les dedico, en nombre del  difunto Paco Portes, el largo y terrible poema sobre  infierno de Atocha. Y también a Manola. Punto final

1 comentario:

  1. Gracias, por considerarme amigo de un tu hermano. Y por lo de elegante; aunque mi cojera tiene más de Quevedo que de Byron, me mantengo con una cierta gallardía ruinosa

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